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Cuando la victoria es ir más allá del oro: las lecciones sin medalla que dejó el deporte en 2024

Cuando la victoria es ir más allá del oro: las lecciones sin medalla que dejó el deporte en 2024

Con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 como foco, el deporte ha vivido un año de grandes éxitos, sonados fracasos e imborrables competiciones. Pero entre tantas historias, el año también deja preciosas lecciones de humanidad.

Rafa Nadal, pensativo y emocionado en el homenaje por su retiradaManuel Queimadelos/Quality Sport Images vía Getty Images

Más lejos, más alto, más fuerte... pero también más humano. El año que ya nos deja será recordado, en clave deportiva, por el espectáculo de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024. Pero 366 días dan para mucho y no sólo de Juegos se alimenta un universo, el del deporte, que no deja de moverse.

Historias de títulos, medallas, resonantes victorias y aún más sonadas derrotas que, en ocasiones contadas, también han dado pie a otros relatos. Porque detrás de la pelea por la gloria aún queda espacio para el compañerismo, la solidaridad o el reconocimiento del rival.

Metidos ya en fin de año, toca hacer balance. Lejos del infinito análisis de los grandes momentos que ha deparado el deporte en 2024, en El HuffPost hemos querido darle una vuelta más 'humanista' para hacer un particular resumen de los momentos en los que el deporte fue mucho más allá de la competición.

Porque hay 'medallas' que deben valorarse aunque no conlleven un podio ni un título.

El castigo por ser "ejemplar, Elena Congost

A la atleta paralímpica Elena Congost ser buena persona le ha costado muchos miles de euros. 30.000, en concreto, los que hubiera recibido de haberse colgado la medalla de bronce que ganó sobre el asfalto del maratón de París 2024. A metros de la meta, su guía, Mia Carol, sufrió un pequeño mareo; en el momento de auxiliarle, Elena soltó la cuerda que les debe mantener unidos, como manda el reglamento de la categoría T12 de discapacitados visuales.

Elena Congost y Mia Carol celebran su llegada a meta como bronces provisionales del maratón en los Juegos Paralímpicos de París 2024Getty Images

Un segundo, dos, que no hicieron sino frenar a la madrileña, oro en Río 2016, cuando apenas quedaban unos pasos para certificar su bronce, sin rivales cerca ni la más mínima opción de sacar ventaja por la caída de su guía. Mia se levantó y juntos cruzaron la meta de París para fundirse en un abrazo de 'bronce'... hasta que el Comité Paralímpico Internacional decidió descalificarles por "incumplir el reglamento". 

El escándalo fue inmediato, pero las autoridades internacionales no aceptaron ninguna de las alegaciones presentadas por la propia deportista, el Comité Paralímpico español ni la presión popular ejercida en todo el mundo. Elena y su guía fueron descalificados. Y con esta medida, decían adiós al premio que España otorga a sus medallistas de bronce, este año con igualdad de reconocimiento para olímpicos y paralímpicos.

El colmo del absurdo llegaría poco después. En un escrito de respuesta al comité español, World Para Athletics, la federación internacional de atletismo adaptado, aplaudía "los valores" y "la solidaridad" mostrada por Elena Congost. Pero de la medalla, ni hablar; en línea con el discurso oficial del Comité Paralímpico Internacional. 

Una "injusticia" que ha intentado paliar en parte el recién renovado Comité Paralímpico Español, al otorgarle una beca extraordinaria a ella, su guía y su entrenador, similar en cuantía a los poseeores de un bronce en unos Juegos. 2.050 euros al mes para iniciar el camino a Los Ángeles 2028, de la mano de un nuevo guía, Roger Sans. En paralelo, el camino legal aún sigue para Elena, en manos del prestigioso abogado Jean-Louis Dupont, quien llevara hace años el caso Bosman, con el que acudirá a la Justicia ordinaria. 

El dolor (y el honor) del deporte, Carolina Marín y He Bing Jiao

Todo buen conocedor del deporte de alta competición huye de una expresión reproducida hasta el hartazgo este 2024: 'medalla segura'. Esa certeza absolutamente incierta de que un deportista ganará medalla en los Juegos, sin contar con un posible mal día, un éxito del rival o una desgracia en forma de lesión. Eso mismo fue lo que se cruzó, otra vez en el camino de Carolina Marín, uno de los nombres a los que se les otorgaba el calificativo de 'medalla segura' para España en París.

Carolina Marín, consolada por su entrenador, Fernando Rivas, tras lesionarse en las semifinales de París 2024LUIS TATO vía Getty Images

La jugadora de bádminton de Huelva volvía a unos Juegos tras superar un doble calvario en forma de roturas musculares. Oro en Río 2016, Carolina veía en París 2024 su gran oportunidad. Lejos ya del infierno de operaciones y rehabilitaciones, sus buenos resultados previos y un sorteo a priori favorable parecían acercar el sueño de un nuevo éxito olímpico. Ya en París, con más o menos dificultades, la onubense fue pasando de rondas hasta plantarse en unas semifinales que no tardó en dominar con suficiencia. 

Hasta que la pesadilla revivió.

Otra vez. Su rodilla volvió a romperse cuando tenía la final a unos pocos puntos. Pese a su intento de aguantar, no pudo mantenerse en pie y tuvo que abandonar. Después se sabría que era el ligamento cruzado anterior y los dos meniscos de su rodilla derecha. Adiós al oro, a la plata y al bronce... pero en aquel momento a nadie le importó la medalla. Carolina Marín, la pionera que llevó Huelva y España a la cima del bádminton y que meses antes de París fue galardonada con el Princesa de Asturias de los Deportes, se había vuelto a romper. 

Sus lágrimas fueron las del público, las de los espectadores por televisión y la del deporte entero. El sentimiento fue tal que hubo un movimiento inicial del Comité Olímpico Español para reclamar un bronce honorífico que ni el COI ni la propia Carolina quisieron atender.

He Bing Jiao, con el pin de España en el podio de París 2024Getty Images

Carolina llorando, con una dignidad infinita, queda como una de las imágenes de los Juegos de París 2024, por desgracia. Como también lo es la reacción de su rival. He Bing Jiao pasó a la final y, tras caer con claridad, celebró su plata olímpica sacando un pin de España en el podio. Un detalle minúsculo en medidas e inmenso en intenciones para reconocer a su rival, compañera y ya amiga en un podio que parecía suyo. El gesto valió un inmenso aplauso que aún hoy emociona, también a la propia Carolina Marín, que ha vivido recientemente un precioso reencuentro con He.

El final de año coge a la onubense en el camino de su enésima rehabilitación y con el convencimiento de que volverá a una pista de bádminton. El deporte y toda España te esperamos, Carolina.

El final de un camino infinito, Rafael Nadal

Aquel presagio de Nico Almagro estuvo más cerca de cumplirse de lo que humanamente parecía lógico. Porque Rafa Nadal no ganó Roland Garros "40 años seguidos...", pero casi. Entre 2005 y 2022 la historia de la  'Copa de los Mosqueteros' se escribe casi exclusivamente con el nombre de Rafael Nadal Perera. Y dos años después de su 14ª conquista, ese mismo 'mosquetero' ha puesto fin a una carrera que durante lustros creímos infinita.

Rafa Nadal, con la antorcha olímpica en la ceremonia de inauguración de París 2024Getty Images

Rafa Nadal ha dicho adiós al deporte profesional, sí. Y en las pistas que ha podido pisar en una temporada entre algodones y renuncias por problemas físicos ha sentido el cariño, tan infinito como su nombre, que ha ido labrando en centenares de torneos y ciudades. Lejos de su nivel, maltrecho su cuerpo, sólo su fe le ha mantenido en activo el tiempo suficiente para decir un emocionado adiós a su gran templo, París.

Porque en la capital francesa ha recibido un triple homenaje con los ojos del mundo encima. Primero en Roland Garros, gracias a una inolvidable presentación de Marc Maury antes de que saltara a la pista el 14 veces campeón del torneo. Meses después, como gran protagonista inesperado de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Y, ya en los Juegos, como parte de ese sueño llamado Nadalcaraz que tanta emoción generó dentro y fuera de la pareja española. Mucho más allá de las aspiraciones reales de una pareja que se sabía no favorita para la pelea por las medallas.

El cuerpo de quien lo ha sido todo en el tenis mundial ha llegado al límite. Pasado París, Nadal hizo oficial lo que ya todos esperábamos. Su adiós se certificó en Málaga, sede de las finales de la Copa Davis. Allí, el mejor deportista español de la historia recibió un homenaje un tanto deslucido. En lo deportivo y en lo emotivo, como lamentaban su propio tío, Toni Nadal, y otros rivales. Rafa perdió, España cayó, pero era lo de menos

Ya lo decía Carlos Alcaraz: "La Copa Davis se juega cada año y es más importante la despedida de Rafa. Una leyenda sólo se despide una vez".

La reverencia de la más grande, Simone Biles

No ha habido una cámara que no apuntase por donde pasaba. Porque los de París 2024 eran, también, los Juegos de la 'reválida' para Simone Biles... y eso es mucho decir cuando se habla de la gran estrella de la gimnasia. Cuádruple campeona olímpica en Río con apenas 19 años, se esperaba todo de ella en Tokio. Y en 'los Juegos del covid' su salud mental le hizo parar, ganando una medalla si cabe de mayor impacto, la de concienciar al mundo de los problemas psicológicos que sufren los deportistas del más alto nivel.

Simone Biles y Jordan Chiles hacen una reverencia a Rebeca Andrade en el podioGABRIEL BOUYS vía Getty Images

Tres años después, todo pasaba por París con la incógnita de si volvería a su máximo rendimiento o si la presión podría con ella. Biles tardó poco en despejar las dudas. De la capital francesa, la brillante gimnasta nacida en Columbus se marchó con tres oros, una plata y sólo una 'ausencia' del podio por un fallo en barra de equilibrio.

Cinco finales, cuatro medallas y una imagen para la posteridad, más allá de una sonrisa que ya es 'marca de la casa'. Tras conseguir la plata en la final de suelo, tanto ella como su compatriota Jordan Chiles (bronce) decidieron hacer una reverencia a la campeona olímpica, la brasileña Rebeca Andrade

Ella misma aclaró por qué hicieron ese gesto que no tardó en llenar portadas y recorrer el mundo. Sin perder la sonrisa, Simone Biles aseguró que fue inspirado por "el espíritu deportivo". "Todos trabajamos muy duro para llegar a donde estamos y competir en los Juegos Olímpicos para nuestros países. Creo que eso es lo emocionante, sin importar si ganas o no. Si pierdes, apoyas a tus competidores porque trabajan tan duro como tú", reconoció justo después de una reverencia que la propia campeona brasileña devolvió cogiendo de las manos a ambas compañeras.

Cuando el deporte es 'lo menos importante'

Reza una de esas frases populares que el futbol es la cosa más importante de lo menos importante y la frase bien puede aplicarse al deporte entero para los amantes de la cultura polideportiva. Por desgracia, a finales de octubre lo más importante no estaba en ningún tartán, polideportivo, césped o tatami. La DANA que arrasó Valencia y otros puntos se llevó alrededor de 230 vidas, dejó pérdidas irreparables y una ruina infinita para cientos de familias. 

Adrián Vicente, con sus amigos ayudando en Valencia.Imagen cedida por Adrián Vicente

En esa urgencia aparecieron, como parte de los miles de voluntarios anónimos, grandes nombres del deporte español. Armados con una pala, un cubo, una escoba... y sus manos aparecieron estrellas como la campeona olímpica y mundial María Pérez, la piloto ganadora del Dakar Cristina Gutiérrez, el taekwondista olímpico y medallista internacional Adrián Vicente, futbolistas como Marcos Llorente, Vicente Iborra, integrantes de la plantilla del Valencia C.F. como José Luis Gayá, Pepelu o Hugo Duro o el entrenador del Osasuna, Vicente Moreno, cuyo Massanassa natal fue uno de los pueblos más destrozados. 

Ellos y tantos otros, celebres y anónimos se plantaron en la 'zona cero' para algo más que hacerse la foto, olvidando sus entrenamientos unos días por un fin mayor. Estar donde hacían falta unas manos para colaborar en las primeras labores de una urgencia que unió a (casi) todo el país.

El deporte como vida (literalmente), Loida Zabala

No es ninguna frase hecha. El deporte le sigue dando vida a la haltera paralímpica Loida Zabala. Esta deportista extremeña de 37 años firmó en París sus quintos Juegos. La estadística refleja un noveno puesto en la prueba de 50 kilos, un resultado meritorio que escapa del foco mediático... hasta que se conoce la intrahistoria de esta participación.

  Loida Zabala llora de emoción tras competir en París 2024Getty Images vía David Ramos

Lo que no se ve en la fría estadística es la inmensa medalla de vida que supuso para Zabala clasificarse para París 2024 y poder competir al máximo nivel. La cuádruple diploma en los Juegos y medallista europea y mundial fue detectada con cáncer de pulmón en un estadio 4 o muy avanzado. En la revisión le descubrieron nueve tumores cerebrales. Era un 28 de octubre de 2023, a diez meses de los Juegos.

Ella cuenta, como ha hecho a fondo en la entrevista de Alfredo Pascual en El HuffPost, que se va a morir. Nadie es capaz de contarlo con la entereza que lo hace esta ejemplar cacereña de Losar de la Vera, que confía en aguantar hasta Los Ángeles 2028, su gran ilusión. 

Llegar a sus sextos Juegos, con el deporte como verdadero objetivo y sustento vital, porque "creo y confío de verdad que puedo llegar, así que voy a poner todo mi esfuerzo en conseguirlo".

MOSTRAR BIOGRAFíA

Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es