Cinco claves para entender el Clásico en versión azulgrana
Que el Barça nunca se ha caracterizado por su espíritu guerrero es un hecho, pero la sensación de derrota prematura a falta de 15 minutos hace daño a cualquier aficionado. Luis Enrique vino para redescubrir la entrega, el sacrificio y la intensidad. En cambio, en el césped del Bernabéu se vieron las carencias que costaron el puesto a Martino.
El Real Madrid ha pasado por encima de un FC Barcelona irregular en un partido que ha demostrado la inversa realidad que viven ambos equipos. Más allá del gran partido madridista, hay algunos elementos azulgranas de referencia que han sido decisivos para entender el partido:
1. Xavi y Suárez. La alineación inicial ha sido sorprendente por la entrada de los dos futbolistas. La del catalán se podía intuir por su suplencia en Champions y por las excelentes prestaciones ofrecidas contra el Eibar. El caso del uruguayo es más delicado. Hacerle competir de inicio, en el Bernabéu, con unos compañeros con los que únicamente se conocen en los campos de entrenamiento es, cuanto menos, arriesgado. Y tener mucha fe. Probablemente Luis Enrique ha querido contar con la efervescencia e ímpetu del delantero presupuesto en un estreno, además de contar con el factor sorpresa a favor. Ni el ex del Liverpool ha tenido incidencia en el juego, ni ha mostrado un espíritu defensivo destacable, algo que se suponía con su llegada. Precisamente cuando el Madrid se ha cerrado en el área y ha cortocircuitado el ataque azulgrana, muy horizontal, Lucho lo ha sustituido por Pedro, cuando seguramente su papel referencial en la punta de ataque hubiera sido más determinante que los sprints del canario, imposibles sin espacios. La jugada pues, ha salido mal por partida doble.
2. Gerard P. Bernabéu. El que quería volver a ser el mejor central del mundo ha demostrado que no lo es. Ni mucho menos. El Piqué infranqueable se fue hace tiempo y no ha vuelto. No sé qué habrá pensado Carles Puyol al ver su antiguo compañero lanzándose con la mano extendida (penalti y gol de CR), o dejándose quitar el balón en la frontal del área. El problema es que Bartra no acaba de dar el salto y de Vermaelen se sabe muy poco. El equipo tiene un problema en el eje. Hace tiempo que Gerard P. Bernabéu echa de menos a Piqué.
3. Mathieu y Jordi Alba. La mayoría de culés aceptaban la entrada del francés como lateral. Su rapidez y envergadura tenían crédito suficiente como para contrarrestar los brutales contraataques blancos. Lo que nadie recordaba era que las capacidades técnicas del francés son más bien mediocres, sobre todo si se comparan con las de Jordi Alba o, simplemente, si delante se encuentra el Madrid. No ha conectado nada con Neymar y ha dado la sensación de que Alba hubiera podido hacer mucho más daño a Carvajal, pudiendo liberar al brasileño. Luis Enrique no ha pensado en dar entrada al internacional español para dar más profundidad ni cuando el equipo estaba en desventaja en el marcador. La sustitución Alba - Piqué (con amarilla), poniendo a Mathieu en el eje, hubiera sido interesante.
4. Neymar. Hay cosas que no se pueden permitir en un terreno de juego. Por más bueno que sea y más goles que marque, la filigrana que ha intentado para superar Carvajal en una jugada que acabó fuera de banda es una muestra del espíritu egocéntrico del brasileño. Sí, es un crack y unes estrella, pero si Cristiano Ronaldo hace lo mismo en el Camp Nou, le decimos de todo.
5. Luis Enrique. Que el Barça nunca se ha caracterizado por su espíritu guerrero es un hecho, pero la sensación de derrota prematura a falta de 15 minutos hace daño a cualquier aficionado. Luis Enrique vino para redescubrir la entrega, el sacrificio y la intensidad. En cambio, en el césped del Bernabéu se vieron las carencias que costaron el puesto a Martino. A nivel táctico el banquillo no supo encontrar alternativas al sistema propuesto por Ancelotti. Sin espacios, Pedro pierde valor, y con el Barça volcado al ataque, Sergi Roberto terminó de extremo izquierdo. Por cierto, Luis, Gerard P. Bernabéu no ha resbalado; se ha tirado. Seamos claros. Para aprender de los errores, como dices, hay que hacer autocrítica. Y ser humildes.