Las medallas de oro olímpicas solo contienen poco más de un 1% de este material: ¿de qué están hechas realmente?
Su nivel de pureza no tiene nada que ver con lo que se puede creer.
Conseguir una medalla olímpica es lo más parecido a tocar el cielo para cualquier deportista. Ya sea oro, plata o bronce, todas ellas suponen un hito para cualquiera de ellos. Pero, una cuestión que seguro alguna se habrá preguntado todo el mundo es, ¿las medallas son realmente de los materiales que dicen ser?
Pues para decepción de muchos, la respuesta es no, especialmente si hablamos de la medalla de oro. Estos metales, que son los más codiciados por todo deportista que consigue acudir a una cita olímpica, cuentan con una pequeña proporción del metal en sí.
En el caso de la medalla de oro, y de acuerdo con los especialistas y los fabricantes de la medalla dorada, esta solo cuenta con un 1,34% de oro puro, mientras que el resto se divide en un 92,5% de plata y un 6% de cobre, por lo que su valor real en el mercado apenas llegaría a los 600 dólares, mientras que si fuera oro puro al completo, su precio se elevaría hasta los 25.000 dólares.
La más 'real' es la de plata
En cambio, ocurre todo lo contrario con la segunda máxima distinción, la medalla de plata. En este caso, sí se asemeja mucho más al metal que se otorga al segundo clasificado en los Juegos Olímpicos, ya que la medalla de plata cuenta con un 92,5% de plata (igual que la de oro), y el resto es cobre.
Por último, y si miramos el tercer premio: la medalla de bronce, el compuesto es de un 97% cobre y el resto zinc y estaño, de forma que su valor no es mayor a tres dólares.
Como curiosidad, cabe destacar que las únicas medallas de oro que fueron completamente de este material, se entregaron en los quintos JJOO modernos, que datan del año 1912, en Estocolmo.