Las refugiadas víctimas de violencia de género reclaman protección especial

Las refugiadas víctimas de violencia de género reclaman protección especial

Layan tuvo que huir de la ciudad siria de Dará por la guerra y desde hace tres años forma parte del medio millón de personas refugiadas sirias que viven en el valle de la Becá, una de las zonas más pobres de Líbano. A sus 33 años, lleva además en su mochila el peso de la violencia de género que sufre desde hace casi 20 años por parte de su marido,

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Layan, 33 años, refugiada siria en Líbano (Foto: Christian Aid / Tabitha Ross).

Layan tuvo que huir de la ciudad siria de Dará por la guerra y desde hace tres años forma parte del medio millón de personas refugiadas sirias que viven en el valle de la Becá, una de las zonas más pobres de Líbano. A sus 33 años, lleva además en su mochila el peso de la violencia de género que sufre desde hace casi 20 años por parte de su marido, con el que fue obligada a casarse a los 14, y el de la leucemia de la que aún se recupera.

Las mujeres y niñas que huyen de conflictos, crisis, desastres naturales o por otras razones como la violencia doméstica o la pobreza, se enfrentan a amenazas específicas - incluyendo la trata, la explotación y violencia sexual y la negación de sus derechos humanos básicos.

El apoyo psicológico y jurídico a las mujeres refugiadas víctimas de violencia de género es fundamental. Layan ha conseguido una orden de protección para que su marido no pueda volver a agredirla y proteger también a sus seis hijos. Ha sido a través de la ONG libanesa Kafa que, con el apoyo de la española InspirAction, ofrece apoyo legal a 1.000 mujeres sirias y realiza acciones de sensibilización con otras 300.

En 2014, la presión de Kafa y otras organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres llevó a la aprobación de la ley 293 por la que el gobierno libanés accedió a penalizar la violencia de género. Esta ley protege también a las refugiadas sirias siempre que su matrimonio esté legalmente registrado en Líbano, algo que muchas no pueden acreditar por haber perdido esa documentación en Siria.

Layan no se atreve a denunciar a su marido debido a la dependencia económica que tiene.

Layan, junto con otras 30 refugiadas víctimas de violencia sexual, recibe además apoyo psicológico y acude a sesiones de 'dramaterapia': "Compartir mi historia con otras mujeres sirias y libanesas me reconforta; el apoyo de una psicoterapeuta me da esperanza porque sé que alguien se preocupa por mí". Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer... Layan no se atreve a denunciar a su marido debido a la dependencia económica que tiene: "Si lo encarcelan me quedaría sin casa, sin poder pagar el colegio de mis hijos y los costes médicos de mi tratamiento contra el cáncer."

Con motivo de la Cumbre sobre Migración y Refugio de Naciones Unidas y la "Cumbre Obama", que se celebran estos días en Nueva York, numerosas ONG además de exigir vías legales y seguras para las personas refugiadas y migrantes, también reclaman una protección especial para las mujeres y niñas refugiadas que, como ya reveló en un reciente estudio Amnistía Internacional, sufren violencia, agresiones, explotación y acoso sexual en todas las etapas de su viaje, también en territorio europeo.

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