Sorpresa mayúscula en París: Rafa Nadal aparece para transportar la antorcha olímpica por el Sena
El tenista español, amo y señor de Roland Garros, ha recibido la antorcha olímpica de manos de Zinedine Zidane y la ha transportado por el Sena varios minutos bajo un precioso despliegue artístico.
La sorpresa que con tanto cariño guardaba París se multiplicó hasta límites al filo de las 23:00. Después de tres horas y media de ceremonia de inauguración, en ocasiones demasiado confusa y demasiado poco olímpica, la capital francesa ha conseguido impactar al mundo del modo menos imaginable.
Zinedine Zidane, gloria del fútbol francés y mundial, lucía orgulloso la antorcha olímpica para entregársela al 'rey de Francia'. Nada más y nada menos que Rafa Nadal, el 14 veces ganador de Roland Garros. que ha aparecido sonriente y entre los gestos de estupefacción de los presentes alrededor de la Torre Eiffel... y seguro que en millones de hogares.
Rafa Nadal, tras un abrazo cariñoso con 'Zizou', ha proseguido el trayecto de la antorcha, en un nuevo relevo, bajo un precioso juego de luces y música, siempre con la Torre Eiffel como faro de referencia.
Pero su camino no iba a ser a pie. La sorpresa iba a más. Nadal se ha subido a una barca, donde ha llevado la antorcha siempre erguido, aguantando la lluvia y las corrientes generadas por la embarcación, con un gesto entre responsabilizado, feliz y emocionado.
Despuñes de un recorrido de varios kilómetros bajo la luna y la lluvia parisinas, Nadal ha entregado la antorcha a otra grande del tenis, la 'local' Amélie Mauresmo, que hizo lo propio con el histórico baloncestista Tony Parker, acompañado de varios atletas paralímpicos, que han ido encadenándose con otros nombres hasta acabar entregando la simbólica antorcha a dos leyendas del ayer y el hoy del deporte galo.
La atleta Maria Jose Perec y el judoka Teddy Riner han sido los encargados de encender un pebetero que ha terminado de brillar con la sorpresiva reaparición de Céline Dion para poner un broche de oro a una ceremonia que tuvo de todo, pero también un final para el recuerdo.