A la tercera fue la vencida: el waterpolo femenino rompe la maldición y consigue el quinto oro para España
La selección femenina consigue el ansiado oro que se resistió en Londres y Tokio, y se coronan por fin como las reinas del mundo en París 2024 tras superar en la final a Australia por 11-9.
¡El quinto oro ya está aquí! La selección femenina de waterpolo ha conseguido vencer en la final a Australia por 11-9 y consigue así el tan ansiado oro, que se resistió en Londres 2012 y en Tokio 2020, ambas contra nuestra bestia negra: Estados Unidos, a las que en esta ocasión, las de Miki Oca lograron ganar en la fase de grupos, demostrando al mundo que no hay ninguna selección en el planeta que juegue mejor a esto del waterpolo en categoría femenina que las nuestras.
Con un pleno de victorias histórico, las españolas consiguen así el máximo entorchado olímpico, un objetivo que en ningún momento rehuyeron, y que siempre aseguraron que era la prioridad. Ahora, 12 años después de la primera gran actuación a las órdenes de Miki Oca, las 'guerras del agua' consiguen finalmente el tan ansiado oro de una forma única y sin ningún tipo de paliativos: siendo las mejores del mundo.
La final, realmente tuvo poca historia. Las españolas demostraron ser las mejores de inicio a fin, con un inicio ciertamente apretado en el primer y segundo parcial, llegando al descanso con un marcador de 3-2 favorable a las nuestras, pero las sensaciones eran muy positivas, mucho mejores que las de finales anteriores. Y la experiencia ya era un grado.
Haber mordido el polvo en hasta dos ocasiones tenía que traer consigo alguna enseñanza, y esa fue la de mantener la templanza y jugar como durante todo el torneo: de forma majestuosa, sin precipitaciones y con una gran solidez defensiva y acierto en ataque.
Una segunda parte para enmarcar
Y aunque el marcador pueda reflejar una igualdad máxima, la realidad fue bien distinta. El combinando nacional en ningún momento perdió el liderazgo del encuentro, manteniendo una diferencia durante toda la segunda mitad de mínimo, dos goles, e incluso tres (en el 6-3, 7-4 o el 8-11), que solo unos últimos ataques de las australianas maquillaron ligeramente.
Así, el cuadro español -como ha demostrado durante todo el torneo- ha sabido mantener una ventaja suficiente, dando otra masterclass de solidez defensiva y de cómo atacar, y siendo conocedoras de que los escollos más complicados ya se habían quedado por el camino, el partido de hoy no se podía escapar.
Francia, Estados Unidos, Grecia, Italia, Canadá, Países Bajos y Australia. Todas ellas, superadas por España, que durante toda la competición tan solo tuvo un momento de debilidad que bien es cierto, podría haber valido una eliminación, como fue el partido de semifinales contra Países Bajos, cuando tras tener una renta de cinco goles, un fatídico tercer cuarto, envío el duelo a los penaltis, momento en el que Marina Terré se erigió como la heroína de la selección y detuvo el último penalti de las neerlandesas.
Una despedida de oro
Pero sin duda alguna, este oro representa mucho más que un trozo de metal. Representa la constancia de un equipo que se ha ido renovando a lo largo de 14 años sin bajar ni un ápice su nivel. Representa el triunfo de aquellas que han dedicado toda una vida al waterpolo y ahora, en el ocaso de su carrera, en su quizá, último partido con la selección, se hacen con el esperadísimo oro olímpico.
Hablamos de Laura Ester, de María del Carmen García, de la histórica Pili Peña y de algunas que ya dijeron adiós y no pudieron alzarse con el oro como la mítica y referente Jennifer Pareja. Por todas ellas, este 10 de agosto ya forma parte de la historia del waterpolo español, al haber escrito su página más dorada.