Águeda Marqués, la atleta que transformó en nueve días las lágrimas de tristeza por una sonrisa de alegría
"Para mí el atletismo es todo y esto es lo máximo que uno puede alcanzar", celebra la segoviana, que se ha clasificado para los Juegos Olímpicos de París.
Una semana y dos días es el tiempo que necesitó la joven mediofondista segoviana Águeda Marqués para transformar las lágrimas de tristeza y frustración que inundaban sus mejillas por una sonrisa de felicidad que se le podía ver de oreja a oreja y que ya nadie le va a poder quitar.
El pasado 21 de junio en el meeting de Vallehermoso (Madrid), se quedó a tan ocho centésimas de sellar su plaza para la prueba de 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de París. Corrió ese kilómetro y medio en 4:04.58, mientras que la Real Federación Española de Atletismo había fijado en 4:04.50 el tiempo mínimo para ir a la cita olímpica. Su llanto desconsolado una vez terminada la carrera ya es historia del atletismo de este país.
Lo que no sabía Marqués en ese momento es que la vida le tenía deparada una sorpresa. Una semana más tarde, en el Campeonato de España celebrado en La Nucía, iba a colarse por la puerta grande en los Juegos de París. Desde el primer tramo de la carrera, la segoviana de 22 años puso un ritmo alto y terminó por conseguir la plata española, solo por detrás de Esther Guerrero, y un tiempo de 4:03.90, el segundo mejor de su vida y más que suficiente para poder disfrutar de su primera experiencia olímpica.
"Ahora estoy bien, ya tranquila y trabajando duro, pero he pasado unas semanas muy complicadas y de muchos nervios porque no ha sido nada fácil conseguirlo", afirma la mediofondista desde su Segovia natal, notándose en su voz la alegría y la emoción de cumplir el sueño olímpico que siempre había tenido desde que se puso de pequeña sus primeras zapatillas. "Para mí el atletismo es todo y esto es lo máximo que uno puede alcanzar".
Entre esos días que transcurrieron desde un campeonato hasta el otro, Marqués se quedó en Madrid junto a su pareja, el también atleta olímpico Adrián Ben, tratando de liberar la cabeza lo máximo posible, aunque reconoce que fue algo muy complicado. Hasta confiesa que algún compañero le dijo que estaba un "poco autista" por su comportamiento. "Los nervios, supongo", bromea ahora ya tranquila.
"Es que imagínate, no sabía qué iba a pasar, si iba a haber excepciones en la selección final y yo quería dejarlo hecho por mis propios méritos. Fueron días de mucha tensión, angustia y tenía hasta ansiedad, que es algo que nunca me pasa. Una sensación horrible, toda la semana intentando distraerme y no podía porque en mi cabeza solo estaba la opción de conseguir la marca ese día", se justifica.
El año para Marqués no ha sido fácil. En un meeting en Mets el pasado mes de febrero se cayó, otra atleta la pisó con la zapatilla de clavos y tuvieron que darle 11 puntos en la parte lateral de la rodilla que la dejó una semana sin poder entrenar. Además, las semanas previas a esa prueba de Vallehermoso estuvo enferma y ni fue al Europeo de Roma para poder llegar lo mejor posible. "Por eso no me podía cree que después de lo mal que lo habíamos pasado ese último mes, de lo que me había costado llegar a esa forma me quedara a nada, fue un drama gordo", sentencia.
Marqués pide a la RFEA una mayor flexibilidad a la hora de computar estos tiempos: "Es horrible porque ocho centésimas no dictaminan que tú seas más o menos válidos. Hay que utilizar la coherencia, el sentido común y ver cómo te puedes desenvolver en otras competiciones. Somos personas, cuesta mucho llegar y quedarte a nada y menos cuando el resto de veces lo has hecho bien es un palo grande".
A París con la mentalidad y el dicho de su madre
Durante toda la conversación, Marqués va repitiendo cómo es su forma de correr, competir y de vivir la vida. Es un dicho que le dijo su madre y que lleva tatuado a fuego. "Ella siempre dice que 'el que hace todo lo que puede no está obligado a más'. Si das todo lo mejor de ti ya está, no es necesario hacer más. Si te sale bien, perfecto y si te sale mal hay que aprender de los fallos y seguir", afirma.
Y eso es lo que va a hacer Marqués sobre la pista del Stade de France: correr, disfrutar y hacerlo lo mejor posible. Se presenta con el 31 mejor tiempo de las 45 mujeres que se han clasificado, pero no renuncia a llegar a unas semifinales -su gran objetivo- y, por qué no, a una hipotética final.
"Sé que está muy complicado, hay mucha gente por debajo de los 4 minutos y el 1.500 está dando un vuelco increíble, pero no hay que ponerse límites y hay que salir a por todas y lo que tenga que salir saldrá. Al final no siempre pasan a semifinales las 24 mejores y no siempre gana la favorita, hay sorpresas y se va a intentar", avisa. Durante estos días quiere afinar esa última vuelta donde se consiguen materializar los tiempos y se logran las clasificaciones. "Siempre es muy rápida y hay que saber aguantarla", explica.
El tiempo que ha hecho en el Campeonato de España, añade, le ha dado un subidón de moral: "Es la segunda mejor marca de mi vida. La hice sola y eso me da mucha confianza porque en una buena carrera puedo ser capaz de bajarla más".
Además, durante este último año ha hecho concentraciones en altura tanto en Sudáfrica como en Navacerrada y en el Pirineo. "En todas he aprendido algo, estoy muy bien rodeada y aconsejada por mi equipo y vamos a ir con todo", finaliza Marqués, advirtiendo que ya está más que lista para dar guerra en la pista parisina.