Carolina Marín sufre una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y de los dos meniscos
Se confirma el peor pronóstico posible.
No por ser esperado es menos doloroso. Los peores pronósticos se han confirmado y Carolina Marín sufre una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, la misma de la que fue operada en el año 2019.
Además, la jugadora de bádminton onubense también padece una rotura del menisco interno y externo, según señala el parte médico hecho público esta tarde por los representantes de la deportista.
“Tras las primeras pruebas realizadas en París, completadas en el día de hoy en Madrid, se ha confirmado que Carolina Marín sufre una rotura de la plastia del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, de la que fue operada a comienzos de 2019. A su vez, el diagnóstico ha confirmado también la rotura del menisco interno y externo. Próximamente se hará una valoración para determinar el tratamiento y concretar la fecha de la operación”, se apunta en la nota informativa.
Carolina Marín, quien ha dicho estar “destrozada”, ha sido recibida este lunes entre aplausos en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por decenas de aficionados que le han mostrado su apoyo.
“Todavía no he podido ver todo, pero desde luego que quiero dar las gracias a todo el mundo. Estoy destrozada, no puedo decir otra cosa, pero me voy al hospital, que me hagan pruebas y a ver qué sale, ahí tomaremos decisiones”, ha expresado Marín a los medios de comunicación en su llegada a Madrid.
La jugadora española se lesionó ante la china He Bing Jiao y se vio obligada a retirarse del torneo cuando, con un marcador de 21-14 y 10-6, acariciaba la que hubiera su segunda final olímpica tras el oro conquistado en Río de Janeiro 2016.
La triple campeona del mundo y ocho veces campeona de Europa se enfundó una rodillera para tratar de seguir diputando el partido aunque fuera muy mermada, pero tras jugar dos puntos comprobó que no podía continuar. Entre lágrimas, la onubense abandonó la pista principal del pabellón Porte de la Chapelle en el final más cruel posible a su participación en París 2024.