La Historia y los problemas raciales de Ferguson, Missouri
Con Ferguson, han surgido debates valiosos sobre la raza en EE UU. Pero debemos ver si estos asuntos encajan en narrativas más amplias. El tema racial es parte de la historia, pero también las cuestiones económicas y la justicia social. Luther King percibió estas divisiones y se preocupó por ellas.
Al mismo tiempo que veía las imágenes que llegaban esta semana de Ferguson, Missouri, no pude evitar la siguiente conclusión: hemos dejado que un nocivo revisionismo histórico debilite el legado del movimiento por los derechos civiles.
Hace medio siglo, después de cubrir hitos históricos [en la cuestión racial de EE UU] como Birmingham, Alabama, Oxford y Mississipi y hablar con personajes como Martin Luther King o Medgar Evers, vine a Washington como corresponsal de la CBS en la Casa Blanca para informar sobre el Gobierno de Lyndon B. Johnson. Algunos de los éxitos conseguidos en la primera línea de lucha por los derechos civiles, que pude cubrir como reportero de campo, se estaban trasladando a una legislación totalmente revolucionaria, como la Ley de Derechos Civiles y la Ley de Derecho al Voto. Si me hubieran preguntado cómo iba a ser América en 50 años, seguramente había dos cosas que nunca hubiera imaginado. Nunca habría soñado con la elección de un presidente afroamericano. Eso parecía un paso hacia adelante tan grande que llevaría un siglo. Pero tampoco pensé que volveríamos a ver retrocesos en materia de derechos, con colegios en gran parte del país donde, de facto, vuelve a haber segregación, y escenas como las que hemos visto esta última semana: una policía prácticamente blanca en una ciudad mayoritariamente afroamericana, marchando contra unos manifestantes pacíficos con vestimenta militar y armamento pesado. Pero ambos, el presidente Obama y Ferguson (Missouri), representan la realidad de la cuestión racial en los EE UU del siglo XXI.
He pensado en los últimos días en qué harían Martin Luther King y otros compañeros de lucha en una nación con tantas contradicciones. Nunca me atrevería a hablar por boca de Luther King, pero creo que nos desafiaría diciendo: "Habéis conseguido mucho, pero solo os habéis centrado en la mitad de la cuestión".
La manera en que los derechos civiles habitan en nuestra conciencia nacional sugiere que todo se trató de una cuestión racial. Pero esa es solo parte de la historia. Era también una cuestión de aquellos que tenían poder y los que no lo tenían. Entre aquellos que tienen oportunidades y los que, por circunstancias como el lugar de nacimiento, tienen pocas razones para sentirse esperanzados. En resumen, se trata de la verdadera igualdad de oportunidades para TODOS los estadounidenses. O por lo menos, de tantos como sea humanamente posible.
Les sugeriría con todo el respecto que nos centráramos en observar la cuestión de Ferguson con una visión amplia de los derechos civiles. Realmente no sabemos qué ocurrió en el trágico y fatal encuentro entre la policía y un joven negro que estaba desarmado. Sin duda, este desconocimiento es parte del sentimiento de frustración. Es necesario que se haga con rapidez una investigación completa e independiente. Sí, hay que ver el asunto de Ferguson desde la óptica de la raza. Las fotos y vídeos muestran bien las diferencias entre aquellos que se manifiestan y aquellos que llevan las armas. Pero esa no es la única línea divisoria. Si de alguna manera pudiera haber una cámara que captara las verdaderas historias del día a día, se verían otras líneas divisorias entre aquellos que tienen el poder en Ferguson y aquellos que se están manifestando. Se podrían ver diferencias en aspectos económicos, oportunidades de formación, acceso a la sanidad y muchas otras. Parece como si pudiéramos debatir cuestiones políticas formales, pero no los hechos reales de tanta desigualdad. Debatimos sobre el papel de los sindicatos, pero no debatimos sobre cómo hay tantos trabajadores con bajos sueldos en condiciones de trabajo muy precarias. Debatimos la función de las escuelas subvencionadas, pero no hablamos sobre la desigualdad en nuestro sistema educativo. Debatimos sobre el tema de la inmigración, pero no nos referimos al hecho de que millones de personas, hombres, mujeres y niños, vivan entre nosotros como si fueran sombras.
Las luchas contra las enfermedades sociales y económicas que afectan de manera desproporcionada a las comunidades de color son una parte del legado del Martin Luther King tan importante como la igualdad racial. Nos acordamos y alabamos la marcha sobre Washington y el discurso "I have a dream", pero en la época del asesinato de King, él estaba liderando una campaña por la gente pobre, que describió como "el comienzo de una nueva cooperación, entendimiento y determinación de la gente pobre de todos los colores y orígenes para defender y ganar su derecho a una vida decente y el respeto por su cultura y dignidad."
Luther King fue impreciso a la hora definir cómo se podrían conseguir estos objetivos. Y cualquier solución propuesta en aquella época debería adaptarse a las circunstancias actuales. En última instancia, los derechos civiles no son una cuestión de blancos y negros. Es una cuestión de libertad y justicia para todos. Con el asunto de Ferguson, han surgido debates muy valiosos sobre la raza en EE UU y sobre si la policía está demasiado militarizada. Sin embargo, debemos ver si estas cuestiones encajan en narrativas más amplias. Esta nación tiene peligrosas divisiones entre sus ciudadanos. El tema racial es parte de la historia, pero también lo son las cuestiones económicas y la justicia social. Luther King percibió estas divisiones y se preocupó por ellas. Si de verdad nos importa el futuro de nuestro país, nosotros también debemos hacer lo mismo.