Noche de pesadilla en Champions: pierden Real Madrid, Atlético y Girona
El Lille ha vencido al conjunto blanco por 1-0, el Benfica ha ganado a los colchoneros por 4-0 y el equipo catalán ha caído en el estreno en Champions de Montilivi por 2-3 ante el Feyenoord.
Desastre absoluto. No hay otra forma de definir la noche que han firmado los equipos españoles en la segunda jornada de la fase de liga de la Champions. Jugaban tres (Real Madrid, Atlético y Girona) y han perdido los tres.
La derrota más sorprendente ha sido la del conjunto blanco por 1-0 ante un equipo teóricamente inferior como el Lille. No obstante, también ha sido muy inesperada la gran debacle del Atlético de Madrid en su visita al Benfica (4-0). Tampoco ha sido el día del Girona, que ha caído 2-3 ante el Feyenoord en la puesta de largo de Montilivi en la máxima competición europea.
Lille 1-0 Real Madrid
El Real Madrid sufrió este miércoles la primera derrota de la temporada tras caer por 1-0 ante el Lille en la segunda jornada de la fase de liga de la Champions, después del gol de penalti de Jonathan David por mano de Eduardo Camavinga, en un duelo al que nunca se conectó un flojo campeón de Europa, mientras los franceses gozaron de las opciones más claras con un planteamiento tan sólido como valiente.
Con Mbappé en el banquillo, el 15 veces campeón de Europa, con el desgaste del derbi, vivió en Lille su peor partido de la temporada, muy atascado en la construcción y sin la pegada que, cuando lo otro falla, aparece. En esta ocasión no fue así, y el Lille demostró más viveza e interpretó mejor las diferentes situaciones del partido. Además, aunque pudieron hacer algún más, se encontraron con un penalti por mano de Camavinga tras una falta en la frontal, y David convirtió el único tanto del partido.
Primera derrota del vigente campeón, que se pone decimoséptimo en esta 'nueva' Champions con res puntos, y corta su racha en este inicio del curso de diez encuentros sin perder. Además, no conocía la derrota en su competición fetiche desde mayo de 2023. La falta de creatividad e intensidad condenaron a los blancos, sin capacidad para reaccionar en toda la segunda mitad.
El encuentro arrancó sin un dominador claro y con el Real Madrid asentado con Endrick como único punta y en la sólida dupla Tchouaméni-Camavinga, que se estrenaba este año. Los de Carlo Ancelotti golpearon primero, fruto de un esfuerzo en defensa de Bellingham que recogió Vinícius, pero su disparo raso y duro al palo corto lo atrapó un seguro Chevalier.
Fue el único zarpazo de un Madrid muy dócil y sin profundidad, con apenas movilidad y demasiado plano. A 'Vini' le costaba entrar en juego, mientras Bellingham mandó al limbo una ocasión clara desde la frontal. Solo Endrick parecía tener más ritmo y en una prueba de su potencia superior se metió casi en el área pequeña dejando a tres rivales atrás para disparar al muñeco. Primer gran susto de los blancos al Lille.
Pero los franceses no perdieron su atrevimiento, intentando ser protagonista y probando a un Andriy Lunin que llegaba al encuentro sin disputar ni un solo minuto esta temporada. Pero demostró estar preparado con dos grandes paradas consecutivas de valor gol, en los peores minutos de los madridistas de esta primera mitad.
El Real Madrid vivió los últimos minutos de la primera parte corriendo detrás del balón y armado detrás de la pelota, con un Bellingham desaparecido, pese a un Ancelotti que se desgañitaba en la banda pidiendo que las jugadas pasaran por sus botas. Mientras, los franceses a lo suyo, cada vez más cerca de la portería defendida por Lunin, quien vio como un esférico golpeado por André tocaba el larguero.
Aunque la peor noticia para los de Ancelotti llegó rozando el descanso en forma de penalti por mano de Camavinga, tras un lanzamiento de falta desde la frontal. El árbitro, revisión con el VAR mediante, no dudó al ver que el balón golpeó claramente el brazo de Camavinga, y tampoco falló un Jonathan David que no faltó a su cita con el gol. Era el quinto en los últimos tres partidos.
Jarro de agua fría para el conjunto merengue, que mostró otra cara en el inicio de la segunda mitad, ya con Fran García sustituyendo a Ferland Mendy. A Ancelotti no le gustó la primera parte y puso a calentar a Luka Modric y Kylian Mbappé, raro en el proceder con los cambios del italiano. Pese a la mejor actitud del Real Madrid, el Lille no mostró nerviosismo y, de hecho, gozó de la primera gran ocasión de Edon Zhegrova con un disparo desde la derecha que rozó el palo.
La ansiedad y la necesidad se trasladó del campo al banquillo, con Ancelotti dando entrada a Modric y Mbappé antes del minuto 60 en un mensaje claro para que su equipo despertara y encontrara el camino para darle a vuelta al partido. Con más riesgos y el Madrid más volcado el Lille pasó al modo contragolpe y volvió a disfrutar de una gran oportunidad de matar el partido, pero David la mandó fuera ante Lunin.
El reloj corría en contra del Real Madrid, que seguía sin encontrar el juego fluido y vivía muy lejos de la portería defendida por Chevalier. El balón parado era el único refugio para un Real Madrid al que no agitó la entrada de Mbappé y Modric. Siempre abonado a la épica, los madridistas apelaron al coraje y el esfuerzo que siempre aparecen.
Con esos ingredientes, el 15 veces campeón de Europa disfrutó de cuatro ocasiones prácticamente seguidas en las que Chevalier se hizo grande, ya con el Lille muy atrás y con el Real Madrid embotellándolos. La más clara al final fue para Güler, pero su remate sin oposición dentro del área salió muy centrado. El final pudo ser peor para los blancos si el árbitro hubiera expulsado a Rüdiger, ya con amarilla, al agarrar y tirar a un rival con el balón lejos de la jugada.
Benfica 4-0 Atlético de Madrid
El Atlético de Madrid firmó una pésima actuación este miércoles en la segunda jornada de la fase Liga de la Champions que se saldó con derrota abultada (4-0) ante el Benfica, mal facilitando al rival atrás y sin tener apenas ocasiones en el Estadio Da Luz.
El equipo de Diego Pablo Simeone, en búsqueda aún de acoplar sus nuevas piezas a un sistema que también varía mucho, se llevó un duro correctivo de un Benfica que rozó la perfección. El equipo luso ganó duelos, fue vertical, jugó al primer toque y gozó de un estado de gracia en varios de sus jugadores.
Ángel di María pareció tener 20 años y no 36, el delantero griego Vangelis Pavlidis lo ganó casi todo y los goles locales fueron cayendo por su propio peso. Después de ganar al RB Leipzig, el Atlético encajó una dura derrota en esta nueva Champions que parece cargada de sorpresas, mientras los lusos suman seis puntos.
Desde bien pronto no pintó bien para el equipo español. Di María se marchó como Pedro por su casa y Pavlidis perdonó la primera a los pocos minutos. En el córner, Oblak tuvo que sacar una mano imposible otra vez al delantero griego. El Atlético se defendió muy hundido y los locales movieron el balón a placer y con profundidad. Jugando fácil, Aktükoglu hizo el 1-0 a los 13 minutos en un despropósito defensivo de Reinildo, Lino y Koke.
El gol ayudó a los rojiblancos a salir algo de la cueva, a evitar tanta llegada del rival, pero arriba le siguió faltando chispa, una buena conexión entre Ángel Correa, Julián Álvarez y Antoine Griezmann. En un centro que se envenenó, Lino tuvo el empate atlético con un balón al larguero. Fue la apuesta del 'Cholo' esta vez, antes tuvo meter a Molina por un lesionado Marcos Llorente, pero al descanso la cambió de arriba a abajo, un nuevo giro en el vestuario esta campaña, metiendo a Gallagher y Sorloth.
Había mejorado el equipo madrileño, pero de nuevo el Benfica encontró la espalda a la zaga rival y, a los cinco minutos de la reanudación, fabricó un penalti en un pisotón de Gallagher. Di María hizo el 2-0 y perdonó el tercero poco después. Sin conectar con Sorloth, sin noticias de Julián Álvarez hasta que entró por él Giuliano Simeone, el Atlético no se encontró ni siquiera en su recurrente búsqueda de épica en el segundo tiempo.
Bah, en un saque de esquina, y Orkun Kökçü, de penalti de Reinildo, completaron una goleada que pudo ser mayor. El Estadio Da Luz, donde perdió la final de Champions de 2014 contra el Real Madrid, sigue jugando malas pasadas a un Atlético irreconocible ante los portugueses, con urgencia de que el 'Cholo' haga funcionar a sus nuevas piezas y todo encaje para una temporada de alta expectativa.
Girona 2-3 Feyenoord
El Girona FC ha caído este miércoles contra el Feyenoord (2-3) en Montilivi en un partido loco, el primero de los 'gironins' en la Liga de Campeones ante su afición, en el que la mala suerte se cebó con el equipo de Míchel, con dos autogoles y un penalti fallado y tantas imprecisiones que dieron alas a unos neerlandeses que se llevaron el triunfo casi sin quererlo, si bien es cierto que durante unos minutos crearon mucho peligro.
Descontrol, anarquía e infortunio. Todo ello lo tuvo o lo sufrió el Girona, que suma una segunda derrota en su estreno en la Liga de Campeones --tras caer en París (1-0)--, en un duelo en el que nada le salió bien, con dos autogoles, un penalti fallado, un gol anulado por fuera de jueg, una lesión (puede que grave) de Tsygankov y pérdidas clave bien castigadas por el Feyenoord.
Todo ello le pasó al Girona. Ya con 2-3 en contra, Míchel optó por la vieja guardia y dio entrada a Cristhian Stuani y a Portu. El uruguayo tuvo el empate en su cabeza pero el meta del Feyenoord Timon Wellenreuther estuvo clave con una parada a una mano salvadora. Al final, hasta Gazzaniga, el guardameta 'gironí' que tampoco tuvo su mejor actuación, subió a rematar un córner que terminó en mano involuntaria --no punible-- de un defensa neerlandés. Ni así.
El partido empezó movido y tenso y acabó de forma similar. Si el Girona quiere seguir vivo en Europ debe quitarse presión de encima y jugar con más temple y calma, pues con duelos locos, visto lo visto, no llegará a buen puerto. La primera señal de que la cosa no iría bien fue vio la temprana amarilla a Yangel Herrera, que poco después sufrió una dura entrada que el árbitro no quiso castigar con la misma sanción para Timber.
A nivel ofensivo, el Girona fue el primero en avisar, con un buen disparo del ucraniano Viktor Tsygankov, pero el portero del Feyenoord Timon Wellenreuther la desvió bien a córner. Idas y venidas de inicio, pero parecía que el campo estaba ligeramente inclinado hacia el área neerlandesa, ya que el Girona llegaba más y mejor, como en un centro de Arnau Martínez al que no llegó por poco el propio Tsygankov.
Pero el honor de ser el primer goleador del Girona FC en la Liga de Campeones será, para siempre, para David López. No un delantero ni un centrocampista llegando desde segunda línea, no. Un central que, en una acción a balón parado y aprovechando el mal rechace de la defensa neerlandesa a cabezazo inicial de Miovski, le cayó a David López, que engañó a su defensor antes de hacer historia para el Girona.
Pero nada es fácil en la vida y menos en la 'Champions'. Apenas tres minutos después del gol de David López, el Feyenoord empató y lo hizo con algo de ayuda, ya que el remate de cabeza de Timber en una falta lateral dio en Yangel Herrera, pegado al centrocampista y capitán del Feyenoord, y el balón salió desviado para superar a un Gazzaniga que, con sus piernas abiertas, hizo la estatua. Mala fortuna para el Girona, que veía el 1-1 en Montilivi sin que el rival hiciera nada para ello.
Y como el disfortunio a veces no viene solo, ese autogol vino acompañado de una lesión de Vyktor Tsygankov, que estaba siendo el mejor jugador de los de Míchel en el campo. Tuvo que dejar su lugar a Danjuma, y habrá que esperar a ver si la mala noticia no es más grave de lo que fue perder a la estrella de los 'gironins'. El cambio no sentó nada bien al Girona y, en el minuto 33, una jugada aislada del Feyenoord acabó en gol, en el de la remontada por entonces, 10' después de empatar y obra de Antoni Milambo, engañando a Gazzaniga.
Debía cambiar el chip el Girona, pero llegó antes otro mazazo. De los grandes. Otro error defensivo obligó a David Martín a cometer penalti sobre Timber, el mejor de los neerlandeses, y el 1-3 sobrevolaba Montilivi. Pero fue el portero argentino Paulo Gazzaniga quien voló más para desviar el tiro fatídico del japonés Ayase Ueda. Esperanza para el Girona, golpe moral positivo y una segunda opción para, primero, volver a igualar el partido. Por lo menos, aire a nivel anímico ya que, de haberse ido el choque al 1-3, hubiera sido fatal para los intereses de los 'gironins'.
Tras el descanso, en el que Míchel tuvo que levantar a sus jugadores y retocar varios aspectos, sobre todo los huecos dejados en defensa muy bien leídos por los jugadores del Feyenoord. Pero la primera acción ofensiva del Feyenoord casi acabó en gol, con otra pérdida y un mal repliegue. No pintaban bien las cosas, para nada, con muchos nervios en Montilivi desde la mala suerte del empate en propia puerta.
Y hubo otro gol en propia meta, esta vez del Feyenoord, pero ese empate momentáneo del Girona fue anulado desde el VAR por fuera de juego de Donny van de Beek, cuyo centro había sido desviado al interior de la red. Parecía que la suerte o el destino devolvían al Girona lo quitado, pero no. Ni así. El camino al empate debía ir potro camino y el juego del equipo catalán estaba, aunque mejorando poco a poco, atorado.
Cuesta arriba. Así iba el Girona esta tarde-noche histórica para el club catalán. Tanto que un penalti sobre Miovski, al que el portero Wellenreuther derribó con la cabeza, fue detenido por el mismo guardameta alemán del Feyenoord, que acertó las intenciones de un Miovski que poco después remató de cabeza y, de nuevo, Wellenreuther evitó que pudiera cantar gol.
Un rechace que esta vez sí salió a favor del Girona, de un Arnaut Danjuma que entró a la media hora por la lesión de Tsygankov, permitió al neerlandés conectar con su compatriota Donny van de Beek para que este rematara, con bote, para superar al meta Wellenreuther. Esta vez no hubo nada que revisar en el VAR, ni argumento alguno para que el destino jugara con el Girona, que por fin celebró el empate y se creció para, en el último cuarto de hora, ir a por la machada.
Pero no era la noche del Girona. No era noche para festejos. El juego, por momentos, no fue malo, pero de nuevo un autogol del Girona, del central Ladislav Krejci, adelantaba al Feyenoord en un centro lateral que aparentemente no tenía peligro. Y Gazzaniga no estuvo fino para evitarlo. ¿Qué más le podía salir mal al Girona? Casi que era mejor no pensar en ello. Los nervios y la presión se juntaron en contra de los de Míchel, con la lluvia mojando a los seguidores que, cabizbajos, iban en una montaña rusa de emociones que les invitó, para no marearse a más, a irse a casa empapados, de vacío y antes del pitido final. La primera victoria del Girona en 'Champions' se hará de rogar.