El barril de gasolina vuelve a jugar al ‘cohete y la pluma’
Y en ese juego no suelen ganar los consumidores…
El sentimiento bajista se ha apoderado del mercado de petróleo. El barril de crudo Brent (de referencia en Europa) ha acusado la semana de incertidumbre bancaria y ha sufrido una caída del 10% respecto al nivel que marcó este lunes.
De hecho, tal y como recoge El Economista, hay expertos como Nenad Dinic, analista de Julius Baer, que señalan que “los temores de recesión están empujando a los mercados al territorio bajista”.
En ese sentido, Dinic habla abiertamente del punto hasta el que se podría hundir el barril de Brent: “En nuestra opinión, una desaceleración económica empujaría los precios del petróleo a 50 dólares por barril”.
La institución bancaria suiza explica que “la demanda de petróleo del mundo occidental se estanca” ya que “los flujos rusos se establecen fuera del hemisferio occidental”. Y ello puede influir de forma significativa en la cotización del crudo Brent.
En cualquier caso, desde Julius Baer también apuntan a que esos 50 dólares sería el nivel mínimo en el que se situaría el petróleo Brent en los próximos meses, pero que tan solo se trataría de una circunstancia puntual.
De cara al largo plazo, el precio del barril de Brent debería colocarse en el entorno de los 70 dólares, según las estimaciones de la compañía suiza. La previsión es parecida a la de JP Morgan, que cree que la cotización se aproximará a los 75 dólares por barril.
¿Bajará la gasolina?
Aquellos individuos que no son inversores pueden ver esta tendencia bajista en el mercado del petróleo europeo como una buena noticia debido a que debería provocar que el coste de la gasolina baje.
Sin embargo, esa interpretación no es del todo cierta. La gasolina es víctima del efecto del ‘cohete y la pluma’. Ello significa que cuando la cotización del barril de petróleo Brent asciende, el precio del carburante sube también de manera muy rápida (como un cohete).
Por el contrario, si el precio del barril de crudo de referencia para Europa baja (como predicen los expertos de Julius Baer de cara al corto plazo) no ocurre lo mismo. En ese supuesto, la transmisión al coste de la gasolina es mucho más lenta y el descenso se produce de forma pausada (como cuando una pluma cae al suelo).