Las ventajas de cotizar a la Seguridad Social sin tener que trabajar
No es necesario tener que ejercer profesionalmente para aportar al Estado con una cantidad económica mensual.
Cualquier trabajador del país que se encuentre en una situación regulada en cuanto a su contrato laboral sabe de primera mano lo que es cotizar a la Seguridad Social, ya que todos los meses, al recibir la nómina por la actividad desempañada, una cantidad económica -depende del sueldo de cada uno y del porcentaje establecido- va directamente a las arcas públicas.
Esta es la cotización a la Seguridad Social, gracias a la cual, cuando un trabajador se jubila, ya sea por edad, por incapacidad o por cualquier otro motivo, el Estado le recompensa con la pensión de jubilado que mensualmente el empleado se ha ido 'ganando' al dar una parte de su salario al Estado.
Hasta aquí, todo correcto. Pero existe una forma por la cual, sin trabajar ni desempeñar ningún tipo de actividad laboral, también se puede cotizar a la Seguridad y con ello, tener acceso -en el momento de la jubilación- a la pensión de jubilado una vez llegue el momento.
Para ello, la persona interesada en cotizar y que no cuente con un trabajo en ese momento, puede solicitar acuerdos o convenio con la Tesorería de la Seguridad Social. Tan solo tendrá que solicitar el formulario TA-0040, con el cual se puede habilitar este tipo de cotización.
Mismo 'papel' que el de cualquier trabajador
Cuando se proceda a la firma de dicho documento, la persona en cuestión acepta aportar al estado mensualmente una cantidad económica determinada. Este montante dependerá de la base de cotización que el interesado haya elegido.
Desde ese momento, la persona en cuestión está aportando de la misma forma que cualquier trabajador que esté en activo. Esto quiere decir que, cada mes está colaborando para el cómputo total de años cotizados.
A esta opción puede sumarse cualquier persona que no esté dada de alta en la Seguridad Social, además de pluriempleados con cese de actividad o personas que hayan dejado de percibir prestaciones contributivas o subsidios por desempleo.