El deporte español, a por los Juegos Olímpicos de París 2024 en su mejor momento: las claves de una cita crucial
España saca músculo con 382 deportistas en los Juegos Olímpicos, la mayor cifra sin contar Barcelona 1992, y decenas de esperanzas de medalla, con el objetivo "muy posible" de superar el techo de las 22. París será también el nexo entre el final de la 'generación dorada' y los nuevos nombres ya instalados en la élite.
En el deporte, como en la vida, los números no lo son todo, pero sí dan una medida del momento. Y esos mismos números determinan que París 2024 es el momento del deporte español.
Los Juegos Olímpicos que arrancan oficialmente este viernes —aunque lo hicieran de forma real el miércoles— enfrentan a España ante su particular espejo, el de una oportunidad histórica concretada en una participación de récord: 383 deportistas, con la incorporación a última hora de la skater Daniela Terol, que aparecía inicialmente como reserva. La mayor cifra sin contar Barcelona 1992 cuando llegamos a 422 en calidad de anfitriones. Esos 383 también reflejan algo nunca visto, que habrá más mujeres (193) que hombres (190). No es simple estadística, es el reflejo de una realidad, la creciente fuerza del deporte femenino su cada vez mayor inversión y fuerza mediática.
Los números que manejan expertos y miembros de la delegación también dicen que España aspira a igualar o incluso superar las 22 medallas de Barcelona. Lo cuenta en primera persona el presidente del COE, Alejandro Blanco, a El HuffPost: "Existe un convencimiento total", tanto en el equipo como en él mismo. Celebra ser testigo de un "espíritu como no había visto nunca" en la delegación tras "dos años de éxitos cada fin de semana".
De todo ello toma buena nota el mundo. Con más de 30 opciones muy posibles de podio —L`Equipe habla de hasta 32 metales— en función de los resultados recientes, rankings y cruces sorteados, todo lo que no sea superar los resultados recientes de Río y Tokio (17 metales) será una decepción objetiva. Presión que "no pesa, sino que estimula", añadía el propio Blanco, asumiendo siempre que en el deporte no hay nada escrito. Como ocurre en cada cita, algunas medallas 'seguras' no se concretarán y en su lugar aparecerán 'sorpresas' que muy pocos esperaban.
Sorpresas, cabe matizar, en muchos casos relativas, porque España llega a París 2024 con los mejores resultados colectivos de una olimpiada. Con el foco puesto en los muchos y buenos referentes deportivos de país, no ha habido prácticamente una disciplina que no haya dado alegrías internaciones en los últimos tres años. En categoría absoluta y en una cantera que ha seguido dando gloria hasta los últimos días preolímpicos. Esa generación que llama a las puertas tendrá su momento, posiblemente en 2028.
Antes, París 2024 debe ser el momento del relevo en la élite entre la, quizás, mejor generacion polideportiva de nuestra historia (Craviotto, Chourraut, Nadal, Rudy, Perrone...) y la camada de estrellas que ya se mueve o asoma en la élite mundial pese a su juventud (Alcaraz, Cerezo, McGrath...).
El relevo es individual, pero también se evidencia en el seno de los deportes de equipo, que vuelven a acudir como valor de fuerza del deporte español. Salvo en rugby 7 y en voleibol, España estará presente en el resto de combinados, con numerosas esperanzas de podio y la absoluta garantía de competir hasta el último segundo. En el foco, romper la maldición que nos pesa desde Atlanta 1996: 28 años sin ganar una final olímpica de equipos.
Un tiempo nuevo
Toca echar la vista más atrás, otra vez a Barcelona 1992, con el objetivo, casi obsesión, de superar el techo del olimpismo español. Aquellas 22 medallas —sin contar las de exhibición— han persistido como un registro inalcanzable. Porque los para muchos mejores Juegos de la historia, sirvieron para que España se subiera al carro de la modernidad turística, internacional y también atlética. El nacimiento del Plan ADO cambió la cara del deporte español.
40 años después el modelo necesitaba un lógico impulso que ha llegado en la presente olimpiada con la concreción del proyecto Team España. En sus distintas extensiones y alcances, la idea surge como un modelo más directo por y para el deportista, pero también por y para el entorno del deportista. "Es tratar al deportista como un todo", resumían a este medio fuentes de la Real Federación Española de Piragüismo, una de las 'culpables' del momento de éxito en categorías absolutas y en las inferiores.
Porque, tirando de clásicos olímpicos, las medallas del mañana se empiezan a conseguir hoy. En colegios, centros municipales y pequeños clubes, sobre los que debe sustentarse la pirámide del deporte español. El modelo funciona fuera de nuestras fronteras, aunque evidentemente no es cuestión de meses. El proyecto Team España necesita tiempo para definir su rumbo, tarea siempre compleja en un país tan resultadista como el nuestro.
A ese público ansiado de resultados inmediatos podemos dar una buena noticia a priori con el calendario en la mano: España puede presumir de que cada día hay opciones de alguna medalla. Si estar en los Juegos ya marca un corte, estar en la pelea por las medallas es un verdadero baremo del nivel nacional, como lo son las decenas de diplomas (puestos entre el 4° y el 8°) que se lograrán en estos 16 días de programa oficial de competición.
Francia y las incógnitas bajo una constelación de estrellas
Muchas claves en unos Juegos que se presentan entre lo histórico y lo incierto. La sola ceremonia de inauguración fuera del Estadio y con embarcaciones por el Sena supone un hito —genial para algunos, horrendo para otros— que anticipa unos Juegos diferentes. Entornos como la Torre Eiffel, Tullerías, Inválidos o la insólita subsede de Tahití, la más alejada de la sede principal en la historia, garantizan éxitos en sí mismo. Y un sinfín de selfis de los afortunados deportistas, periodistas y aficionados presentes.
Francia, no obstante, contiene la respiración en una ciudad y hasta un país blindado por las amenazas de diversa naturaleza. Habitual objetivo del terrorismo yihadista, la capital es un desfile continuo de policías franceses y de muchos otros países hasta completar un operativo sin comparación que busca protegerse ante ataques físicos, sin descuidar los posibles ataques híbridos: ciberataques, fake news para generar pánico... Un desafío para una Francia que atraviesa momentos difíciles, con cierto vacío de poder tras las últimas elecciones legislativas.
Por París y por el resto de subsedes circularán la mayor parte de las grandes estrellas del deporte mundial. Si en el deporte español, el ayer y el hoy se darán la mano con el mañana, el resto del planeta no será diferente. El foco estará puesto sobre nuestros Rafa Nadal, Carlos Alcaraz, Saúl Craviotto, Aitana Bonmatí o Carolina Marín, como lo estará sobre iconos como Simone Biles, Lebron James, Teddy Riner, Nikola Karabatic, Katie Ledecky, Lisa Carrington, Novak Djokovic, Armand Duplantis, Shelly-Ann Fraser Pryce y otros que marcarán el futuro como Fekme Bol, Léon Marchand. Si los citamos todos, no acabamos.
París, siempre tan luminosa, lucirá como nunca durante sus esperados Juegos post-covid. Un brillo al que quiere sumarse España. El momento es ahora.