8 cosas que me gustaría que mis amigos supieran sobre mi bisexualidad
Sí, soy bisexual. No, no es solo una fase y no estoy confundida. Tampoco soy una mujer heterosexual que está "experimentando". Me atraen los hombres y las mujeres, siempre ha sido así. Yo no he elegido ser bisexual, igual que vosotros no habéis elegido ser heterosexuales. Simplemente es parte de quién soy. Por favor, aceptadlo.
Me da la sensación de que mis amigos heterosexuales no llegan a entender a qué me refiero cuando les digo que soy bisexual. Para que conste, quiero explicarme con todo lujo de detalles.
1. Sí, soy bisexual. No, no es solo una fase y no estoy confundida. Tampoco soy una mujer heterosexual que está "experimentando". Me atraen los hombres y las mujeres, siempre ha sido así. Yo no he elegido ser bisexual, igual que vosotros no habéis elegido ser heterosexuales. Simplemente es parte de quién soy. Por favor, aceptadlo.
2. El hecho de que sea bisexual no significa que me vayan los tríos o el sexo arriesgado. Todo lo contrario. Nunca he hecho un trío y prefiero las relaciones monógamas. Mi pareja y yo somos personas normales y nos enfrentamos a las mismas dificultades que vosotros con vuestras parejas.
3. No me atraéis. Creo que sois guapos, inteligentes y divertidos. Pero, cuando os miro, veo a mis amigos. Me gusta la amistad que tenemos. Sé que vuestra orientación sexual no es la misma que la mía y me parece perfecto.
4. Si os hago un cumplido, es porque lo pienso de verdad. Sea lo que sea lo que haya dicho, probablemente lo haya reflexionado antes de decirlo para asegurarme de que no se me malinterpretara. Puede que no os deis cuenta, pero me esfuerzo mucho para que mi sexualidad no os haga sentir incómodos.
5. Podéis abrazarme como abrazaríais a cualquier otra amiga. Pero eso es cosa vuestra... Yo no os voy a dar un abrazo a menos que estéis llorando y necesitéis que os reconforte. Sois mis amigos, y los amigos respetan los límites. Puedo entender que este sea uno de los vuestros.
6. Odio los vestuarios para mujeres. Me sentiría incómoda incluso aunque fuera hetero. ¡Por favor, señora, póngase una toalla! Sea cual sea nuestra orientación sexual, la mayoría de las mujeres somos muy conscientes de nuestros cuerpos. No queremos ver los de las demás. Yo, personalmente, solo paso en los vestuarios el tiempo necesario para coger todas mis cosas para ir a cambiarme a un baño, y ya me ducho en casa. Ahora mismo, mantengo una relación estable con alguien y, aunque no la tuviera, me parecería inapropiado ponerme a mirar a la gente desnuda. Por favor, ponédmelo fácil tapándoos en las áreas comunes.
7. La discriminación me viene de todas partes. Hay muchos gais y lesbianas que creen que la bisexualidad no existe. En vez de eso, creen que las mujeres bisexuales son lesbianas a las que les da miedo salir completamente del armario. Algunas lesbianas se han negado a salir conmigo porque creían que yo no iba a ser capaz de comprometerme con una relación lésbica. Y, por supuesto, la homofobia por parte de la población heterosexual es inevitable. No es nada fácil ser bisexual. Siento que estoy atrapada entre dos mundos y que no soy bienvenida en ninguno de ellos.
8. Y por eso mi amistad con vosotros es tan importante para mí. Ser bisexual me ha hecho ser más empática con los demás, ya que pueden estar enfrentándose a dificultades que para mí son invisibles. Problemas de salud física o mental, problemas financieros, abusos... cualquier cosa. Esas dificultades forman parte de quiénes son, pero no les definen. Igual que a mí no me define mi sexualidad.
Sobre la autora: ¡Hola! Me llamo Amy. Soy muchas cosas, pero "bisexual" y "bipolar" son las dos primeras etiquetas que me vienen a la mente. Pero esas dos etiquetas no me definen. Soy esposa, madre, hija, escritora, amiga, tía, trompetista, reparadora de juguetes y muchas cosas más. Crecí en un pueblecito del Estado de Wisconsin (Estados Unidos), fui a la universidad en Minnesota (Estados Unidos), mi primer trabajo fue en Texas (Estados Unidos) y ahora vivo en Jacksonville, Florida (Estados Unidos), con mi marido, nuestros hijos y nuestro viejo labrador negro. Incluso en las mejores épocas, tengo que lidiar con el trastorno bipolar y los pensamientos suicidas. Así que, siguiendo la recomendación de mi terapeuta, empecé a escribir un blog que me sirviera de ayuda para canalizar todos los pensamientos y sentimientos relacionados con la bipolaridad y la bisexualidad. Podéis seguirme en Twitter.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero