Los tres países que han invertido 1.900 millones de euros en Marruecos
La Carta de Inversiones que Rabat aprobó a finales de 2022 está abriendo las puertas a un nuevo tiempo en infraestructuras, industria y legislación.
Marruecos se está convirtiendo en un imán para las inversiones extranjeras. En poco tiempo, está sabiendo ser atractivo y hacer que, sobre su potencial, posen los ojos grandes mercados internacionales. Entre los espaldarazos políticos de los últimos tiempos de Estados Unidos, Israel o España en temas tan espinosos como el Sáhara Occidental y la entrada de dinero privado del exterior, no le van mal las cosas.
Según ha publicado el portal de información internacional Atalayar, citando a su vez a la web Al-Arab News, para este nuevo escenario ha sido determinante la nueva Carta de Inversiones, aprobada por Rabat a finales de 2022, y que busca fomentar la inversión privada. Su meta es alcanzar los 550.000 millones de dirhams de inversión en 2026.
Esta hoja de ruta releva a la de 1995, menos ambiciosa, porque ahora además se quiere aumentar la cuota de participación de la empresa privada hasta dos tercios de la inversión total en 2035, atrayendo la inversión extranjera y ayudando a las entidades locales a desarrollar y diversificar sus actividades.
Lo jugoso está también en los detalles, ya que la información sostiene que, desde el año pasado, la inversión extranjera directa neta ha estado "dominada por Francia, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos" y ha ascendido a unos 20.900 millones de dirhams, que al cambio son 2.100 millones de dólares, algo más de 1.900 millones de euros.
Además de dar los nombres de los mejores amigos de Marruecos de hoy en este sector, señala los tres pilares sobre los que se sustenta el nuevo poderío del vecino sureño de España. Primero están las infraestructuras, con proyectos como el Tánger Med en África y el Mediterráneo, aeropuertos y ferrocarriles, además del primer AVE africano. Facilitan el acceso a los recursos naturales y a los mercados, dice el medio árabe.
Luego le siguen las zonas industriales, "promociones inmobiliarias a precios competitivos sujetas a un marco jurídico y fiscal especial" que han triunfado en Marruecos. "Según el Ministerio de Industria, el país cuenta con más de 150 zonas industriales en varias ciudades, que ocupan una superficie de unas 12.000 hectáreas", indica. Rabat defiende que tiene un plan de inversiones territoriales, además, para repartir las apuestas por todo el país.
Al fin, están las leyes, sin las que lo anterior no se sustenta. Se "ofrecen incentivos financieros y fiscales a los proyectos de inversión", algo vital para dar "protección" a la propiedad privada de los inversores y crear "instituciones económicas que protejan sus derechos".
Añaden las informaciones que Marruecos busca especialmente inversiones en el sector del automóvil, que se ha desarrollado en dos zonas industriales de Marruecos y cuenta actualmente con más de 250 empresas. "La industria automovilística es el primer sector exportador del país, con un valor de 11.400 millones de dólares. Rabat espera extender este éxito a otros sectores", un dato positivo por cuanto ayuda a estabilizar la economía del país y del que habrá que estar también pendiente por cuento al aumento de la competencia para España pueda suponer.