Una exhibición de Nico Williams lleva a España a octavos tras vencer 1-0 a Italia

Una exhibición de Nico Williams lleva a España a octavos tras vencer 1-0 a Italia

Un autogol de Calafiori certifica el primer puesto de España en el grupo. Recital de juego y ocasiones de 'La Roja, que aún así acabó encerrada en su área ante una Italia que nunca se rindió.

Nico Williams, gran protagonista del partido ante ItaliaNurPhoto via Getty Images

Con fútbol, mucho fútbol, con una pizca de sufrimiento y con un Nico Williams descomunal, España ya está en los octavos de la Eurocopa. La selección ha vencido 1-0 a Italia en el segundo partido del Grupo B, un triunfo que vale doble porque certifica, además, el primer puesto, tras la goleada inicial a Croacia.

El fútbol lo pusieron Pedri, Yamal, Rodri... y de forma especial el menor de los Williams, en una exhibición de velocidad, desborde, regate y garra que desquició a la casi siempre ordenada defensa italiana. Sólo un Donnarumma a su más alto nivel evitó un marcador mayor. Aún así, España no evitó fantasmas y tuvo que soportar el último arreón transalpino de un equipo capaz de llegar con opciones al minuto 80 pese al recital español. La vigente campeona del torneo no iba a caer fácilmente. 

Un señalado y una idea clara

Con la premisa de no tocar lo que funciona, De la Fuente sólo tocó aquello que flojeó hace cinco días, la defensa. Nacho pagó los platos rotos para dar entrada al teórico titular, Laporte, ya recuperado de sus molestias. Nada más varió, tampoco un planteamiento de arranque similar: velocidad y presión en unos minutos iniciales de continuo empuje español.

Con Nico Williams omnipresente desde el segundo 1 —Di Lorenzo se va a acordar toda la vida de esta noche—, a su velocidad y desborde se sumó Pedri, pilar en la creación de juego. Hasta tuvo el 1-0 más inverosímil el pequeño genio canario, de cabeza a centro del extremo del Athletic apenas estrenado el choque. Minutos después fue Nico quien tuvo el gol a centro de Morata y tras otra preciosa acción de Pedri. La polivalencia creativa de la que presume el seleccionador, ejemplificada de la mejor manera.

El reloj apenas marcaba el 10' y el dominio era evidente. También la imagen de cierta fragilidad atrás. Cada pérdida española era un 'uy', con la movilidad de Scamacca en punta e intentos para ganarle la espalda a Le Normand y Laporte. Eran, no obstante, más sensaciones que certezas; Unai Simón, de hecho, estuvo más tranquilo en el primer tiempo que en los días previos tras su comentada aparición en rueda de prensa.

No podía decir lo mismo Donarumma. A medida que se sumaba los minutos lo hacía también el catálogo de buenas intervenciones del meta del PSG. Ante Morata por bajo, con una bella estirada para desviar el trallazo lejano de su compañero Fabián —sí, esta selección también puede tirar de lejos...—. Hubo más hasta el descanso, sin la puntería del día de Croacia. Esta vez a España sólo le faltaba el gol. Y le sobraba una tarjeta, a Rodri, motor en la sombra, que por protestar no podrá jugar el partido ante Albania por acumulación. Por entonces, una mala noticia.

Sorprendió Italia a la vuelta, sin el talento (hoy ausente) de Jorginho y un nuevo planteamiento de dobles ayudas para blindarse de Williams. El resultado fue inmediato y nefasto para los de Spalletti. Por un lado, porque el refuerzo abría pista a Cucurella. Muy ceñido (y serio) a la defensa en el primer tiempo, una internada del lateral del Chelsea dejó a Pedri a punto del 1-0. Al mediocampista del Barça le fue de centímetros.

La banda izquierda era una autobahn de esas tan cotizadas en Alemania. Al aviso de Cucurella le dio continuidad otra vez Nico. Y ahora sí, fue la buena. Al filo del 54', un centro suyo lo rozó Morata y lo despejó Donnarumma, pero su rechace fue directo a la pierna de Calafiori, que hizo el gol que tanto se le resistía a España. 

España celebra el 1-0 tras el autogol de CalafioriKevin C. Cox/Getty Images)

El dominio español se tornó en un aluvión de cinco minutos. Sin solución de continuidad, hasta tres ocasiones. Morata, menos presente en el área, pero siempre inquietante al bajar a recibir a medio campo italiano, Fabián y Yamine Lamal rozaron el 2-0. ¿Quién faltaba por sumarse? El propio Nico Williams, que dibujó una rosca de pintura directa al travesaño en el 70'. Era lo único que le quedaba por hacer este jueves en el Veltins Arena.

Italia, siempre Italia

España se sabía al mando, pero con un exiguo 1-0. De la Fuente apostó por Baena en la contención y por renovar todo el ataque, incluido un Nico Williams que se retiró exhausto. La zaga azurra respiró, y desde atrás, los de Spalletti dieron el paso adelante que requería la situación. Pese al mando de España, Italia llegó con mucha vida a esos minutos que tanto le gustan, los últimos diez.

'La Roja' temió. Imprecisiones, nervios, evidenciados en numerosos balones parados y en lo poco que duraban las posesiones. Tampoco en el banquillo aparecían soluciones, con dudas hasta sobre quién debía calentar. Por primera vez en hora y media, el partido se empezó a jugar en el área de Unai Simón. Y esos diez minutos se hicieron años. 

También en esos diez minutos, que fueron casi 18 con el descuento, apareció un 'meritorio' con aspiraciones de algo más. Ayoze Pérez, que se ganó la convocatoria con su tramo final de temporada y con un hat-trick en la preparación, se apuntó un par de ocasiones y supo romper la dinámica. Eso sí, no evitó que Italia tuviera la última, un córner con Donnarumma al ataque. Un poquito más de épica para darle mayor valor a una clasificación por la vía rápida a octavos y como primera de grupo.

España puede descansar. El lunes, ante la sorprendente Albania, rotar. Y, desde ya, soñar.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es