El plan de Renfe fuera de España entra en zona de peligro

El plan de Renfe fuera de España entra en zona de peligro

Retrasos, falta de puntualidad y una serie de sospechosos obstáculos burocráticos  amenazan con convertir la expansión internacional en un auténtico desastre.

Un tren Avril de Talgo en la estación de Burgos.Talgo

El plan de expansión internacional de Renfe, especialmente en su intento de entrar en el mercado ferroviario de Francia, acaba de entrar en una etapa de fuertes turbulencias. Lo que prometía ser una oportunidad única de crecimiento y un impulso para su reputación, la operación corre el riesgo de convertirse en un fiasco por los problemas técnicos, el retraso en las entregas y la fiabilidad de los trenes s106 AVRIL, fabricados por Talgo. 

Estos trenes, que Renfe esperaba recibir en 2021 pero que ha puesto en circulación este año, aprovechando la puesta en marcha de las líneas de alta velocidad de Madrid a Galicia y Asturias, porque Talgo se retrasó en la entrega de los pedidos por, según explicaron en su momento, problemas industriales del fabricante de trenes con sede en el País Vasco. Desde ese instante, los Avril se han convertido en la pesadilla de la compañía ferroviaria por las continuas averías que sufren y que, solo este verano, han provocado conatos de tensión en algunos de los viajes en los que se emplean.

Después del último episodio con los trenes de Talgo como protagonistas, el ministro de Transportes Óscar Puente, denunciaba en las redes sociales todas las deficiencias que habían provocado los modelos s106 Avril desde su estreno. Según Puente, la puntualidad de estos trenes de Renfe se ha reducido a un preocupante 41%, lo que se traduce en que más de la mitad de las 1.761 trayectos realizados no han cumplido con sus horarios, lo que afecta gravemente la reputación y a las cuentas del operador ferroviario, con costes extra en forma de indemnizaciones a los pasajeros.

Los nuevos trenes de Talgo, además, son una pieza clave en la ya complicada entrada de Renfe en el corredor Lyon-París. Un proyecto fundamental para el operador español, que busca competir en el mercado de la alta velocidad en Europa con TrenItalia y también con la francesa SNCF, presente en España con la compañía de bajo coste Ouigo

El panorama se complica aún más si se considera que Renfe ha tenido que hacer frente a un buen número de obstáculos burocráticos en Francia, donde la compañía había planeado poner en marcha sus operaciones antes de los Juegos Olímpicos de París 2024. El retraso de estos planes, que dañan la imagen del operador español en el extranjero, ha derivado en la amenaza de Óscar Puente de denunciar a la francesa Ouigo, la filial de bajo coste de SNCF, por prácticas desleales.

Con el plan de Renfe para expandirse a Francia en peligro, el operador español tiene por delante un desafío monumental: recuperar la confianza de los consumidores y demostrar que puede competir eficazmente fuera de las fronteras de España. El diario El Mundo va más allá y, apunta, que este cúmulo de problemas no solo pone en riesgo la estrategia internacional sino que también podría tener un impacto negativo en la liberalización del sector de alta velocidad en España, uno de los logros de los que más presume Puente.