Codorníu contra las secuoyas de California

Codorníu contra las secuoyas de California

Codorníu quiere talar más de 62 hectáreas de bosque de secuoyas en Annapolis, California, para plantar viñedos. Yo he sido fan de los vinos Raimat, otra marca de Codorníu, pero hay tantas bodegas españolas buenas que no me hace falta dar mi dinero a una empresa que quiere cortar las secuoyas.

Los árboles más altos del mundo tienen raíces poco profundas. Las secuoyas costeras (coastal redwoods) no son solitarias como los robles sino que crecen sobre una base de raíces entrelazadas en una red de apoyo mutuo. Solo llegan al cielo con el soporte de su comunidad.

Me parece imposible pasar tiempo entre las secuoyas y no enamorase. El olor a verde, musgo y niebla, un silencio noble y la sensación de los pasos sobre la tierra blanda. Es estar entre gigantes muy viejos, elegantes y sabios: pueden llegar hasta los 60-73 metros de altura, hasta 7 metros de ancho y vivir 2.000 años. Estar entre ellas es sentirse muy pequeño y insignificante.

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Cortesía de Amigos del Río Gualala.

Mi amor por las secuoyas es profundo y se remonta a mi infancia en el Norte de California, donde hacía senderismo y camping por el parque de Big Basin, unos de los recuerdos más felices de mi vida.

Ser del Norte de California también supone un gran amor por el buen vino, algo que no tengo que echar de menos aquí en España. Para mí, no hay nada mejor que disfrutar de las dos cosas: una copa de vino debajo de las secuoyas. Paraíso.

Así que imagínate mi gran disgusto cuando me enteré de que una empresa española, Codorníu, quiere talar más de 62 hectáreas de bosque de secuoyas del río Gualala en el pueblo de Annapolis, California, para plantar viñedos. Me da vértigo.

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Terreno de Artesia Vineyards. Foto cortesía de Amigos del Río Gualala.

Codorníu lleva desde 2001 inmersa en una guerra con grupos locales, entre ellos Amigos del Río Gualala, intentando convertir el terreno para cultivar uvas de Pinot Noir para su bodega Artesa Vineyards and Winery.

En una entrevista con NPR, el portavoz de Artesa Vineyards and Winery, Sam Singer, dijo que no existe ningún bosque porque el terreno fue talado hace 50 años y por lo tanto, la mayoría de las secuoyas que hay allí son lo que se llama 2nd growth (segundo crecimiento). Artesa promete conservar las dos secuoyas old growth (crecimiento antiguo) que hay en el terreno.

Los bosques originales de secuoyas cubrían más que 800.000 hectáreas entre Santa Cruz y la frontera de California con Oregon, el único lugar en el mundo donde se encuentran estos árboles majestuosos. Pero el 95% ha sido cortado, empezando en los días de la gran búsqueda de oro del siglo IXX y para reconstruir San Francisco después del terremoto y el incendio de 1906. Solamente quedan 40.000 hectáreas de secuoyas de crecimiento antiguo. Pero eso no significa que las de segundo crecimiento no valgan.

Aunque los medios han hecho poco caso a este tema, se ha celebrado en Polonia la Conferencia de Cambio Climático de la ONU estas dos últimas semanas. La situación es cada vez más peligrosa y hay cada vez menos voluntad entre los países más poderosos. Los bosques tienen un papel importante porque combaten el cambio climático mediante el secuestro de carbono.

Dave Jordan, portavoz de Amigos del Río Gualala, me puso al día sobre las acciones jurídicas esta semana: "El Sierra Club Agrupación de Redwood, el Centro para la Diversidad Biológica y Amigos del Río Gualala presentaron una demanda contra el Departamento de Bosques de California en junio de 2012, por no revisar adecuadamente el posible impacto ambientales del proyecto de conversión forestal a viñedos de Codorníu Napa (propietario de Artesa Vineyards and Winery), como exige la ley de California. Se presentaron escritos jurídicos en el verano de 2013, y se celebró una audiencia en la Corte Superior del Condado de Sonoma el 18 de octubre de 2013. Al final de la audiencia, el juez dijo que esperaba poder anunciar su decisión 'en 30 días'. Esto fue hace 33 días, así que esperamos el fallo del tribunal muy pronto".

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Cortesía de Amigos del Río Gualala.

Mientras esperamos un decisión, podemos dejar claro a Codorníu que su proyecto hará daño al medioambiente y en consecuencia, a su imagen de marca. Los Amigos del Río Gualala tienen una petición activa en Change.org que manda mensajes a los directivos de Artesa Vineyards & Winery y a Codorníu aquí en España. Se sumaron 37.000 firmas en la petición en España, que ya está cerrada. Yo he sido fan de los vinos Raimat, otra marca de Codorníu, pero hay tantas bodegas españolas buenas que no me hace falta dar mi dinero a una empresa que quiere cortar las secuoyas.

La opinión pública cuenta para esas marcas y no deberíamos dejar que destruyan el medioambiente por conseguir beneficios. El 31 de mayo de este año esos mismos grupos ganaron una lucha por Preservation Ranch, salvando 800 hectáreas cerca de Annapolis. Es posible ganar contra los intereses del dinero, pero como las secuoyas, no se pueden alcanzar los grandes retos sin el apoyo de la comunidad.

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