La vida en la Villa Olímpica, por Enmanuel Reyes Pla: "Es lo bueno y lo malo que tiene estar aquí"
El púgil español, ya seguro medallista en -92 kilos, habla de su día a día dentro de la "ciudad" del deporte en París 2024 y reconoce intentar "andar lo menos posible" pese a todas las emociones y posibilidades que le ofrece un entorno "maravilloso".
Vivir en la Villa Olímpica, el gran sueño de todo (o casi todo) deportista que aspira a alcanzar unos Juegos Olímpicos. Un entorno idílico, gratuito, lleno de armonía, espíritu deportivo y comunión. Pero también un mundo pequeño en el que pasar días, en algunos casos semanas incluso y donde escapar de la dinámica de competiciones-entrenamientos-mentalización no siempre es fácil.
Por ello, cada atleta busca sus maneras para sobrellevar una experiencia "única" pero también "peligrosa", como detalla el recién asegurado como medallista en París 2024 Enmanuel Reyes Pla.
El púgil español, que atendió a El HuffPost tras hacer historia para el boxeo al conseguir la primera medala olímpica en 24 años, habla también de su día a día en la villa, un "lujo" donde reconoce intentar "ahorrar todo lo posible en esfuerzos" y en la que busca "no pensar, por momentos, en el boxeo".
Él, como el resto del equipo olímpico de boxeo está instalado "en un apartamento dentro del pabellón dedicado a España". En su caso, comparte habitación con Ayoub Ghadfa, los dos púgiles de mayor categoría por pesaje dentro del combinado. Los dos, por cierto, ya medallistas a falta de conocer el 'color' del metal.
Allí, Reyes Pla (-92 kilos) y Ghadfa (+92 kilos) "ciertamente pasamos unas cuantas horas en la habitación; sí hay espacio para esos ratos de charla entre competiciones, entrenamientos y eventos con prensa".
"Al final compartimos muchas cosas y estamos muy atentos al equipo, a veces vamos a verles competir y otras tenemos que tirar del móvil. Pero luego cuando tenemos un ratito para hablar yo intento salir del boxeo, ya le dedicamos muchísimas horas cada día, así que es bueno también hablar de otra cosas nuestras", reconoce.
Fuera de la habitación pero dentro de la villa, este púgil afincado en Galicia y "más español que el más español" pese a su origen cubano, asegura que "hay que tratar de ahorrar fuerzas en todo". "De hecho, intento andar lo menos posible", asegura con alguna risa al otro lado del teléfono. "Estamos para descansar, comer lo que toca comer y poco más".
Habla, también, de lo maravilloso y lo 'peligroso' que puede ser este entorno: "Es lo bueno y lo malo de la Villa Olímpica, que compartes espacio con muchos deportistas, con tus ídolos, pero también te puede descentrar y aquí venimos a lo que venimos". En su caso, a por una medalla que ya tiene y, ya puestos, "a por el oro".