Once síntomas que indican que la depresión está afectando a tus relaciones
La depresión lo cubre todo de nubarrones negros que llenan tu vida de dudas y desesperación. Influye en tu manera de pensar y en tu energía, y hace que sea prácticamente imposible que disfrutes de nada en la vida. La depresión afecta a la confianza y a la autoestima y tergiversa la interpretación de las relaciones con los demás.
Nuestra calidad de vida depende de la calidad de nuestras relaciones con los demás. Las relaciones son la fuente de una gran parte de nuestra felicidad y del éxito que tengamos, pero también pueden causarnos dolor y desesperación. Por eso, cuando tenemos problemas con las relaciones primarias, nos resulta difícil encontrar la felicidad en cualquier otra cosa.
La investigación en el campo de la psicología de parejas muestra una fuerte relación entre la depresión y la insatisfacción matrimonial, y viceversa. En otras palabras: los problemas con las relaciones contribuyen a la depresión, y la depresión contribuye a los problemas con las relaciones.
A mucha gente le resulta difícil aceptar la posibilidad de que el problema real es la depresión. Esto se debe a que la depresión distorsiona negativamente la percepción de la realidad y dificulta que una relación, que de otra manera sería sana, resulte satisfactoria. ¿Y si la depresión fuera la causante de tus problemas con las relaciones y te estuviera alejando de la relación que te mereces? Analicémoslo más profundamente.
Claro que estoy deprimida, ¡mi vida es una mierda!
Al contrario de lo que sucede con las enfermedades físicas, la depresión no anuncia su llegada mediante graves síntomas físicos. En su lugar, la depresión aparece sigilosamente provocando pequeños cambios químicos en el cerebro poco a poco, día a día. Para mucha gente, la depresión entra de puntillas sin ser reconocida hasta que empieza a provocar cambios en el pensamiento, los sentimientos y los actos. Sin darse cuenta de que la depresión está influyendo en la percepción, es normal que los que la sufren señalen a sus nefastas condiciones de vida como fuente de su infelicidad. Fíjate en la diferencia entre las siguientes afirmaciones de Jenny:
La depresión y las relaciones
La depresión lo cubre todo de nubarrones negros que llenan tu vida de dudas y desesperación. Influye en tu manera de pensar y en tu energía, y hace que sea prácticamente imposible que disfrutes de nada en la vida. La depresión afecta a la confianza y a la autoestima y tergiversa la interpretación de las relaciones con los demás. Te cuestionas, te criticas y te vuelves extremadamente sensible a las críticas de los otros. La depresión mina tu motivación y tus niveles de energía y hace que te cuestiones tu valía en el trabajo, en los estudios o en las relaciones. Como consecuencia, odias tu trabajo, tu pareja te parece insensible y ¡tu vida es una mierda! Echa un vistazo a la siguiente tabla en la que aparecen los síntomas de la depresión asociados con ejemplos de cómo pueden afectar a tu relación.
Si te sientes identificado con cinco o más síntomas de esta tabla, es probable que la depresión esté afectando a tus relaciones. Pero, ya que se necesita mucho coraje para reconocer tus propios síntomas, solo un profesional de la salud mental puede realizar un diagnóstico formal. La buena noticia es que puedes hacer algo al respecto: contactar con tu médico de cabecera y hablarle de tus síntomas.
Lo que nos lleva a otro asunto importante: puede que te dé vergüenza hablar de tus síntomas con tu médico de cabecera o que, en primer lugar, te sientas culpable por tener estas luchas internas. Recuerda que tú no has decidido sentirte así ni has hecho nada para provocar esas luchas. Tomar la iniciativa de contactar con el médico es el primer paso para estar sano tanto mental como emocionalmente, y será lo que te permita evitar que la depresión cause estragos en tus relaciones. Así que mantén la cabeza bien alta y siéntete orgulloso de ti mismo por tener el valor de superar un problema que a menudo se pasa por alto.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'El Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno.