Cero bajas
La experiencia enseña que si no se produce un cambio en la tendencia, la siguiente operación en Gaza traerá consigo más muertes de inocentes y más destrucción indiscriminada. Nuestro deber, como ciudadanos y como seres humanos, es oponernos al control militar de Israel sobre Gaza y a las doctrinas militares destructivas que el ejército israelí ha desarrollado durante los últimos años.
¿Cómo fue que 2200 palestinos murieron en Gaza el verano pasado? ¿Cómo ocurrió que 18.000 viviendas fueron destruidas por toda la Franja de Gaza? ¿Cómo fue que 100.000 personas se quedaron sin techo? Estas preguntas, y muchas más, son las preguntas que deben estar en el centro del debate público en torno a la operación Tzuk Eitán (Margen protector o Bastión inconmovible). Sin embargo, nadie las pregunta.
El folleto de testimonios publicados por Rompiendo el Silencio en los últimos días es un esfuerzo inicial para dar respuesta a algunas de estas preguntas. Nuestra organización ha recogido testimonios de más de 1000 veteranos israelíes que sirvieron en los territorios ocupados desde el año 2000. Docenas de miembros de Rompiendo el Silencio que prestaron servicio en la operación Tzuk Eitán hablaron de cómo las reglas de apertura de fuego se fueron relajando hasta convertirse en las reglas más permisivas de las que hemos oído hablar de fecha.
Las reglas de acción militar eran: disparar a quien le venga en gana, a cualquiera que a usted reconozca o sepa con certeza que no pertenece a Zahal (Fuerza de Defensa de Israel).
"Otro soldado relató: "Disparábanos solamente para esterilizar..., no había allí nadie que fuese considerado como civil desde nuestro punto de vista ".
Después de haber advertido a los civiles de que evacuaran la zona a causa de la inminencia de un ataque, el ejército israelí efectivamente transformó barrios enteros en campos de batalla: quienes no abandonaban la zona quedaban inmediatamente incriminados.
Según esta lógica, Israel hizo uso de armas de artillería estadísticas -armas que no poseen exactitud y que puede ocasionar daño a decenas e incluso cientos de metros más allá del lugar del impacto o de su objetivo original-, que fueron arrojadas sobre barrios civiles. Un proyectil de artillería es esencialmente una granada de metralla, que pesa 44 kilogramos, y que es capaz de matar a cualquier persona en un radio de 50 metros del lugar de la explosión, y herir a cualquiera hasta a 150 metros de la explosión.
Imagine Ud. la calle de su casa, o su vecindario. ¿Qué pasaría si un obús como ése hubiera explotado en medio de su calle? ¿Cuál sería la dimensión de los daños en vidas y bienes que ocasionaría esa explosión? Ahora imagine un obús como ése explotando en el centro de un barrio muy concurrido: en el curso de la operación Tzuk Eitán- Margen Protector, el ejército israelí disparó alrededor de 19.000 obuses semejantes por toda la Franja de Gaza.
Tzuk Eitán-Margen Protector es la más reciente de una serie de operaciones que el ejército israelí realiza en poco espacio de tiempo entre una y otra, en la Franja de Gaza. Cada una de estas con resultados cada vez más graves. Esta escalada no es accidental. Es el resultado de dos nuevas doctrinas respecto de la adecuada conducción del combate en la Franja de Gaza. La primera doctrina consiste en garantizar "riesgo nulo para nuestros soldados", aun a costa de víctimas civiles seguras del lado palestino. Esta perspectiva crea una nueva escala del valores de la vida, que fue excelentemente descrita por el ex portavoz de las FDI, el general de brigada (retirado) Avi Benayahu en una conferencia en la Universidad de Tel Aviv el 18 de marzo de 2015: "Lo que es importante explicar al mundo en este momento es que la prioridad es la vida de nuestros civiles; en segundo lugar, la vida de nuestros soldados; en tercer lugar, están los civiles del enemigo; y en cuarto lugar, están sus terroristas".
El Estado Mayor del ejército israelí nunca adoptó oficialmente esta perspectiva (tal vez porque directamente viola el derecho internacional), pero los testimonios muestran que esta doctrina ha llegado a situarse en la base de las acciones del ejército israelí en Gaza.
La segunda doctrina que configuró las acciones de la IDF el verano pasado fue la "doctrina Dahiya o Dajia" (el nombre es una referencia al barrio chiíta de Beirut que fue destruida por el ejército israelí durante la Segunda Guerra del Líbano en 2006). Así es como Gadi Eizenkot, quien se desempeña actualmente como Jefe de Estado Mayor de las FDI, describió la lógica detrás de esta doctrina en 2008: "Sobre todos los poblados desde los cuales se dispara hacia Israel aplicaremos una cantidad desproporcionada de la fuerza para causar daños y destrucción masiva. En lo que a nosotros respecta, se trata de bases militares. Este método de acción se basa en el principio de exigir un precio civil grave y desproporcionado con el fin de crear disuasión".
Los testimonios publicados por Rompiendo el Silencio muestran que una "fuerza desproporcionada" fue efectivamente aplicada durante la Operación Tzuk Eitán-Margen Protector."
Funcionarios israelíes afirman que el ejército israelí hizo todo lo posible para evitar víctimas civiles durante la Operación "Tzuk Eitán - Margen Protector"." Pero la adopción de los métodos propuestos en las doctrinas anteriores por parte de las FDI, y los resultados observables del combate, convierten este tipo de consignas en vacías y sin sentido cuando no en mentiras absolutas.
La experiencia enseña que si no se produce un cambio en la tendencia, la siguiente operación en Gaza traerá consigo más muertes de inocentes y más destrucción indiscriminada.
Nuestro deber, como ciudadanos y como seres humanos, es oponernos al control militar de Israel sobre Gaza y a las doctrinas que la FDI ha desarrollado durante los últimos años. Si no levantamos nuestras voces de protesta ahora, entonces la sangre de los civiles que morirán la próxima vez también manchará nuestras manos.