La OCDE rebaja las perspectivas de crecimiento de España en 2024
El organismo ha recortado la proyección al 1,4% y ha reclamado al Gobierno más ajustes.
En plena vorágine de inflación y tipos de interés, el crecimiento de los principales países europeos está siendo objeto de análisis y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha elaborado un informe en el que ha advertido de que el frenazo se va a hacer notar en los próximos años.
El organismo ha hecho público el documento este miércoles, en el que, entre otras cosas, ha rebajado cinco décimas las perspectivas de crecimiento de España para el año 2024, pasando del 1,9% al 1,4%. Aunque sí cree que habrá un repunte del 2% en 2025.
En cualquier caso, la OCDE ha aconsejado a España que aplique y ponga en marcha más ajustes para hacer frente a los pasos que deberá adoptar en el futuro, como el aumento del gasto en las pensiones.
El ritmo de crecimiento es "desigual"
En palabras de la economista jefe del organismo, Clare Lombardelli, el ritmo de crecimiento está siendo "desigual" entre los diferentes países internacionales.
"En general, a los mercados emergentes les está yendo mejor que a las economías avanzadas. El crecimiento de Europa va por detrás del de América del Norte y de las principales economías asiáticas", apunta la economista jefe de la OCDE, Clare Lombardelli en la última edición del informe.
El think tank de las economías avanzadas reconoce que la economía mundial sigue enfrentando los desafíos de una inflación persistente y unas perspectivas de crecimiento moderadas, añadiendo que, si bien la expansión del PIB ha sido más fuerte de lo esperado hasta ahora en 2023, ahora se está moderando a medida que se sienten cada vez más los efectos de unas condiciones financieras más estrictas, un débil crecimiento del comercio y una menor confianza de las empresas y los consumidores.
Las condiciones financieras son restrictivas y la actividad se ha desacelerado en los sectores sensibles a los tipos de interés, en particular los mercados inmobiliarios, y en las economías que dependen de la financiación bancaria, especialmente en Europa, añade.
Asimismo, advierte de que las crecientes tensiones geopolíticas también están contribuyendo nuevamente a la incertidumbre sobre las perspectivas a corto plazo.
Por otro lado, a pesar de que la inflación se ha moderado en casi todas las economías, aliviando las presiones sobre los ingresos de los hogares, la tasa subyacente sigue siendo relativamente alta.