La vida en la Villa Olímpica, por Álvaro Martín: "¿Las camas de cartón? Me encantan, para lo que tuvimos otras veces..."
El marchador extremeño logró el bronce en los 20 kms. marcha y aparece como favorito junto a María Perez en el relevo de este miércoles. Entre lo uno y lo otro, cuenta sus vivencias en la villa y en la habitación.
El sueño de la Villa Olímpica también es un reto para cualquier deportista. Porque la experiencia única de vivir el deporte desde el corazón de los Juegos incluye los peligros de las distracciones, como explicaba a este medio el boxeador Enmanuel Reyes Pla.
Por eso, hay casos como el de Álvaro Martín en los que la Villa Olímpica resulta prácticamente una gran desconocida. Al menos, hasta que compitió y logró el bronce olímpico en la prueba de los 20 kms. marcha. En una entrevista con El HuffPost confesaba que "antes no exploré nada, apenas vi unas competiciones por televisión".
Algo más tranquilo tras su soñada medalla, reconocía liberado que "estos días me muevo algo más aprovechando que cada deportista tenemos derecho a una entrada por deporte, pero desde el lunes, ya otra vez en capilla".
El miércoles, Álvaro Martín aspira a sacar medalla en el extraño relevo de marcha en distancia maratón que compartirá con la subcampeona olímpica María Pérez. Junto a ellos competirá la otra pareja española, compuesta por Miguel Ángel López y Cristina Montesinos. Álvaro y Miguel Ángel comparten amistad, entrenador (José Antonio Carrillo) y hasta habitación.
"El viernes llegó Miguel Ángel y estamos compartiendo habitación. Hasta entonces yo estaba solo... y, a ver, cuando la tienes todo para ti es más cómodo, puedes dejar la ropa por ahí, ocupando espacio... ahora toca compartir perchas", admitía entre risas.
Y qué pasa con las camas, el gran tema de debate de los atletas dentro de la Villa Olímpica, le preguntamos. Doble campeón del Mundo y de Europa, no le pesa señalar que "las camas de cartón me encantan". "No se rompen, el colchón es duro... se duerme bien, no es un hotel de cinco estrellas, pero para como hemos llegado a estar, esto es perfecto".
En la habitación, el marchador de Llerena ha tenido que atender "a los yo no sé cuántos mensajes y llamadas... un no parar", prosigue rememorando su bronce. De hecho, "dos días después aún no había aterrizado del todo". Pero pasado el subidón y la rueda de eventos en la Casa de España, entrevistas y whatsapps, toca volver a la concentración.
"Me levanto temprano, entreno, como pronto, un poco de descanso... por la tarde sesión bien de fisio o de psicólogo y cenar", detalla. Sin espacio para "explorar la villa" cuando está metido en el 'modo competición', Álvaro se agarra "a que tenemos un salón que hace de espacio común, allí estamos marchadores, gente del medio fondo español y hacemos convivencia, aunque sea viendo algunas competiciones por televisión".