Enmanuel Reyes Pla: "España me ha hecho persona, no me pesa tener que decir que soy español"

Enmanuel Reyes Pla: "España me ha hecho persona, no me pesa tener que decir que soy español"

El boxeador cubano de nacimiento y gallego de adopción ha asegurado la primera medalla del boxeo español en 24 años. Un hito que sólo es parte del "camino" que este enorme púgil tiene en su mente, entre promesas de "tirar la Torre Eiffel abajo" a golpes.

Reyes Pla (dcha.) en acción en París 2024EFE / Sashenka Gutiérrez

Su nombre ya es historia del deporte español. Con sus manos de 'Profeta', Enmanuel Reyes Pla (La Habana, Cuba, 1992) ha asegurado la primera medalla olímpica de nuestro boxeo en 24 años. Parte del camino que este púgil gallego de corazón tenía marcado en su cabeza hasta "tirar abajo la Torre Eiffel", como le gusta apuntar entre burlón y desafiante.

Siempre soñó en grande, pero la propia realidad estuvo a punto de dejarle K.O. infinitas veces. Obligado a salir de su Cuba natal por las penurias de una dictadura asfixiante, recorrió Europa de país en país, sin hallar lo que acabaría encontrando al pisar Galicia. Allí le esperaban familiares "y una gente maravillosa que me lo dio todo". En España, comenzó esa ansiada "nueva vida" que años después le ha llevado a ser podio olímpico y mundial "derribando muchas cabezas", otra de sus frases de cabecera. 

Porque, como dice tirando de refrán "no es quien te hace, sino quien te cria y España me ha hecho persona". Por eso, quizás, no le pesa repetir constantemente que es "español... y más español que el más español".

Sus reflexiones caen como los golpes que tira en el ring. Le gusta la distancia larga, pero no le cuesta meterse a la corta para lanzar un repertorio de manos que entran limpias como una mañana de primavera, en palabras del gran Jaime Ugarte. Pero fuera del ring le gusta otro juego, tan boxístico o más que el otro, el de las 'palabras'. Con el bronce ya asegurado, el domingo luchará por meterse en la final de la categoría -92 kilos ante el azerbayano Alfonso Domínguez, entre promesas de "desenterrar y volver a enterrar a Napoleón" por el impacto de su 'obra'.

Usted ya es parte de la historia del deporte español y del boxeo español, que es mucho decir. ¿Se pensaba en el equipo en esos 24 años sin medalla, sabiendo que el último medallista es seleccionador o es un pensamiento que intentabais dejar al margen?

Claro, teniendo a Rafa Lozano como seleccionador siempre está presente ese pensamiento. Pero luego en el ring la cabeza sólo estaba a lo mío, a sacar mi boxeo, sin pensar en lo de ayer.

Celebramos esta medalla, pero muchos no olvidamos lo que pasó con usted y otros compañeros en Tokio 2020 con decisiones de los jueces más que discutibles. ¿Pese a saberse superior a sus dos rivales llegó a temer por otra decisión arbitral similar?

Esto también lo hemos trabajado mucho, física y mentalmente, para no dejarme influir por lo que fueran marcando los jueces asalto tras asalto. He trabajado especialmente para no darle espacio a la duda a los jueces.

Evidentemente, cada rival está estudiado, pero ¿cuánta gestión se puede hacer ya metidos en el ring? ¿Se puede llegar a plantear una estrategia diferente en función de si hay información de ir ganando o perdiendo?

El conocimiento siempre está, pero la idea es clara, salir a hacer nuestro combate, no cambiamos el rumbo en función de si ganamos o perdimos un asalto. Entre asaltos la información no es tanta, desde la esquina los mensajes son sobre todo positivos, cortos, reafirmando lo que está bien hecho y dando algún refuerzo.

Hemos trabajado mucho, física y mentalmente para no dejarme influir por lo que fueran marcando los jueces asalto tras asalto

Ya habiamos hecho mucho sparring con los dos competidores, ahora sólo bastaba con hacerlo mucho mejor. La idea era hacer mi boxeo y salió bien.

Su boxeo es de dominio, de buscar una distancia larga, pero también de un desgaste alto. ¿Cabe alguna sorpresa para estos combates?

Yo trato de buscar mi distancia, la larga, para hacer mis técnicas, pero si hay que ir a la corta, vamos con todo. Aquñi todo el que venga sabe que hay que apretar en la larga y en la corta. Además, físicamente me encuentro muy bien. Los combates son duros, a estos niveles y pesos te diría que cada combate es una final, pero estoy muy bien.

Enmanuel Reyes Pla, eufórico tras finalizar el combate que asegura la medalla olímpica en París 2024MOHD RASFAN vía Getty Images

Hemos ganado una medalla y este mismo viernes o el sábado pueden caer más. En categoría profesional seguimos sumando títulos internacionales y grandes veladas ¿Volverá a ser el boxeo un deporte de país como fue en los 60-70?

Lo estamos subiendo mucho y claro que puede llegar a serlo otra vez. Se está haciendo un trabajo fenomenal desde abajo. De hecho, sin ofender a nadie, diré que el trabajo actual del boxeo español es el mejor de toda nuestra historia. Esto no para, el boxeo español es para rato y pido, ahora que estamos de moda, que se le dé más apoyo. Van a venir más cosas, más púgiles, más gente practicando...

De hecho, el boxeo, en los gimnasios es cada vez más popular. Sin embargo cuesta encontrar un seguimiento masivo, entre prejuicios que aún permanecen. En los Juegos mucha gente se está 'reencontrando' con el boxeo y sus grandes historias humanas ¿Por qué cree que persisten esos prejuicios?

Es que todo eso viene de atrás, de cosas antiguas. De un boxeador tipo muy liante, con un estilo de vida de hacer cosas raras en las calles. El boxeador de ayer era bruto, bebía...

Ahora la gente estudia, hablamos bien, no buscamos pleitos. Deberían mirar al boxeo de hoy por sus valores y por un nivel deportivo y de estudios grande. Por algo se le dice 'el noble arte'.

Hablamos de vidas. Usted salió de Cuba en busca de una vida mejor, recorrió Europa y llegó a España, un trayecto que ya ha explicado en numerosas ocasiones. ¿Qué encontró al llegar al que hoy es su país, más allá de algunos familiares? 

Llegué a Galicia, donde estaba mi familia. No sólo ellos, todos me abrieron las puertas desde el principio. No tuve que adaptarme a nada, estaba en casa desde el primer día. Por algo los gallegos decimos Galicia calidade.

Cuando entré en Galicia pronto tuve contacto con Chano Planas para entrenar con él y luego me llamó Rafa Lozano para el equipo nacional y ayudarme a conseguir la nacionalidad. Mis gracias a ellos y a España por abrirme las puertas y poder representar a mi país son inmensas.

El boxeador de ayer era bruto, bebía... Ahora la gente estudia, hablamos bien, no buscamos pleitos. Deberían mirar al boxeo de hoy por sus valores, sus resultados...

Cuenta esta historia y reafirma constantemente su sentimiento español. ¿No le pesa tener que seguir diciendo 'soy español' para quien siga sin aceptarlo?

Para nada me pesa. El dicho dice no es quien te hace, sino quien te cría. España me ha criado y me ha hecho persona y soy más español que el más español. Aquí me han dado la oportunidad. 

Una oportunidad que le lleva a soñar con el oro, como apunta siempre con mensajes que llaman mucho la atención. ¿Ese tipo de expresiones que lanza son parte de su estrategia, un refuerzo positivo en lo psicológico o simplemente le salen así?

Jajaja. Sí, yo digo que vamos a desenterrar a Napoleón y enterrarle después y a tirar la Torre Eiffel a puñetazos. Me gustan este tipo de pensamientos, siempre he pensado en grande. Yo mismo soy mi propio psicólogo y me va bien pensar en grande

De momento, tengo delante a un buen boxeador [el azerbayano nacido también en Cuba Loren Berto Alfonso Domínguez, bronce en Tokio 2020], pero ya le gané en el Preolímpico. Es un estilista, seguro que será un buen combate, pero podemos soñar con el oro.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es