Las monedas de 10 céntimos disparan su valor: quien tiene una tiene "un tesoro"
Una oportunidad de inversión que constata un cambio de paradigma en el mundo de la numismática.
La numismática está experimentando un renacimiento en España y en toda Europa. El atractivo de coleccionar monedas o billetes, además de la posibilidad de generar ingresos extra gracias al valor que pueden alcanzar algunos objetos, puede explicar el resurgir de una afición que descubre pequeñas joyas que se convierten en elementos de inversión.
Esta tendencia no se limita únicamente a territorio español, sino que se extiende por toda Europa, donde coleccionistas y aficionados están reconsiderando el valor potencial de las monedas que antes se consideraba, simplemente, calderilla. El último descubrimiento está relacionado con las monedas de 10 céntimos de euro, que ahora se convierten en objeto de deseo para los que buscan una oportunidad de inversión.
Tal y como apunta el portal Es24, la transición al euro en la Unión Europa abrió un vasto campo para el coleccionismo, con cada país emitiendo sus versiones de la moneda, tanto conmemorativas como de edición limitada. Entre estas, destaca la de 10 céntimos de Italia de 2002, que ha demostrado tener un valor sorprendentemente alto en el mercado secundario: pueden pagar hasta 220 euros.
La revalorización de estas monedas tan comunes pone de manifiesto una cuestión: un cambio de paradigma en el mundo de la numismática, ya que los coleccionistas y los aficionados buscan tesoros ocultos en las monedas de menor denominación que poseen en sus propias colecciones.
La lección es clara: nunca subestimen el valor que puede esconderse en lo más cotidiano.