La indeseable 'diarrea del atleta' que sufren muchos corredores de los Juegos Olímpicos

La indeseable 'diarrea del atleta' que sufren muchos corredores de los Juegos Olímpicos

Las citas olímpicas, más allá de la gloria deportiva, sacan a la palestra algunas de las enfermedades que desafían a los corredores y que pueden afectar al rendimiento.

Atletas pasan junto a la Torre Eiffel durante el maratón mixto de marcha en los Juegos Olímpicos de París 2024Miguel Gutiérrez

Los Juegos Olímpicos son, más allá de un evento deportivo, la celebración global sobre el estado de forma y la destreza atlética de los deportistas de élite que participan en ellos, pero también pueden convertirse en una pesadilla médica para los competidores que, sin desearlo, son los protagonistas de instantes no tan glamurosos como son el de subirse al podio para colgarse una medalla del cuello. Episodios poco elegantes, pero reales como la vida misma, que humanizan a los que sueñan con entrar en el Olimpo del deporte.

Uno de los problemas médicos que pueden aparecer en unos Juegos Olímpicos es, quizá, uno de los más incómodos y debilitantes que puede sufrir un atleta, especialmente a los corredores de largas distancias, como son la marcha o la maratón. Esta enfermedad, que se conoce como la 'diarrea del corredor', es más común de lo que se imagian y, en otras citas olímpicas ha sido motivo de preocupación. Basta con recordar el caso del marchista francés Yohann Diniz en Río 2016, que entre desmayos y diarrea fue capaz de llegar hasta la meta después de recorrer los 50 kilómetros de su prueba. 

¿Qué causa la diarrea del corredor?

El diarrea del corredor se trata de una afección gastrointestinal que sucede durante o después de la práctica de una actividad física intensa, especialmente en deportes que ponen a prueba la resistencia de los deportistas, como el maratón o el triatlón.

Las causas de esta enfermedad son complejas y son múltiples los factores que ayuda a al desarrollo de esta molesta condición: la tensión física extrema, el desvío del flujo sanguíneo de los intestinos hacia los músculos activos, la ingesta de alimentos o líquidos inadecuados antes de competir o el estrés previo a una prueba pueden ser un detonante.

Durante la práctica de ejercicio intenso, el cuerpo prioriza el suministro de sangre a los músculos que están en uso, reduciendo simultáneamente el flujo sanguíneo hacia otros órganos, incluidos los intestinos. Este desvío, conocido como isquemia intestinal, puede afectar a la absorción adecuada de líquidos y nutrientes, lo que puede se puede traducir en malestar abdominal y diarrea.

Por otro lado, el movimiento constante de los corredores puede causar efectos negativos sobre el sistema digestivo. A medida que se mueven, los órganos internos, incluidos los intestinos, se ven sometidos a una agitación mecánica continuada que acelera el tránsito de los alimentos y líquidos en el tracto digestivo.

Por esta razón, la dieta y la hidratación juegan un papel clave en la aparición de la diarrea del corredor. El consumo, antes de una carrera, de alimentos que son difíciles de digerir o que, nutritivamente, son altos en fibra o grasas, puede aumentar la probabilidad de sufrir problemas gastrointestinales. Asimismo, la ingesta de bebidas energéticas, con ciertos azúcares y edulcorantes, puede irritar el estómago y contribuir a la diarrea. Si a ello se le suma una hidratación insuficiente, la diarrea puede agravarse.

Otro factor clave que puede desencadenar la diarrea del atleta es la ansiedad y el estrés previo a la realización de una prueba olímpica. Los niveles elevados antes y durante la competición pueden tener un impacto significativo en el sistema digestivo. El estrés, por ejemplo, libera hormonas como el cortisol, que pueden acelerar el tránsito intestinal. Esta respuesta natural ante situaciones de alta presión, puede resultar en episodios de diarrea.

Impacto en el rendimiento y medidas preventivas

Para un atleta olímpico, lidiar con la diarrea del corredor no solo es algo incómodo, sino que también puede afectar significativamente a su rendimiento. La deshidratación, la pérdida de electrolitos y la incapacidad de concentrarse en la prueba son algunos de los efectos secundarios que pueden sufrir, lo que puede reducir las posibilidades de medalla.

Para minimizar los riesgos, entrenadores y nutricionistas de los equipos técnicos en los Juegos Olímpicos recomienda a los corredores que eviten ciertos alimentos y bebidas en los días previos a las pruebas en las que tengan que competir. De hecho, ponen el foco en la práctica de una dieta baja en fibra y que sea fácil de digerir. Además, hacen hincapié en mantener una buena hidratación, tanto antes como durante la prueba deportiva.

A pesar de que durante unos Juegos Olímpicos y otras pruebas deportivas intensas se toman numerosas precauciones, como la de ajustar las dietas y asegurar una buena hidratación, la diarrea del corredor sigue siendo un enemigo complicado de combatir. En muchos casos, no es hasta después de la carrera que los deportistas confiesan haber sufrido este problema físico, lo que deja claro lo incómodo y embarazoso que puede ser.