Manuela Vos y la historia que rodea a un Mundial que ya es historia del deporte español

Manuela Vos y la historia que rodea a un Mundial que ya es historia del deporte español

La ciclista nacida en Países Bajos ha dado a España el primer mundial femenino en ciclismo adaptado. Un accidente le dejó tetrapléjica hace tres años y tras dos meses en la UCI reinició una vida que encontró respuesta en el deporte y el teatro. "Confío en que sirva para más mujeres", explica a 'El HuffPost' aún emocionada.

Manuela Vos, con su medalla de oro en el Mundial de ZúrichUCI

Su nombre rezuma ciclismo. Manuela Vos (Leewarden, Países Bajos, 1968) hace la broma de contar que su paisana Marianne, una de las mejores ciclistas de la historia, "es mi hermana". Se ríe  la risa enseguida torna en emoción cuando escucha que ya es parte de otra historia, la del ciclismo y el deporte adaptado español al convertirse en la primera campeona del mundo paralímpica.

"Es bonito todo esto", acierta a decir en sus primeras palabras a El HuffPost, aún con el shock de verse en el foco mediático. En Zúrich, donde se disputan los mundiales de ciclismo convencional y paralímpico de forma paralela, Vos ha logrado un oro y una plata en categoría H1 en lucha con la italiana Luisa Pasini, única rival de una competición que aspira a crecer como respuesta deportiva y vital a las discapacidades de mayor grado.

Manuela es consciente de que su título va más allá de la gloria de vestir el arcoiris. "Confío en que esto sirva para que más mujeres con discapacidad se aficionen al ciclismo". Habla de España y del mundo, pero se detiene en su caso interno, "porque es curioso y triste que soy la única mujer en la selección". Aún más llamativo en un país tan 'ciclista' como este y con una selección paralímpica de élite, con estrellas como Ricardo Ten, Sergio Garrote -ambos oro en París y ahora también en Zúrich-, Alfonso Cabello... 

"Todos hombres. En las competiciones nacionales hay pocas mujeres y quizás en mi caso lo puedo entender, pero hay categorías no tan severas que abren más opciones", expone.

Nacionalizada española, compite en la categoría H1 por su tetraplejia. "Sin movilidad en las piernas, aunque tengo algo de movilidad en brazos y manos, se considera tetraplejia porque mi lesión medular afectó a esas partes". "Apenas tengo musculatura y eso lo dificulta mucho todo, en la bici y fuera. Por ejemplo, necesito ayuda para ponerme los guantes y agarrar el manillar", explica. Anclados los brazos, la carretera es toda suya, en entrenamientos "seis días a la semana" que comparte con hijos, parientes o amigos.

Cuando llegó el momento y el médico me indicó que pediría una silla le contesté que ni se le ocurriera pedir una con motor, que yo movería una normal aunque fuese a un centímetro por hora. Me daba asco verme en una silla motorizada

Pero Zúrich 2024 no se entiende sin el 5 de julio de 2021. Esa mañana, esta por entonces holandesa que vivía en España desde mediados de los 90, salió a practicar alpinismo con un grupo de amigos. "Yo aquí hacía mil y un deportes", rememora. Pero de golpe, todo cambió. Dos meses eternos en la UCI fueron el prólogo a la nueva vida. "En cuanto recuperé lo poquito que me queda, diría que mi cuerpo tuvo 'recuerdo' de todo el deporte hecho años atrás. Eso y la mente, que me ha ayudado mucho en este camino".

"En esos dos meses no tenía ni idea de qué tendría. Sabes que hay algo grave, pero no cuánto. Cuando llegó el momento y el médico me indicó que pediría una silla le contesté que ni se le ocurriera pedir una con motor, que yo movería una normal aunque fuese a un centímetro por hora". "Me daba asco verme en una silla motorizada", añade con todo el énfasis que le permite su fuerte acento natal.

Ya encima de su silla, su primer impulso fue el deporte. Allí mismo, en el Hospital de Parapléjicos de Toledo "me plantearon el ping-pong y mira, no, lo siento pero yo no quería eso. También me señalaron el ciclismo como opción y me interesó, pero tenía los hombros y brazos tan mal que los médicos casi me lo prohibieron".

"Testaruda" que es ella, se las apañó tirando de todos los recursos posibles, explica sobre su primera vez en el gimnasio. "Tiene su gracia porque le comenté al monitor que iba a ping-pong aunque yo quería la bici. Él me dijo 'chócame los cinco' y a mí me costó muchísimo subir la mano. Al verlo, respondió que yo no tenía tríceps y que no podría montar en una handbike, pero bueno, que me ayudaba a subir y que lo probase". Cabezonería y suerte se aliaron.

Manuela Vos en una competición recienteCEDIDA POR MANUELA VOS

"Me subió, me ancló las manos al manillar y como me coloqué en una posición en la que tenía los brazos estirados, pude tirar con toda mi poca fuerza y el bíceps que me quedaba y pude avanzar", rememora con un evidente punto de emoción. Acababa de empezar su nueva vida. "Sí, viendo que sí podía mover la bici de hecho ya aquel día me dijeron hasta de apuntarme a la carrera Ponle Freno de Madrid".

El 5 de julio fue el accidente y la Ponle Freno el 21 de noviembre. Dos meses de UCI y apenas dos meses de adaptación a un nuevo medio hasta un debut que le hizo pasar por mil y un sentimientos. ¡Lo que me costó subir La Castellana!... menos mal que mi gente me fue empujando en la subida, ufff. Eso sí, cuando llegó la bajada, ay, eso me encantó. Vi que era lo mío", apunta entre risas, una constante en su relato.

El monitor del gimnasio me dijo 'chócame los cinco' y a mí me costó muchísimo subir la mano. Al verlo, respondió que yo no tenía triceps y que no podría montar en una handbike, pero bueno, que me ayudaba a subir y que lo probase 

Ella asumía que era un nuevo comienzo deportivo, pero ni se imaginaba lo que le esperaba unos meses después. "Claro, yo lo vi como una opción a largo plazo, tenía que adaptarme y luego la bici, que no son precisamente baratas (risas)". Ahí aparecen esos amigos a los que hace constante referencia. "Sin yo saberlo, lanzaron una campaña de crowdfunding y montaron un concierto benéfico para mí. ¡Que me prepararon ellos una bici! ¿Ves por qué digo que sin ellos no estaría hoy aquí?".

"No nos vamos a engañar, cuando te pasa un accidente así y te quedas tetrapléjico mucha gente te quiere ayudar al principio, pero sus vidas siguen y es fácil que te olviden porque tienen que hacer sus cosas. Pero —presume orgullosa— mi gente no ha faltado. Hasta en los entrenamientos del día a día".

Ciclista reconvertida, pero también madre y ciudadana. Manuela Vos se enfrentó desde su salida del hospital a una vida que tocó reiniciar en prácticamente todos los aspectos. "Al principio me tenían que dar de comer y beber pero yo dije que eso lo iba a hacer yo sí o sí. Y aprendí a coger cosas. Yo necesito a alguien para levantarme, sentarme y vestirme. Pero yo me ducho hasta donde llego, me maquillo, me hago mis cosas... también me tomo un porrón de pastillas (risas). Cuesta, tardas mucho más, pero se pueden hacer muchas cosas y esto es algo que debemos dar a conocer. Que cuesta muchísimo, pero se puede".

Su rutina la recita con la precisión de quien necesita tener las cosas bajo su control."Rehabilitación, ensayar, comer, descansar, entrenar, cenar y a dormir. Así es mi día a día. No paro, pero eso mola, me siento viva". Evidentemente, hay un verbo que llama más la atención. Porque Manuela Vos, además de ciclista es actriz. Hasta 'musa' teatral. Su historia inspira la función Manuela, el vuelo infinito que ya recorre España. "Esto yo creo que no lo sabe el seleccionador y se lo tengo que comentar (risas), pero hace unos cuantos meses me plantearon un proyecto de teatro sobre mi vida y lo ultimamos en verano. Va de mí, pero se habla de mucha gente que vive una situación como la mía".

No nos vamos a engañar, cuando te pasa un accidente así y te quedas tetrapléjico mucha gente te quiere ayudar al principio, pero sus vidas siguen y es fácil que te olviden porque tienen que hacer sus cosas

La próxima vez que se suba al escenario lo hará como campeona mundial. Un consuelo tras quedarse fuera de los Juegos Paralímpicos de París por falta de tiempo y ranking. A Zúrich sí ha llegado en un camino exprés de poco más de un año de deporte "en serio". "Como tal, con mi entrenador yo empecé a entrenar el julio pasado. De hecho, en diciembre me invitaron a unas jornadas de captación de talento paralímpico", relata. Aunque no se detiene, el resultado fue más que positivo. "Decidieron llevarme a una prueba de la Copa del Mundo en Ostende en mayo", ya como parte del Equipo Cofidis de Promesas Paralímpicas al que reconoce estar "tan agradecida por la ayuda". También, hace un inciso, a la Real Federación Española de Ciclismo, en su camino por equiparar el deporte convencional y adaptado, que ya integra bajo su mando.

Allí ganó dos oros al imponerse a la tailandesa Darin Sheepchondan, pero era tarde para París. "Había una pequeña opción, una invitación vía Comité Paralímpico Internacional. No pudo ser... así que ya miramos a Los Ángeles".

Los Juegos de 2028 aparecen en su agenda, una cita a la que llegará con 60 años. Tampoco en esto se pone límites  Vos. "El seleccionador ya ha hablado conmigo del ciclo. El año que viene empezamos el trabajo hacia Los Ángeles. Yo acabo de llegar a este mundo, como quien dice, y sé que tengo mucho margen de mejora. Hay que luchar por más, eso seguro", remata, sin saber que se había dejado para el final la misma frase que confesaba al arrancar la entrevista.

Porque, ahora lo puede decir orgullosa, "es bonito vivir esto".

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es