Somos supervivientes de suicidio

Somos supervivientes de suicidio

Es muy necesario hablar de suicidio para que no siga siendo un tema tabú, un estigma, que oculta y desvincula de la sociedad, tanto a las personas con posibles conductas suicidas como a los supervivientes. Los supervivientes necesitamos hablar, llorar con el permiso y la ayuda de los que nos rodean.

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"Hoy estamos aquí, todos reunidos, profesionales y supervivientes. Sabemos que no podemos devolver a nuestros familiares a la vida. Ni podemos verlos, ni tocarles. Ahora, cada uno los sentimos a nuestra manera. Pero sí sabemos que todos juntos, podremos conseguir que nos escuchen. Que comprenda el mundo entero que el suicidio es una realidad que no tiene edad. Ahora sabemos que sí nos pueden ayudar. Que no estamos solos."

Para el Día del Superviviente, 21 de noviembre de 2015

Montserrat Montes Germán, Psicologa

El día que descubrimos que nuestra hija se había suicidado, sentimos cómo nos crecía dentro un nuevo órgano, un vacío absoluto, que dolía, se retorcía y nos obligaba a suspirar como si hiciéramos hueco dentro.

Nosotros tuvimos la inmensa suerte de vernos rodeados de amigos que se volcaron para hacer que todo estuviera resuelto, todo lo que podían, nos guiaron como lazarillos por la burocracia y los momentos críticos que siguen a un suicidio.

Esto no pasa siempre, muchos se encuentran inmersos en una situación que se trata como una muerte común, y no lo es. Los supervivientes necesitamos hablar, llorar con el permiso y la ayuda de los que nos rodean, tenemos que dar salida a un dolor incomparable que no está aliviado por la injusticia de un accidente, de una enfermedad. La causa es la decisión personal de un ser querido, casi siempre sin aviso, sin pistas que pudieran ayudarnos a combatirlo, porque no tenemos información ni siquiera para sospechar qué pueda suceder. Si hay señales, no sabemos interpretarlas.

Es por esto que el peor de los réditos que deja un suicidio es un sentimiento de culpabilidad aplastante: ¿qué he hecho mal?, ¿qué es lo que no he visto?, ¿y si...?, ¿por qué?

Cuanto más próximo es el lazo familiar, más sientes que estás comenzando una nueva vida, que todo lo que tenías hasta ahora ha cambiado, sobre todo tú.

En nuestro caso, nuestra única hija, única nieta, única sobrina, te planteas cómo va a ser tu vida, incluso si merece la pena enfrentar un futuro de soledad.

Teníamos otra ventaja. Desde el primer día podíamos hablar de ello, no evitábamos la palabra suicidio, no teníamos nada que ocultar, estábamos tan sorprendidos como todos. Además, ella nos había dejado una maravillosa carta que nos empuja a luchar por seguir adelante e intentar salvar vidas, que otras personas no sufran como ella.

Afortunadamente, encontramos la Asociación Aipis y el grupo de Supervivientes, donde coincidimos con otros que sufrían como nosotros, que entendían lo que nos estaba pasando, y que nos han hecho ver que no estamos solos. Es muy necesario hablar de suicidio para que no siga siendo un tema tabú, un estigma, que oculta y desvincula de la sociedad, tanto a las personas con posibles conductas suicidas como a los supervivientes.

Nunca imaginamos que esto pudiera sucedernos. ¿Y si te pasa a ti? ¿O a alguien de tu entorno? Ya le pasa a demasiada gente.

Asóciate, son solo 40 euros al año, y seguiremos intentando salvar vidas. http://www.redaipis.org/

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