Comparecencia tramposa y tardía
Los ciudadanos no aceptan ese formato sino que exigen explicaciones claras y veraces. La sociedad española lo exige y la salud democrática lo necesita. Ya no vale esconderse, el tiempo apremia por el bien del país.
Es conocida por la sociedad española la aversión que el presidente Rajoy tiene a comparecer ante los medios de comunicación y también ante el Parlamento cuando se le exigen explicaciones ante situaciones de especial relevancia. Las escasísimas ruedas de prensa, la mayoría sin admitir preguntas, son un ejemplo palpable de esa forma peculiar de actuar del presidente que obvia el hecho de que en democracia los gobernantes no son sólo legitimados por el voto cada cuatro años, sino que el poder democrático exige rendición de cuentas y explicaciones cuando una amplia mayoría social lo solicita ante situaciones de gran alarma social. No parece ser este el talante del Sr. Rajoy que con un cierto grado de cinismo huye sistemáticamente de lo que es habitual en las democracias de nuestro entorno.
Esta forma de comportamiento político, escondiendo el ala, es evidente que comporta riesgos y en el momento actual esos riesgos han aparecido de forma abrupta para desgracia del presidente y su partido. Me explicaré:
El avance de las investigaciones en los procedimientos que conforman el caso Gürtel, la imputación y posterior encarcelamiento del Sr. Bárcenas como consecuencia de ello, la aparición de sus cuentas millonarias en Suiza, el conocimiento de los whatsApp entre el extesorero del PP y el propio presidente del Gobierno; suponen la aparición de un escenario que hace imposible la persistencia de la forma de actuar huidiza y opaca del Sr. Rajoy.
El conocimiento público de los llamados papeles de Bárcenas, considerados en principio falsos por los portavoces del PP y posteriormente confirmados como originales y auténticos por el propio autor de los mismos, han mostrado ante la opinión pública elementos que apuntan a una presunta financiación irregular del Partido Popular desde hace muchos años, asimismo recogen presuntos pagos en efectivo a dirigentes muy cualificados del partido y a su cúpula directiva incluyendo al propio Sr. Rajoy, ello lógicamente ha generado una alarma social de gran magnitud que incluso ha traspasado nuestras fronteras y han sido portada de los más importantes medios del mundo proporcionando una imagen nefasta de la tan cacareada marca España.
Toda la oposición ha exigido la comparecencia urgente de Rajoy en el Parlamento para dar explicaciones claras y contundentes ante cuestiones tan graves y una vez más el presidente apoyándose en la mayoría absoluta de su partido ha intentado una y otra vez no comparecer y dilatar su presencia hasta septiembre. La amenaza de una moción de censura a presentar por el PSOE si no comparecía, la presión social con manifestaciones espontáneas ante las sedes del PP, así como el deterioro que para el país estaba suponiendo un escándalo de tal magnitud han obligado al presidente Rajoy a anunciar que comparecerá el próximo día 1 de agosto; el anuncio de esta comparecencia mantiene la línea de comportamiento ya expuesta anteriormente pues se pretende que el Sr. Rajoy la convierta en una especie de Debate del estado de la Nación para así difuminar sus explicaciones sobre el caso Bárcenas que ya en realidad es el caso PP.
Ante esta comparecencia con formato tramposo, el Sr. Rajoy y su partido deben saber que los ciudadanos no aceptan ese formato sino que exigen explicaciones claras y veraces sobre las siguientes cuestiones:
¿Hubo durante años contabilidad B en el Partido Popular?
¿Cobraron cantidades en efectivo y con regularidad dirigentes y militantes cualificados a cargo de esa contabilidad B?
Si la anterior pregunta tuviese respuesta afirmativa, ¿quiénes fueron los perceptores?
¿Hubo empresas que realizando donaciones que vulneraban la ley financiaron al PP?
¿Hubo relación entre empresas donantes y adjudicaciones de obras públicas?
¿Se pudo cometer delito electoral en alguna ocasión?
Después de todo lo conocido esas son las cuestiones a las que de forma clara y veraz debe responder el Sr. Rajoy, la sociedad española lo exige y la salud democrática lo necesita. Ya no vale esconderse, el tiempo apremia por el bien del país.
Si el presidente del Gobierno no quiere o no puede responder con total transparencia y veracidad, sólo queda una salida: su dimisión inmediata y la convocatoria de elecciones generales.