Aauri Bokesa y el racismo: "Representar a España no siendo blanca en ocasiones no es fácil"
La atleta madrileña amadrina la campaña 'Este partido lo vamos a ganar', contra el racismo en el deporte, que cuenta con la participación de varios Ministerios, LaLiga y numerosos países europeos.
Su carácter luchador en la pista lo traslada fuera del tartán. Aauri Lorena Bokesa (Madrid, 1988) apura sus opciones para participar en sus cuartos Juegos Olímpicos al tiempo que afronta otras "batallas", como ella misma lo define.
La veterana atleta española de 400 metros es una de las caras visibles de la campaña Este partido lo vamos a ganar, un proyecto internacional de SCORE contra el racismo en el deporte, que busca ir más allá de lo de siempre y sale del propio deporte para hablar con numerosos protagonistas.
El proyecto nace del impulso de 14 entidades, entre ellas LaLiga, los Ministerios de Interior y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, varios ayuntamientos españoles y diversos organismos de Francia, Grecia, Irlanda, Austria y Suecia. Las acciones publicitarias en redes llevan la firma de personalidades como la baloncestista en silla de ruedas afgana y refugiada Nilofar Bayat, el abogado y escritor Antonio Liu Yang o la propia Aauri Bokesa.
Esta última confiesa, en una charla con El HuffPost, que se siente "afortunada" por no haber sufrido "lo que sufren otros compañeros negros en el fútbol, por ejemplo". Pero al instante responde con resignación al recordar episodios de ese otro "racismo más suave". Algo tan sencillo como haber tenido que responder "bastantes veces" que no es nacionalizada cuando le preguntan por su origen.
Para la madrileña, hija de emigrantes de Guinea Ecuatorial, el problema ni siquiera es ese, "porque a un racista le a igual tu nacionalidad, nunca te va a considerar uno de los suyos aunque seas española".
El caso de Vinicius sale a colación, una cuestión que le hace reflexionar. "Me hace ver que si tú como negro tienes un comportamiento exquisito no vas a tener demasiados problemas, pero si resultas polémico a la gente le sale la vena racista de inmediato".
"Esto es lo típico de 'yo conozco negros y son educados'. Bien, el problema es que un día hagan una fiesta y hagan ruido. La respuesta que sale es ese racismo", prosigue, enlazándolo con el día a día. Es un tema que le toca, por ello insiste en que "siento que si no eres excelente en tu comportamiento te van a atacar por tu color o tu raza. Un jugador negro que protesta da lugar a que 'todos los negros molestan' y no puede ser".
Al hilo de esta cuestión interviene Antonio Liu Yang (Pekín, 1980), un abogado y escritor internacional chino afincado en España desde hace muchos años. Incluso fuera del primer plano competitivo, Liu sí ha vivido el racismo en el fútbol, cuando colaboró con el Villarreal en la formación de jóvenes talentos chinos.
"Era un fútbol modesto, lejos de los grandes campos. Los casos de racismo eran consentidos. Se oía de todo. Chino de mierda, negro de mierda... es que ni siquieran eran originales insultando", bromea en un intento por "quitarle hierro a esta lacra". Rápidamente recupera un tono serio, rememorando que "alguna vez hubo hasta agresiones".
En su conversación con El HuffPost, Antonio Liu se soprende de que "cuando juegas en el parque se acepta a todo el mundo, seas negro, chino, de aquí o de allí... Es curioso saber dónde ocurre ese cambio que nos lleva a la confrontación, al racismo que sigue existiendo". Porque, continúa, "son cuatro cafres, pero siendo cuatro cafres se les sigue dejando estar en los campos".
Este escritor especializado en la inclusión y la superación personal confiesa que le costó ponerse delante de los focos en causas sociales. "Siempre he mirado para otro lado, sin alzar la voz, algo propio de los valores del mundo asiático", recuerda, pero todo cambió con la pandemia.
"Lo recordarás, como todos lo recordamos... Con el coronavirus se disparó el racismo contra los chinos. Unos amigos y yo lanzamos la campaña 'No soy un virus', que me hizo cambiar el chip y ver que hacer activismo no va en tu contra; parece que hemos cambiado esa idea en sociedad".
"Debemos elegir las batallas en las que podemos meternos, porque hay que estar dispuesto a recibir el odio que vas a recibir por mojarte", retoma Aauri Bokesa. Lo hace con conocimiento de causa, uniendo su amplia experiencia deportiva en el tartán y su labor profesional como trabajadora social y activista.
"Yo en esta fase de mi vida he decidido implicarme y me da bastante igual lo que digan de mí... pero yo no critico a quien no responde, cada uno entiende cuál es su momento y esto requiere de un ejercicio de introspección", señala ante el silencio mayoritario.
Un ejercicio que, aclara, "también puede hacerse en nuestro entorno cercano, sin necesidad de darle una dimensión pública". "Se puede ser antirracista sin necesidad de tuitear todo el rato", culmina la atleta española justo antes de volver a calzarse las zapatillas en busca de nuevos retos.