Cambio y acuerdo
El reto al que nos enfrentamos tiene forma de pregunta, y dos respuestas diametralmente opuestas: ¿queremos un cambio de gobierno basado en el acuerdo, sí o no? Los socialistas tenemos muy clara nuestra respuesta: inequívocamente sí. La misma voluntad ha encontrado eco en otras formaciones que, con idéntica generosidad, han cedido para sumar y dialogado para construir.
Es posible que nadie haya entrelazado tantas veces en la tribuna del Congreso los conceptos entendimiento, diálogo y acuerdo como hizo ayer Pedro Sánchez. Quizá nunca se había defendido su necesidad con tanta determinación como empleó el líder socialista en su discurso de investidura. Si alguien tenía alguna duda de que hemos estrenado un nuevo tiempo político, sólo tiene que repasar sin prejuicios la invitación a sumar para el cambio que lanzó a todas las formaciones que hacemos, de este valor, parte de nuestro proyecto.
El reto al que nos enfrentamos tiene forma de pregunta, y dos respuestas diametralmente opuestas: ¿queremos un cambio de gobierno basado en el acuerdo, sí o no? Los socialistas tenemos muy clara nuestra respuesta: inequívocamente sí. La misma voluntad de cambio ha encontrado eco en otras formaciones que, con idéntica generosidad, han puesto las luces largas, han cedido para sumar y dialogado para construir.
La pregunta, planteada por Pedro Sánchez al hemiciclo, sigue viva. De su respuesta depende algo más importante que el éxito o no de la investidura. Depende el horizonte vital de millones de personas que han sufrido con dureza las consecuencias de la respuesta ineficaz e injusta del Gobierno frente a la crisis, y no pueden permitirse ahora que quienes tienen en su mano la posibilidad de cambiar las cosas dejen escapar esta oportunidad.
Hay tiempo, y los socialistas mantenemos intacta la disposición de sumar más cambio a quien apueste de verdad por él. No nos distraigamos de lo que importa, que no es otra cosa que poner fin a los recortes, la desigualdad y la corrupción, y abrir la puerta para que gobiernen el diálogo, el acuerdo y el entendimiento, la defensa de los intereses comunes y no el interés particular o partidista. Todo, desde el principio que reiteró ayer Sánchez: ceder "no es una derrota, sino un puente hacia el entendimiento". Hay tiempo para recorrerlo juntos.
¿Dónde conduce este puente? "Defiendo un Gobierno del bien común. Basado en el bien general y en el sentido común. Basado en la humildad de representar a una minoría parlamentaria y la ambición de aspirar a conseguir un acuerdo mayoritario por el cambio del gobierno y de la forma de gobernar", explicó ayer Sánchez. Un gobierno que plantée soluciones desde el acuerdo a los grandes desafíos de nuestro país: el desempleo, la desigualdad, la regeneración democrática y el combate contra la corrupción, el papel de España fuera de nuestras fronteras y la crisis de convivencia entre territorios dentro de ellas.
En las últimas semanas, con trabajo y voluntad de entendimiento, los socialistas hemos propuesto varios acuerdos a todas las formaciones políticas que han manifestado su apuesta por el cambio. Algunos han fraguado, otros siguen sobre la mesa. Hay 200 propuestas compartidas que suman los votos de nueve millones de personas. Pedro Sánchez adquirió ayer nuevos compromisos para hacer más fuerte aún su voluntad de liderar un gobierno progresista y reformista que ponga fin a una legislatura del PP perdida para el empleo, la igualdad y los derechos.
"Pongamos en marcha el cambio que esperan millones de españoles", apremió ayer Sánchez al Congreso. No nos permitamos el lujo de decir "no" a un cambio tan posible como necesario.