¿Y tú qué aplicaciones descargas para tus hijos?
El entretenimiento con una tableta existe, no lo vamos a negar, pero cierto es que se podrían aprovechar las posibilidades que nos ofrecen para aportar un extra en valor educativo. Es mucho más difícil aportarle a tu hijo contenidos educativos que simplemente entretenidos, y los padres lo saben.
Siempre que navego por la AppStore me pregunto por qué acaba uno dedicándose de lleno a hacer apps infantiles, aunque me imagino que se intuye desde lejos que hay mercado. Actualmente la mayoría de los padres destinan sus tabletas al ocio de sus hijos, más que al suyo propio, por lo que se asocia tableta con ocio. Si además, como es de sobra conocido, todos queremos lo mejor para nuestros pequeños, es lógico que un vía de negocio sea esa.
Pero, ¿qué pasa cuando además, me gustaría que mi hijo aprendiera algo? El entretenimiento con una tableta existe, no lo vamos a negar, pero cierto es que se podrían aprovechar las posibilidades que nos ofrecen para aportar un extra en valor educativo. Es entonces cuando aparecen las aplicaciones dedicadas exclusivamente a los niños, que a veces, son los más agradecidos en usarlas y les servirán de mucho si escogemos bien. Es mucho más difícil aportarle a tu hijo contenidos educativos que simplemente entretenidos, y los padres lo saben, de modo que en ese momento empieza el duro dilema de escoger una buena app.
El procedimiento es el siguiente: Se comienza buscando las incluidas en la categoría Educación, posteriormente se pasa a bucear en la guía de las destacadas y, por último, se acude al mejor de los recursos: preguntarles a otros padres "¿Y tú qué apps descargas para tus hijos?". Esto último suele funcionar y solemos ser buenos ejecutores cuando otros nos "prescriben" una aplicación.
Lo malo es que, desde un punto de vista profesional, la mayoría de las veces descubro que hay buena intención, pero que no se sabe cómo materializarla.
¿Qué aspectos serían necesarios tener en cuenta?
- En primera instancia los gráficos. Es muy importante adaptarlos a los niños. Los colores deben de estar claramente diferenciados entre sí, preferiblemente colores primarios, evitando las entonaciones de todos los colores en la app. A veces queda más bonito todo un escenario en un tono azul o amarillo, no lo vamos a negar, pero todos nosotros aprendimos bajo el concepto de figura oscura sobre fondo blanco (o al revés si era en una pizarra). Es la mejor forma y no deberíamos alterarla con colores demasiado cercanos entre sí.
- Otro de los aspectos imprescindibles es la usabilidad. Los niños no siguen el mismo procesamiento lógico que los adultos: como no tienen el lóbulo prefrontal completamente desarrollado, no aprenden sobre sus errores con la misma rapidez, ni siguen la misma estructura de razonamiento que un adulto. La aplicación debe por tanto estructurarse en función de sus características. Es un error bastante común entre los desarrolladores: ponen los botones de inicio y deshacer demasiado pequeños, no proporcionan un feedback adecuado con los niños y se olvidan de que estos, si no les entretiene en el primer minuto o les parece difícil, dejarán de lado la aplicación. Uno de los aspectos más importantes es hacer la inferfaz intuitiva y manejable, no escatimar en sonidos agradables cuando se quiera enseñar algo (¡bien hecho!/inténtalo de nuevo), y siempre, siempre, dar premios. Las contingencias son muy válidas en educación y fomentan la motivación para que, a la larga, la propia sensación de felicidad que da el haberlo hecho bien motive para progresar en el aprendizaje. Ojo con la dificultad: siempre en su justa medida pero con niveles escalables para que el niño se esfuerce en conseguir el siguiente premio.
- Como tercer punto clave, hay que resaltar el grave problema de las aplicaciones y la edad a la que se refieren. A fecha de hoy, la mayoría tratan de abordar un área en concreto y no la edad del usuario, es decir: "Voy a hacer una app de matemáticas", en lugar de "voy a hacer una app para niños de 4 años orientada hacia aprender/ejercitar las matemáticas". Básicamente esto sucede porque no hay nadie en el equipo de desarrollo con conocimientos psicopedagógicos. El resultado es un conjunto de aplicaciones del mismo calibre que no tienen en cuenta el método de aprendizaje que se adapta a cada edad, por lo que el niño no aprende, o le aburre (y sigue odiando las matemáticas ;)).
- Del mismo modo, si quieres dedicarte a hacer aplicaciones infantiles, a la larga te comerán el terreno aquellos que lo hagan bien, así que te recomiendo que tengas en cuenta la validez educativa, es decir que aquella app que se desarrolle mida realmente lo que dice: Si quieres descargar para tu hijo un simple trenecito, trata de que, además, aprenda algo (las direcciones de la vía, el nombre de los pasajeros del tren -que pueden ser animales-). Es interesante centrarse en un objetivo: ¿qué quiero que aprenda?
No importa que una aplicación sea en formato juego. Hasta en los procedimientos de estimulación intelectual existe la opción de "juego libre" donde el niño deja libre su imaginación, que es donde se refleja el aprendizaje previo.
Si los niños aprenden otros idiomas cantando y divirtiéndose, podemos conseguir que nuestros hijos fomenten la lectura con un cuento interactivo, le gusten las matemáticas en formato batalla contra los monstruos y amplíen su vocabulario con escenarios de sonidos con diferentes personajes. A fecha de hoy existen aplicaciones dedicadas al mundo infantil que pueden ayudarte con las matemáticas de tu hijo o con un gracioso método, iniciarlo en el mundo de la programación. Son apps que están mimadas en todos los puntos.
Y si bien a la hora de hablar de educación a nivel general lo podemos tener claro, si hablamos de niños con trastornos del desarrollo las aplicaciones tienen un papel aún más importante. Para aquellos niños que sufren de algún trastorno del espectro autista (como Autismo, Asperger, Síndrome de Rett) las apps pueden ser de gran ayuda si se enfocan en la dirección correcta con el sonido, la imagen y la indicación concreta. Hay un conjunto de 3 aplicaciones impresionantes que se llaman Palabras especiales, Historias Especiales y Números Especiales, que han sido desarrolladas por niños con habilidades motoras finas débiles y/o dificultades de aprendizaje como Autismo y síndrome de Down.
Un tema a destacar es la carencia de aplicaciones bien desarrolladas en idioma español, aunque yo personalmente adoro la posibilidad que nos da el mercado de aprender otros idiomas con la misma metodología que tienen los nativos de cada país. Solo hay que descargarse una app orientada hacia un niño americano, para ver cómo aprenden ellos los nombres de los animales. Sin embargo, sería genial tener esta misma calidad en una aplicación en español que trabajara áreas como el lenguaje o el vocabulario. Si bien es cierto que el público de habla hispana es más reticente a desembolsar dinero por algo que "puede estar gratis" considero que si se trata de aportar a tu hijo una aplicación de calidad, deberíamos ser capaces de invertir en ella, sabiendo que será una muy buena inversión.
Hemos presentado un portal (www.applicaditos.com) que está destinado enteramente para padres de hijos de entre 3 y 8 años de edad, donde los padres pueden encontrar diferentes aplicaciones en función del dispositivo en el que se ha desarrollado, en base al área concreta que se quiere trabajar (se han incluido seis áreas educativas) o en función de la edad del niño, con dos categorías de edad: de 3 a 5 años y de 6 a 8 años. El portal cuenta con más de 50 prescriptores que han trabajado seleccionando las mejores aplicaciones desarrolladas en dispositivos Apple y Android, adaptándolas a las necesidades de los niños en función de la edad y del área educativa.