Difícil mantener el tipo: la política restrictiva del BCE sigue sin controlar la inflación
La institución que preside Christine Lagarde dio este jueves el primer frenazo de tipos de interés en 15 meses, con una inflación que no ha cumplido con los objetivos fijados "a medio plazo", pero que sí se hace notar en el bolsillo de la gente.
Situar la inflación en el 2% "a medio plazo". Esa fue el insistente mensaje que la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, trasladó en la rueda de prensa que ofreció el 21 de julio de 2022 tras aplicar la primera subida de tipos de interés en 11 años y la mayor en 22, por el preocupante alza de los precios. Pero, este jueves, se ha producido el primer parón.
Casi cinco meses después del inicio de la guerra en Ucrania, los bancos centrales comenzaron a mover ficha y, como viene siendo habitual, el regidor de los bancos europeos siguió los pasos de la Reserva Federal y subió el precio del dinero.
Una medida que se puso en marcha cuando la inflación en España se situaba en el 10,8% y la subyacente, la que no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni los productos energéticos, estaba en el 6,1%. Pero la política monetaria ha sido totalmente restrictiva hasta este primer frenazo.
Un no parar de subidas
Desde aquella primera subida de tipos de interés, Christine Lagarde ha ido defendiendo por activa y por pasiva que para alcanzar el objetivo del 2% hacía falta mano dura. La presidenta del BCE defendía un mes antes de tomar la drástica decisión que la institución que lidera iba a llegar "tan lejos como sea necesario" con tal de reducir el precio del dinero.
Pero 14 meses después, la cosa no ha mejorado todo lo bien que los expertos esperaban. De hecho, sigue habiendo datos muy por encima de las metas que habían fijado.
Con los tipos de interés en el 4,5%, la inflación ha caído, pero la subyacente no ha cumplido los efectos deseados y, pese a que lo han hecho siguiendo los pasos de la Reserva Federal, el nuevo parón pone en duda la eficacia de las medidas.
Es cierto que la inflación general llegó al 1,9% en junio de este año en España, por debajo del objetivo del BCE, pero la de la eurozona sólo ha caído en el pasado mes de septiembre hasta el 4,3%, muy lejos del 2% fijado.
Utilizando como ejemplo la política monetaria aplicada en nuestro país, el alza de los precios ha tenido un mejor comportamiento que en el conjunto europeo, pero la inflación subyacente sigue siendo muy elevada.
Del 10,8% de inflación general de julio de 2022, se ha pasado al 3,5% en el dato de septiembre, una caída del 7,3% en un año. Pero, en la comparativa de los datos que no incluyen los alimentos no elaborados ni los productos energéticos, la reducción está siendo poco significativa.
El alza de los precios en la subyacente sólo ha variado del 6,1%, cuando el BCE aplicó la primera subida, al 5,8% registrado en el último dato actualizado, un 0,3% en 14 meses. Algo que hace encender las alertas sobre los 10 incrementos consecutivos.
Un frenazo que "se tendría que haber producido antes"
El BCE se muestra optimista en sus previsiones y Lagarde aseguró en sala de prensa que "la economía debería fortalecerse en los próximos años", pese a que también defendió que el "enfriamiento se está contagiando" a otros sectores. "Hay señales de que este mercado se está debilitando, se están creando menos empleos", justificó.
Algo que para algunos expertos se debe a las elevadas subidas que han ido aplicando en los últimos meses. José Manuel Corrales, profesor de Economía de la Universidad Europea, reconoce que el parón "se tendría que haber producido antes". "Llevan 10 subidas de tipos de interés desde el verano de 2022. Ha subido del 0% al 4,5%. Esto ha provocado un impacto muy negativo en la economía", señala.
"La aplicación de subidas de tipos es una receta ortodoxa para controlar la inflación, pero se ha demostrado que los efectos que puede tener en el control han sido limitados, porque han aceptado otras medidas que, por ejemplo, ha aplicado el Gobierno de España, como la excepción ibérica, las ayudas al transporte público o a los camioneros. Se han pasado de frenada", justifica.
Un análisis parecido al que hace Dídac Cervera, Doctor en Ciencias Sociales y profesor de EAE Business School, que destaca que, aunque la inflación está por encima del 4% y lejos del objetivo del 2%, hay que "mirar las tendencias" y "cómo va evolucionando la economía".
"La economía ya se está enfriando. Entonces el BCE tiene que jugar con un instrumento con los tipos de interés para equilibrar el crecimiento del PIB y la inflación. Si se pasa con uno se hunde otro. Si seguimos subiendo tipos de interés, podemos entrar en recesión. Se ha hecho lo más razonable", apunta.
José Manuel Corrales también habla de que, si no llega a ser por los ecos de la reforma laboral, las 10 subidas del precio del dinero habrían provocado "efectos desastrosos en el mercado de trabajo en España". "Ese enfriamiento notable se está viendo en otros países europeos de manera alarmante. Alemania ha entrado en recisión técnica", añade.
"Pienso que las recetas ortodoxas, neoliberales, clásicas, de subidas de tipos de interés, sirven cuando la crisis tiene una base monetaria, pero la actual no es exclusivamente monetaria, está más vinculada a la cadena de distribución, a los impactos de la guerra de Ucrania...", critica.
El profesor de la Universidad Europea utiliza la metáfora de los halcones y las palomas dentro del propio Consejo de Gobierno del BCE. "Los halcones querían seguir subiendo esto hasta que diesen resultado y las palomas que había que moderar esta situación de subidas, porque podría provocar efectos dañinos en la economía, como se percibe en Alemania", explica.
Aguantar el tipo durante varios meses
Los expertos coinciden en que, dependiendo de lo que ocurra en el conflicto entre Israel y Hamás y la evolución de la guerra en Ucrania, todo parece indicar que la institución presidida por Christine Lagarde podría dejar los tipos de interés en el 4,5% durante varios meses.
Dídac Cervera prevé que el BCE "va a mantener esta posición un año, seguro": "Con eso no hace que la economía sufra más y sí permite que la inflación continúe bajando".
"No van a bajar el tipo de interés a medio plazo, porque hay que tener en cuenta que la inflación surgió con el tema de la pandemia, se generó un exceso de demanda muy bestia y luego vino la guerra de Rusia con Ucrania y ahora el conflicto de Israel y Hamás, que quién sabe que pasará", reconoce.
José Manuel Corrales piensa lo mismo, pero hace hincapié en la "pólitica errática y contradictoria en el ámbito europeo" por haber elevado tanto el precio del dinero, a la par que han ido aplicando medidas de "gasto fiscal impulsadas a través de los fondos europeos".
"En mayo de 2022, ya apuntábamos unos pocos que este no era el camino correcto, que no lo era y, bueno, por desgracia teníamos razón. Aquel no era el camino correcto", expone, justo antes de destacar las iniciativas que sacó adelante el Gobierno de España: "Se planteó, para controlar la inflación, la excepción ibérica, frente a otros que lo llamaban timo ibérico, y funcionó. Es quien mejor la ha controlado de los países europeos".
El profesor de la Universidad Europea apuesta por "bajar los tipos de interés", pero no al mismo ritmo que las subidas, porque "hay más dificultades". Recalca que igual "no habría que haberlos subido hasta ese punto", pero no cree que "en este año vayan a bajar".
"En todo caso, creo que hemos llegado a unos niveles que a lo mejor vamos a tener que ver hasta finales del próximo año. No descarto que estemos un año y pico con estos niveles y que no se produzca ni una sola reducción", sentencia.
Unos escenarios que se irán conociendo en un futuro cada vez más incierto, pero en un presente que, por el momento, ya cuenta con el primer frenazo del BCE tras la mayor escalada de tipos de interés de su historia.