Inquietud en el deporte español por los escándalos antidopaje: "Lo de la CELAD es sólo la punta del iceberg"
Estrellas y destacados atletas españoles confiesan a 'El HuffPost' cómo iniciaron la lucha antidopaje. Temen más escándalos y reconocen preocupados que "España sale tocada".
Es inquietud, pero también rabia, decepción y tristeza. La mezcla de sensaciones en el corazón del deporte español y especialmente en el atletismo, da medida del cataclismo que ha supuesto el escándalo continuado en la labor de la CELAD, el principal organismo antidopaje español.
El escándalo coincide con la sanción a una de las estrellas del tartán español y mundial, el murciano de adopción Mohamed Katir. Dos años por no estar localizable en tres controles antidoping, que él achaca a su naturaleza "despistada". Pero su caso no es el mayor de los problemas estructurales de un país, España, que vuelve a desangrarse entre escándalos farmacológico y una deficiente vigilancia institucional, como han detallado en diferentes entregas José Manuel Amorós y Natalia Torrente en Relevo.
Al frente de la lucha "por un deporte limpio" se sitúan tres conocidos atletas españoles, el marchador Álvaro Martín, el fondista Roberto Aláiz y el mediofondista Gonzalo García, a cuyo llamamiento se han sumado decenas de compañeros en una carta reclamando medidas y cambios al CSD y a la propia CELAD, que ya empiezan a ser evidentes, empezando por el relevo en la cabeza del organismo. Acorrolado y finalmente dimitido José Luis Terreros, la nueva responsable de la CELAD es Silvia Calzón, que fuera rostro habitual del Gobierno y de Sanidad en los peores embates de la pandemia.
Entre los muchos firmantes, son varios, contactados por El HuffPost, los que prefieren adoptar "un perfil secundario" y apoyar las palabras de los tres 'líderes'. De momento, García celebra los cambios y buenas señales de evolución en la entidad antidopaje, por lo que prefiere darles tiempo como muestra de confianza tras sus numerosas denuncias públicas. Sus dos compañeros, en cambio, no se muerden la lengua.
La historia, cuenta Aláiz, viene de lejos, como lo hace su lucha interna como estandartes del deporte limpio. "Lo llevamos hablando años, pero antes del verano creamos un grupo Álvaro (Martín), Gonzalo (García) y yo para ver cómo podríamos actuar para dar luz a un tema que ya nos generaba muchas dudas". Antes incluso del Mundial de Budapest en el que Martín logró dos oros en 20 y 35 km. marcha, matiza. Después, los acontecimientos desde finales de año lo han precipitado todo.
"Parece que lo hemos hecho a posta, pero no, nuestra desconfianza venía de antes. Y no digo que sospecháramos de nadie en concreto, pero sí que sospechábamos, o algo más, de la mala praxis de la agencia española". Hace un inciso. "Mala praxis, ineptitud o algo más si de verdad había una motivación interesada para tapar los positivos... Espero que el tiempo no me dé la razón pero me temo que acabaremos sabiendo que había intereses detrás de esos silencios", sostiene Aláiz.
Álvaro Martín atiende a El HuffPost de vuelta a su 'otra' casa de Murcia. El marchador de Llerena (Badajoz) admite el "problema múltiple" que enfrenta el deporte español tras la "enésima" crisis. "Los compañeros de otros países nos pueden ver con una sospecha similar a la que tú puedes tener del deporte ruso". Admite que es "injusto generalizar contra una inmensa mayoría que va limpio, pero la desconfianza está y no es buena señal". Por ello, lamenta el 'silencio' de expedientes irregulares. "En esos pocos casos archivados hay atletas con los que podemos seguir compitiendo".
"El gran problema no es que un alemán sospeche de un español, es que un español sospeche de un español", remota Roberto Aláiz, que va más allá. "Al final esto termina generando la duda entre nosotros, porque la gente de élite dentro del seguimiento por pasaporte biológico son muy pocos y no de todas las disciplinas, así que si hay 10 casos sospechosos y hacemos matemáticas, conoceremos a muchos". En su caso, como fondista de nivel internacional, directamente teme que alguno de ellos le haya privado de acudir a citas como unos Juegos.
A ambos, junto a Gonzalo García, les está tocando 'mojarse' en pleno año olímpico, incluso en reuniones de primer nivel, como la mantenida la pasada semana entre Álvaro Martín, y los actuales responsables del CSD y la CELAD. Todo ello, metido en entrenamientos de calidad y a meses del gran sueño deportivo, donde el marchador aspira a todo. Por ello, Martín no esconde que dar la cara en la lucha antidopaje es una tarea ingrata, pero insiste en que "todos los deportistas tenemos derechos y deberes y uno de los deberes es dar la cara en la lucha antiopaje". "Te lo digo porque además somos los primeros interesados y los primeros perjudicados en este asunto".
"Claro que tendríamos que estar centrados en competiciones y entrenamientos, pero algunos hemos decidido poner la cara, porque yo viví la Operación Puerto y no quiero volver a vivir un escándalo así". Álvaro, no obstante, rehúye de protagonismo por su mayor relevancia social y se deshace en elogios hacia sus dos compañeros.
A Aláiz las últimas noticias le han cogido en Sierra Nevada, donde se estaba preparando para el Campeonato de España de 10.000 metros y sueña con los Europeos y los Juegos. En una pausa de sus entrenamientos, el corredor leonés reconoce que no le cuesta 'mojarse' y dar la cara por este tema. "Somos la parte afectada, no sé cómo otros compañeros no lo ven o tienen miedo de hablar. Que piensen que nos puede costar reputación, sponsor y dinero. Yo creo que falta solidaridad en el sector".
Para el atleta, que acumula resultados de nivel en pruebas como 3.000 obstáculos, 5.000 y 10.000 metros, nuestro deporte queda muy tocado, tanto que apunta que "España podría merecerse una sanción". "Venimos de escándalos de dopaje de Estado en Rusia y en China; en España obviamente no hay ese nivel, pero que miramos para otro lado sí que lo creo".
Tanto es así que no duda en afirmar que "lo de la CELAD es la punta del iceberg". Su sorpresa es evidente cuando descubre que la frase es exactamente la misma que la que formuló Álvaro Martín en su entrevista horas antes. "Pues no es que la usemos en nuestras conversaciones, pero se ve que lo pensamos nosotros... y seguro que muchos otros".
Ese 'iceberg' metafórico sigue asomando. Aláiz confirma que en las últimas horas han estallado dos nuevos casos de mala praxis en la antigua CELAD, con positivos escondidos en un cajón. La indignación es mayúscula. "Es que venimos de donde venimos, tuvimos la Operación Galgo, la Operación Puerto, otras que no han salido la luz... y confirmar ahora que el organismo competente en la lucha antidopaje ha tapado positivos es acojonante, quedamos muy mal como país".
Álvaro Martín tira de 'jurisprudencia' y de otro escándalo que cambió la visión del pasaporte biológico de los deportistas. "Es que vamos dos años tarde desde una torpeza jurídica en el pasaporte biológico como se vio en el caso del ciclista Ibai Salas". "En la causa se admitía que los pasaportes biológicos son útiles, pero como no había un desarrollo legal, no podían usarse, así que los metieron en un cajón... pero desde hace tiempo ya se pueden usar como prueba. ¿Por qué siguen en el cajón?, se pregunta retóricamente.
"Porque decimos siempre que el deporte es marca España. Y si queremos lucirnos con el Mundial de fútbol o soñamos con unos futuros Juegos Olímpicos, esto hace daño", añade Martín. A sus 29 años, recuerda bien su infancia, cuando en plena pelea olímpica de Madrid "se nos preguntó por la lucha antidopaje en un momento difícil... Han pasado muchos años, pero hoy España sigue teniendo muchos problemas para actuar contra el dopaje".
Álvaro utiliza conscientemente las palabras 'luchar' y 'actuar' porque asume con resignación que "erradicar no se va a erradicar el dopaje, como no se erradica la droga, pero al menos que sí se trabaje en su contra". Y es en ese deseo donde se agarran a los primeros cambios en la agencia española antidoping.
Ambos, igual que Gonzalo, le dan un voto de confianza 'condicionada'. "En mi reunión me contaron que tienen la idea de cambiar esto, Silvia acaba de aterrizar y quiere traer gente nueva y cambiar muchas cosas, pero el tiempo tiene caducidad". "Insisto, hay que darles tiempo, están las palabras, veremos si llegan los hechos", remata Álvaro Martín. Al "100%" secunda su postura Roberto Aláiz, para quien le queda "el consuelo de que ellos mismos admiten que han hecho las cosas mal y como bien dice mi compañero podemos darles un tiempo... pero el tiempo no puede ser infinito".