Celebrando la vida
Cuando mi hijo tenía 5 meses, una neuróloga vaticinó que jamás andaría ni hablaría por el raro síndrome que le acababan de diagnosticar. Lo peor de su pronóstico-profecía fue que, en ningún caso, llegaría a los cinco años. Antón está a punto de cumplir 11 maravillosos años. Anda, con su peculiar estilo C-3PO. Habla, con un dominio del lenguaje y un ingenio superior al de la mayoría.
Cuando mi hijo tenía apenas cinco meses, una neuróloga vaticinó que jamás andaría ni hablaría, que acabaría alimentándose por medio de una sonda, y que padecería un sin fin de patologías relacionadas con el raro síndrome que le acababan de diagnosticar. Lo peor de su pronóstico-profecía fue, sin embargo, cuando aseguró que sería difícil que llegara al año de vida y que, en ningún caso, cumpliría los cinco.
Antón está a punto de cumplir 11 maravillosos años. Anda, con su peculiar estilo C-3PO. Habla, con un dominio del lenguaje y un ingenio superior al de la mayoría de las personas que conozco, a pesar de que dispone de muchos menos fonemas de los que necesitamos el resto de los mortales. Devora gominolas, sin ayuda de ninguna sonda nasogástrica. Lee y escribe, suma y resta, aunque se escaquea de los deberes siempre que puede.
Arrasa jugando al parchís, y se está iniciando en el ajedrez, aunque en los últimos tiempos organiza verdaderas timbas de Virus y de "las familias". Se ha pasado más de media vida enganchado a los cuentos de Os Bolechas y acaba de descubrir a Katie Kazoo y Junie B. Jones.
No perdona un viernes sin tragarse la gala entera de Tu cara me suena (que ha desbancando, por primera vez en años, a Luar y su admirado Gayoso), y es un fenómeno buscando en youtube capítulos de La que se avecina. La música es su pasión, y tiene la suerte de no saber de prejuicios, lo que le permite disfrutar a partes iguales de Joselito y de Queen.
Su comida favorita: el pescado con puré de patatas, y de postre, un buen coulant en su heladería preferida. Le vuelve loco conducir el tractor del abuelo, le fascina ver cómo maniobra el camión de la basura, y en las verbenas, siempre lo verás pegado al palco de la orquesta.
Sin embargo, su espectáculo favorito, con diferencia, es ver cómo va asomando el sol por el horizonte mientras desayuna.
Le encanta que le hagan cosquillas y odia cepillarse los dientes. Trata de colarse en nuestra cama siempre que puede, y de comer chuches a escondidas. Es el primer voluntario para ayudar a preparar bizcochos o arreglar cuanto cachivache se estropea.
Sueña con ser actor, cocinero y profesor de Infantil. Le emociona ir al cole, a clase de teatro, al taller de cocina, al súper, a la biblioteca, al cine, a los títeres, de vinitos... Disfruta de la vida y nos hace enormemente felices a todos los que tenemos la inmensa suerte de estar a su lado.
En nuestro cuento, no se ha cumplido la profecía de la bruja malvada, y es por eso que, en un día tan importante para nuestra familia, no sólo queremos celebrar haber llegado hasta aquí, sino también transmitir esperanza a todas aquellas familias que puedan estar pasando ahora mismo por ese trance tan demoledor como es el diagnóstico.
Ignorad los malos augurios y centraos en querer y disfrutar de esa criatura tan mágica, especial y única que es vuestro hijo.
Este post fue publicado inicialmente en el blog de la autora.