El 'régimen' del Real Madrid: de sufrir a conquistar Londres y otra vez en semifinales de Champions
Los blancos se meten en semifinales por undécima vez en 13 temporadas tras ganar 0-2 con doblete de Rodrygo a un Chelsea que apretó mucho. Salvador Courtois con un paradón al filo del descanso.
Los focos eran tantos que por momentos la Champions parecía secundaria. Las acusaciones de "equipo del régimen" de un Laporta acorralado por el 'caso Negreira', el sonado vídeo de respuesta de Real Madrid TV, el morbo de que el emérito estuviese en el palco de Stamford Bridge antes de volver a España... Es difícil que se vuelva a hablar menos de un partido tan importante como el que ha metido al Madrid en las semifinales de Champions un año más.
El balón, ajeno a los escándalos que le rodean, dictó sentencia. Y dictaminó que el Real Madrid siga imponiendo su partícular régimen, el de dominar 'su' competición. Con esta serán 11 las semifinales en los últimos 13 años.
Eso sí, los de Ancelotti lo lograron no sin sufrimiento, ante un Chelsea envalentonado que tuvo en su mano cambiar el sino de la eliminatoria en varias ocasiones. Pero el Madrid supo sufrir, jugó sabiendo su buena renta por el 2-0 de la ida en el Bernabéu, y acabó dominando Londres con un doblete de Rodrygo.
Sudores fríos y el de casi siempre
El Chelsea sabía que tenía pocas opciones y muchas pasaban por comenzar fuerte. La ruidosa afición blue empujó sobremanera a los suyos en un comienzo frenético. Mitad por su empuje, mitad por la inconsistencia defensiva del Madrid entre dudas de Camavinga y demasiados espacios. No tardaron en llegar los primeros sudores fríos a las espaldas madridistas.
Especialmente, cuando Kanté desperdició una ocasión clarísima en el 10'. Siguió rondando el gol el Chelsea en un monólogo que se hizo eterno, asfixiante en su presión en medio campo y salida del área blanca. Pero con el paso de los minutos la 'normalidad' comenzó a reinar en Stamford Bridge. Acciones sueltas, una de Rodrygo, otra de Vinicius, Benzema también, sirvieron para dar al Madrid cierto control. Ajustadas más las líneas, el propio peso del fútbol fue inclinando el juego hacia el área inglesa, con veloces contras y obligando a intervenir a Kepa.
Eso sí, Courtois, el de casi siempre, volvió a emerger salvador justo antes del descanso. El belga se agigantó a bocajarro ante Cucurella, al que se le hizo de noche a escasos metros de portería tras una jugada de tiralíneas con Havertz como artista. El gol que podría haberlo cambiado todo. Pero esos balones hay que meterlos.
El guion cambió poco a la vuelta de los vestuarios. El Chelsea quiso apretar y, de nuevo, Kanté rozó el gol en los primeros compases. No faltó el capítulo polémico, por una leve falta de Militao, tocado y con amarilla, que los ingleses reclamaron merecedora de la expulsión. Minutos de caos que acabaron como suelen acabar estas cosas: contra blanca y gol del Madrid.
Fue en el 57'. Rodrygo, con metros por delante, encontró una autopista por la derecha, superó a Cucurella, que se tiró a la desesperada sin suerte, y se metió en el área chica sin obstáculo. Ya dentro, se la dejó a Vinicius y este, más generoso que confiado, la devolvió a su compatriota, que entre un mar de piernas no falló y dejó vista la eliminatoria. Rodrygo es otro que no falla cuando hay Champions. Quedaba media hora larga y empezaban a oírse los cánticos de la afición madridista.
El Chelsea se sabía prácticamente derrotado y aunque las ocasiones siguieron cayendo, la eliminatoria nunca más dio sensación de peligrar para los de Ancelotti, que se permitieron incluso ampliar la renta en el 79'. Una combinación de nivel iniciada por Vinicius la continuó Valverde, sensacional hoy, y la culminó Rodrygo para firmar su doblete.
El trabajo estaba hecho y las semifinales certificadas. El Real Madrid sigue dominando en Europa. Ahora espera el 'coco' (sea el que sea): si se cumple la lógica, el Manchester City de Guardiola; si hay sorpresa en Múnich, el Bayern. La final adelantada... eso sí, será sin Militao, sancionado por acumulación de tarjetas, mientras por el otro lado del cuadro, el Milán se cita con la historia tras hacerse fuerte en el 'Diego Armando Maradona de Nápoles. Otro clásico está de vuelta.