Argentina y España intentan hacer las paces
Argentina y España buscan relanzar su relación bilateral tras una década con muchos vaivenes y unos últimos dos años de puro conflicto por la expropiación del 51% de Repsol en YPF. Esta vez, la Casa Rosada es la que toma la iniciativa. Cristina Fernández invitará a Rajoy a Buenos Aires.
Argentina y España buscan relanzar su relación bilateral tras una década con muchos vaivenes y unos últimos dos años de puro conflicto por la expropiación del 51% de Repsol en YPF. Cristina Fernández invitará a Mariano Rajoy a Buenos Aires.
"Se descongeló la relación. Hay un nuevo tiempo por delante", fue la primera declaración del flamante embajador español en Argentina, don Estanislao de Grandes Pascual. Su antecesor, Román Oyarzún, tuvo que atravesar lo peor del conflicto Repsol YPF y no tuvo contacto con las autoridades argentinas.
Esta vez, la Casa Rosada es la que toma la iniciativa. Cristina Fernández agradeció públicamente la intercesión de Rajoy para que se cerrara el acuerdo de indemnización por la expropiación a Repsol. Y hubo una llamada telefónica directa. El embajador Grandes Pascual confirmó que hubo varias comunicaciones más entre ambos mandatarios.
El 1 de junio llegará a Madrid el canciller argentino, Héctor Timerman, en otro gesto de acercamiento. Le llevará la invitación formal para una visita de Rajoy a Argentina, ya sea en visita de Estado o que se acerque a Buenos Aires tras el Mundial de Fútbol de Brasil. Los ministros de Interior y Salud ya viajaron este año a España para reactivar la relación.
En los últimos días hubo otro gesto que conmovió a los españoles. La presidenta Fernández envió una muy cálida carta de condolencia al Gobierno español por la muerte de Adolfo Suárez.
España, en pos de dejar el pasado atrás, apoyará a Argentina en la negociación para pagar su deuda con el Club de París, paso fundamental para reabrirle los mercados financieros a un país al que le faltan inversiones y dólares a bajas tasas para renovar su alicaída infraestructura.
Sin embargo, quedan todavía asignaturas pendientes. Grandes Pascual las dejó bien claras: actualización de tarifas -el permanente reclamo- y las trabas a las importaciones, una decisión que tomó el Gobierno argentino para sostener su superávit comercial ante la caída de sus exportaciones.
Pero hay otras diferencias por resolver que se mencionan por lo bajo pero que están en la esfera del poder. Por la nueva ley de medios argentina, los grupos Prisa y Telefónica tienen que readecuar sus activos en el país. Los dos intentan conservar sus empresas insignia: radio Continental -la tercera en rating en Buenos Aires, propiedad de Prisa y el canal de televisión TELEFÉ, líder en audiencia nacional, de Telefónica.
Por la nueva normativa, deberían venderlos pero las negociaciones están abiertas. Si hay buena sintonía política entre los Gobiernos, el plan de readecuación de medios sin desprenderse activos puede llegar a ser aceptado.
A pesar de la expropiación de YPF a Repsol y de Aerolíneas Argentinas al grupo Marsans, hay 200 empresas españolas en Argentina que han dejado una inversión de más de 20.000 millones de dólares estadounidenses. El banco Santander y el BBVA son de los más grandes entre los privados. Movistar es la empresa líder en telefonía móvil. El comercio bilateral fue de 3.800 millones de dólares en 2013. Y a pesar de la nula empatía entre el presidente José Aznar y los Kirchner, fue el Gobierno del PP el que, en pleno caos de la crisis económica argentina de 2001-2002, otorgó un crédito puente de 1.000 millones de dólares para intentar pagar el incendio social.
La relación entre los pueblos perdura por encima de todo. Hay unos 420.000 españoles nativos viviendo en Argentina y entre 300.000 y 500.000 argentinos en España. Messi es ídolo en Barcelona y el Cholo Simeone vuelve a hacer historia con el Atlético Madrid. La mayoría de las abuelas argentinas es de nacionalidad española o italiana.
En el plano económico, Argentina necesita más inversiones y destrabar barreras comerciales en la UE, especialmente de las exportaciones de biocombustibles. El PIB está en retroceso y las empresas, asfixiadas por la inflación, empiezan a despedir personal. Un relanzamiento de la relación Argentina-España sería una muy buena señal para el mundo inversor.
La gran duda es si después de tanto daño kirchnerista se podrá recuperar la confianza, y más aún con un Gobierno que está de salida, cuyo modelo político dirá definitivamente adiós en diciembre de 2015.
Este artículo se podrá leer en el blog del autor La revancha de Keynes