El BCE celebra el fin de la trampa de la ‘japonización’ en la economía de la UE
El Banco Central Europeo (BCE) ha celebrado el fin de la trampa de la denominada japonización, término negativo, con la que se ha advertido durante años del riesgo a que el viejo continente siguiera los pasos del país asiático y se estancara en una inflación baja, una demanda interna deprimida y unos tipos de interés bajos.
En una entrevista en el Financial Times, Philip Lane, economista jefe del BCE, ha asegurado que "el choque inflacionario ha demostrado que la inflación no está obligada de forma determinista a ser demasiado baja". "La narrativa que escuché a menudo antes de la pandemia sobre la japonización de la economía europea se ha silenciado", aseguró.
Lane cree que "será un resultado duradero" y ha hablado de tres tipos de regímenes inflacionarios. El primero, con una inflación crónicamente por debajo del objetivo; el segundo, basado en una inflación de más a menos dentro del 2% deseado; y el tercero, que la inflación sea superior a la definida.
¿Qué es la 'japonización'?
De esta manera, el BCE reconoce que Europa se aleja de la posible japonización. Un término acuñado a lo que ocurrió en el país asiático a partir de los años 90, cuando se quedó atrapado en un estancamiento.
Una ralentización producida por tener un bajo crecimiento y una tasa de inflación bajo. A ello, se le sumó un crecimiento del envejecimiento de la población y una caída de la productividad.
Tras las nuevas medidas adoptadas por el BCE, Lane defiende que el viejo continente ha cambiado su ritmo y ya se aleja de las advertencias que lanzaron algunos expertos sobre un posible calco a lo que ocurrió en Japón.