Cómo preparar una entrevista de trabajo
Enfrentarse al responsable de recursos humanos o directamente a la persona que te va a contratar puede jugar malas pasadas.
Una entrevista de trabajo es siempre una situación complicada para el aspirante a ese empleo. Tener que enfrentarse a un responsable de recursos humanos o directamente a la persona que te va a contratar puede jugar malas pasadas.
A menudo ocurre que el candidato no afronta bien estas situaciones. Y no es para nada extraño, pues la otra persona, el entrevistador, se muestra en un plano de superioridad aunque no lo desee. Y en ese escenario de desigualdad, no siempre es fácil poner sobre la mesa todos los logros, las aptitudes, fortalezas y ese algo diferente que puede hacer llevar a conseguir finalmente el empleo.
Consejos para preparar
La primera recomendación a seguir es conocer el lugar y la hora exacta de la entrevista. Si bien es un consejo más de carácter práctico y funcional, no dejes nada sin resolver previamente. Conoce de antemano cuánto tiempo vas a tardar, si puede haber atascos en el trayecto y recuerda salir con la antelación suficiente para cubrir algún imprevisto.
Junto con esto, siempre que sea posible, investiga sobre la compañía: su historia, la situación financiera, los productos y servicios que ofrece… A su vez, trata de descubrir quién es la persona que te va a entrevistar, para saber su nombre.
En el apartado personal, en cómo afrontas tú mismo la entrevista, lo ideal es llegar relajado, seguro de uno mismo y mantener respeto y utilizar un tono cordial en todo momento.
Si eres una persona que padece cierta inseguridad o no terminas de alcanzar la máxima confianza en ti mismo, una solución interesante es solicitar ayuda externa. Un Curso de Coaching Online va a contribuir de manera exitosa a explorar cuáles son tus fortalezas y a tratar de ponerlas sobre la mesa en situaciones como las entrevistas de trabajo.
Preguntas que podrían hacerte
En las entrevistas de trabajo caben todo tipo de preguntas y cuestiones. Desde las puramente profesionales, que están relacionados con tu capacidad profesional en la empresa y qué puedes aportar, hasta consultas que son de carácter más personal.
Los entrevistadores van a pelear por encontrar alguna debilidad en ti, pero no porque esa sea su misión, sino porque lo que buscan es lo mejor para su empresa. Así, en las preguntas de tipo profesional pueden aparecer las clásicas de qué puedes aportar a la empresa, por qué estás interesado en trabajar en ella, cuáles son tus pretensiones laborales, si estás dispuesto a realizar sacrificios como el cambio de residencia.
También habrá dudas sobre tu experiencia anterior, por lo que conviene siempre mostrarse sincero y no tratar nunca de engañar. Con respecto a las habilidades demandadas en una entrevista de trabajo, puedes ver aquí algunas de ellas.
En la misma entrevista puedes notar que en todo momento tratan de llevarte al límite, pero de manera suave e indirecta. Al final, ellos quieren conocer cómo puedes desenvolverte ante situaciones de presión. Es habitual también que te pregunten por el compromiso que estás dispuesto a adquirir con la empresa, cómo entiendes el trabajo en equipo, qué grado de flexibilidad puedes aceptar, cómo gestionas el estrés…
Existen un sinfín de dudas, y también situaciones que a continuación te explicaremos, a las que tienes que saber responder. Pero ante todo, nunca debes perder la calma. Trata siempre de mostrarte comprensivo y abierto ante estas cuestiones, sin llegar a un nivel muy cercano de confianza pero mostrando cercanía y seguridad.
Situaciones que pueden plantearte
Junto con las preguntas, también hay otros fenómenos que pueden ocurrir y a los que hay que intentar estar preparado. Uno de ellos, por ejemplo, es que la entrevista no avance, se quede muy paralizada.
En esos casos, una táctica interesante es tomar la iniciativa, avanzar en lo que querías expresar. Para ello es recomendable haber preparado un esquema mental y seguirlo. Es fundamental que salgas de la entrevista habiendo expresado todo lo que tenías pensado, ya sea porque te lo han pedido activamente o porque has sido tú mismo quien lo ha puesto sobre la mesa.
Una segunda situación muy común es que el entrevistador tenga mucho amor propio hacia sí mismo, esto es, que esté encantado de conocerse. En ese caso, no es que intente menospreciar tus méritos, sino que pueden quedar un poco apagados. No dejes que eso ocurra, ten seguridad en ti mismo y trata de dirigir y llevar la conversación charla hacia el punto que tú quieres, habla de los beneficios que puedes aportar a la empresa si te contratan.
Finalmente, si la entrevista pierde el foco o se desvía de lo que te conviene, recuerda imponer tu criterio personal. No dejes que otros temas saquen del foco tu verdadero objetivo, que es ofrecerte a la empresa pero respetando tus exigencias como profesional.