La ignorancia de los machistas
El secretario de la Federación Canaria de Ocio y Restauración es más conocido por su machismo que por su actividad empresarial. Este miércoles volvió a ser noticia. Dijo en una entrevista que las mujeres "no tienen iniciativa empresarial" y que en el 85% de los casos en que una mujer está al frente de un negocio es porque el hombre "ha fracasado" y "le pone el negocio a su señora".
El secretario de la Federación Canaria de Ocio y Restauración (Fecao), Antonio Vélez, es más conocido en Canarias por su machismo que por su actividad empresarial. Su incontinencia verbal y su afán de protagonismo han provocado que dos de sus últimas intervenciones en los medios de comunicación hayan trascendido los foros económicos y se hayan colado entre las noticias más leídas por su ignorancia y su casposa misoginia.
El directivo de la patronal de ocio y restauración, es decir, una de las agrupaciones empresariales más vinculadas con el turismo, expresó el pasado mes de febrero que las personas "viejas de carnes flácidas o voluminosas masas" que se ven en algunas playas de Canarias solo inspiran "lástima, burla o repugnancia" y son malas para el turismo. Con poca fortuna intentó posteriormente matizar sus palabras y pedir disculpas, pero el daño ya estaba hecho.
La oleada de críticas que recibió por su desafortunado comentario no sirvió de lección a Vélez, que este miércoles volvió a ser noticia por un comentario que, aunque parezca mentira, supera con creces al que realizó en febrero. Dijo en una entrevista en el programa Nada que ver, de 7.7 Radio, que las mujeres "no tienen iniciativa empresarial" y que en el 85% de los casos en que una mujer está al frente de un negocio es porque el hombre "ha fracasado empresarialmente" y "le pone el negocio a su señora".
Pese a que el periodista le advirtió en varias ocasiones que sus comentarios eran "machistas", el secretario de la FECAO fue mucho más allá al afirmar que le "preocupa mucho cuando vemos muchas mujeres que empiezan a emprender porque detrás de las mujeres una gran mayoría es porque su esposo ha fracasado y eso no es crear empleo". "Eso no se puede llamar emprender", según un teletipo de Europa Press.
Muchas son las voces que han pedido su cese inmediato. Una dimisión que corresponde ejecutar a la Federación Canaria de Ocio y Restauración y que, lamentablemente, aún no se ha llevado a cabo pese a la gravedad de sus afirmaciones y la trascendencia que han tenido sus palabras en los medios de comunicación.
Dudé si publicar o no este artículo para no contribuir a la difusión de un mensaje retrógrado y falso, pero al final me decidí a hacerlo para que sean muchas más las voces que reclamen el cese de Vélez e impedir que personajes como éste sigan contribuyendo a cimentar la lacra del machismo que sigue estando presente en nuestra sociedad gracias a actitudes y comentarios como éste.
La mujer es desde hace mucho tiempo una de las piezas fundamentales del complejo puzzle económico de nuestro país. Las cifras ratifican su creciente incorporación a un mercado en el que, lamentablemente, muchas ven cómo se truncan sus proyectos por las dificultades que encuentran en su camino, entre ellas la ausencia de financiación, la formación o, por ejemplo, el machismo de empresarios como Vélez. Y todo ello, pese a los escollos añadidos para conciliar la vida laboral y familiar.
Es innegable que las mujeres siempre hemos sido generadoras de actividad económica. Nuestro papel ha sido fundamental en el desarrollo económico a lo largo de la historia y seguirá siéndolo pese a la intolerancia y al inmovilismo de quienes, embriagados por su ignorancia, se siguen considerando seres superiores por el mero hecho de ser hombres.
83 millones de mujeres dirigían negocios que ellas mismas habían iniciado cuando se publicó, en 2010, el estudio realizado por Global Entrepreneurship Monitoring. Un informe que señala también que las mujeres han impulsado un tercio del total de la actividad empresarial del mundo.
«La complejidad de las cosas, las cosas dentro de las cosas, parece sencillamente inagotable. Quiero decir que nada es fácil, nada es simple». Alice Munro, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2013, describe en solo dos frases la complejidad a la que se enfrentan muchas de las mujeres que se embarcan en proyectos empresariales. Proyectos que no son nuevos, siempre han existido, y que seguirán creciendo pese a la ignorancia de los machistas.