La energía eólica y la solar ya superan al gas en la generación eléctrica en la UE
Generaron una quinta parte de la electricidad comunitaria en 2022, frente al 20% del gas, según un informe del 'think tank' Ember.
La suma de energía eólica y solar alcanzaron un 22% de la generación de energía en la Unión Europea en 2022, lo que supone una cifra récord que supera por primera vez a las energías producidas con combustibles fósiles, que se situaron en un 20% del total, según el estudio European Electricity Review, del centro de análisis EMBER.
El informe señala que la energía generada con carbón experimentó un incremento de 1,5 puntos porcentuales hasta alcanzar el 16% del total de la electricidad generada en la UE durante 2022 respecto al año anterior, aunque en este año se registraron sucesivas caídas en los últimos cuatro meses del año a medida que Europa prevenía y amenazaba con una vuelta a la energía con carbón en el marco de la crisis energética.
El director de análisis de datos de Ember, David Jones, ha celebrado que "Europa ha evitado lo peor de la crisis energética" ya que el shock de 2022 solo provocó un incremento menor de la energía de carbón y una "enorme oleada de apoyo a las renovables". "Cualquier temor al repunte del carbón está muerto", ha apostillado.
El análisis de Ember revela que Europa afrontó en 2022 una triple crisis en el sector de la electricidad. Así, indica que justo cuando Europa luchaba por cortar lazos con su principal proveedor de gas, se enfrentaba a sus niveles más bajos de hidroeléctrica y nuclear de las últimas dos décadas, lo que provocó un déficit equivalente al 7% de la demanda total de electricidad de Europa en 2022.
Así, el crecimiento en eólica y solar contribuyó a amortiguar el déficit de hidráulica y nuclear. La generación de energía solar fue la que más creció, un 24% en 2022, prácticamente el doble de su récord previo y permitió evitar 10.000 millones de euros en coste de gas. En total, veinte de los Veintisiete llegaron a nuevos récord en fotovoltaica en 2022.
Por otro lado, la menor demanda de electricidad también contribuyó a paliar este déficit. En concreto, la demanda de electricidad de la UE cayó un 7,9% en el último trimestre de 2022 en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Ember apunta que el clima templado fue un factor decisivo, pero las presiones de precio probablemente desempeñaron un papel, junto con las mejoras en la eficiencia energética y a que los ciudadanos que actuaron en solidaridad para reducir la demanda de energía en tiempos de crisis.
Un sexto de la nuclear y la hidráulica se sustituyeron con carbón, que creció un 7% y, como resultado las emisiones del sector de la electricidad crecieron un 3,9%, lo que supone 26 millones de toneladas de CO2 más en 2022 en comparación con 2021.
"Podría haber sido mucho peor", valora el informe de Ember que explica que el viento, la solar y la caída en la demanda de electricidad evitaron un retorno al carbón mucho mayor. En este contexto, el aumento del carbón no fue sustancial. La energía de carbón permaneció por debajo de los niveles de 2018 y apenas añadieron un 0,3% a la generación global de carbón.
Además, durante los cuatro últimos meses del año la energía con carbón cayó un 6% en la Unión Europea. A pesar de haber importado 22 millones de toneladas extra de carbón en 2022, la UE solo utilizó un tercio de ellas debido a que, según el análisis del think tank europeo, el compromiso con el abandono de carbón en los Veintisiete previo a la crisis energética.
El informe concluye que quizás lo más sorprendente es que la generación de gas apenas cambió --solo un 0,8%-- en 2022 en comparación con 2021 a pesar de los récord de precios altos. El gas fósil generó el 20% de la electricidad de la UE, frente al 19% del año previo. No obstante, Ember pronostica que esta tendencia cambiará "drásticamente" el próximo año.
Así, estima que las últimas indicaciones de la industria sugieren que 2023 la transición Europea a la eólica y la solar se acelerará en respuesta a la crisis energética y que la hidráulica y la nuclear se recuperarán en Francia. De ese modo, Ember concluye que la generación fósil podría desplomarse un 20% en 2023, el doble del récord previo de 2020. También espera que la generación con carbón se reduzca mientras que la generación con gas, que se espera que siga en niveles de precios más caros que el carbón hasta al menos 2025, será la que más caiga.
Para Jones, la transición europea a las energías limpias "emergerá de esta crisis más fuerte que nunca".
"Los países europeos no solo siguen comprometidos con la eliminación del carbón, sino que ahora también se esfuerzan por eliminar el gas. La crisis energética sin lugar a dudas ha acelerado la transición de la electricidad en Europa", ha argumentado Jones que asegura que Europa se precipita hacia una economía limpia y electrificada que será completamente desplegada en 2023.
"El cambio está llegando rápido y todo el mundo necesita estar preparado", advierte.
Al respecto del informe, el vicepresidente ejecutivo de la UE para el Pacto Verde, Frans Timmermans, ha subrayado que se está viendo una destacable aceleración en la senda de la construcción de la energías renovables. En especial ha destacado la energía eólica marina y la solar en los tejados, cuyos números califica de "impresionantes".
"Está claro que los ciudadanos europeos quieren beneficiarse de una energía barata y limpia. Esto indica que nuestro objetivo de alcanzar un 45% de energía renovable en 2030 es ambicioso pero totalmente factible", ha defendido.