Heineken apuesta a la cerveza autóctona vasca
Piensa en verde... y rojo.
¿Sabías que Heineken desarrolla un proyecto en Euskadi junto a la empresa biotecnológica vizcaína Aleovitro y la Diputación Foral de Bizkaia? ¿Y que en este marco ya se ha sacado adelante una segunda cosecha muy especial? Se trata de la iniciativa lúpulo autóctono 'kilómetro cero' certificado, por la que la cervecera sacará una nueva edición limitada de su 18/70. Será la segunda con lúpulos vascos rescatados mediante la propagación in vitro, según recoge El Economista.
Cabe destacar que el lúpulo es uno de los ingredientes básicos en la elaboración de la cerveza y en el contexto de este proyecto se ha recuperado una variedad autóctona vasca, bajo un telón de fondo de compromiso con la producción local y la innovación con el respeto a la tradición. Se trata además del componente que aporta el aroma y sabor que caracterizan a una cerveza u otra y que, precisamente, se da muy bien en las zonas de la cornisa cantábrica.
Las variedades autóctonas que se han rescatado han sido tratadas en terrenos de la sidrería guipuzcoana Zabala. "Estos lúpulos se han conseguido mediante la propagación in vitro, tras la recogida de diferentes variedades autóctonas. Con nuestros equipos, seleccionamos los mejores valores, se multiplican in vitro, aclimatamos la planta y luego la plantamos en el campo", relatan al citado medio Eneko Ochoa y Antonio Laso, fundadores de la biotecnológica Aleovitro.
Compromiso con artesanos locales
Prueba de ese compromiso con el tejido local cervecero, es que Heineken no impone exclusividad a los artesanos locales. "Normalmente, las multinacionales trabajan con acuerdos cerrados y exclusivos, pero en nuestro caso los micro productores tienen acceso a ese lúpulo con el que experimentamos y pueden usar esas variedades. Los pequeños productores no son competencia para una gran cervecera y no se les puede cerrar el acceso al conocimiento", señala Ochoa.