May rechaza un segundo referéndum y espera volver a dialogar con Bruselas
También eliminará la tasa de 75 euros que tenían que pagar los comunitarios para pedir el "estatus de asentado".
La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, ha rechazado este lunes convocar un segundo referéndum sobre el Brexit y ha señalado que espera volver a abordar con Bruselas la controvertida salvaguarda diseñada para evitar una frontera en Irlanda del Norte.
May ha comparecido esta tarde en la Cámara de los Comunes para exponer sus planes de cara al Brexit, después de que los diputados rechazaran la semana pasada, por un amplio margen de 230 votos, el acuerdo al que ha llegado con la Unión Europea (UE).
"En las próximas semanas seguiré hablando con mis colegas, incluido el (norirlandés) DUP, para considerar cómo podemos cumplir con nuestras obligaciones con la gente de Irlanda del Norte e Irlanda de una forma que podamos obtener el mayor apoyo posible en el Parlamento", ha dicho May. "Después llevaré las conclusiones de ese diálogo de vuelta a la Unión Europea".
Al exponer los pasos que planea seguir a parir de ahora, ha argumentado en contra de la convocatoria de un nuevo plebiscito sobre la salida de la UE, al considerar que dañaría la "cohesión social".
"Tengo miedo de que un segundo referéndum sentaría un difícil precedente, que podría tener implicaciones significativas sobre cómo manejamos los plebiscitos en este país", ha apuntado May, que advierte que ese escenario requeriría además extender el plazo de salida de la UE más allá del 29 de marzo.
A ese respecto, ha adelantado que Bruselas no aceptará un retraso si no hay perspectivas de que el Parlamento británico pueda aprobar un acuerdo.
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, exigió por su parte a la primera ministra británica que levante sus líneas rojas del Brexit para tratar de llegar a una posición de consenso en el Parlamento. Corbyn manifestó en la Cámara de los Comunes que "parece" que May "no se ha enterado de la escala" del rechazo a su tratado para la salida de la UE y opinó que, "por lógica", eso debe empujarla a cambiar planteamientos hasta ahora inamovibles. Entre ellos, destacó quitar de la mesa la posibilidad de un Brexit no negociado, lo que comparte una mayoría del Parlamento del Reino Unido.
La premier replicó, insistente, que las únicas maneras para evitar una salida abrupta son o revocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un período de dos años de negociaciones sobre la retirada de un país miembros desde el momento de la notificación hasta la retirada, una posibilidad que rechazó, o aprobar un acuerdo.
La jefa de Gobierno lamentó que Corbyn no se haya entrevistado con ella estos días, como sí han hecho representantes de otras fuerzas de la oposición. Sobre esas reuniones, Corbyn aseguró que "todos" salieron con la misma respuesta, que "no hay flexibilidad" por parte del Gobierno para cambiar el rumbo del Brexit. El laborista pidió al Ejecutivo que "pare" la "colosal" pérdida de dinero para preparar una eventual retirada abrupta del bloque comunitario y que "reconozca" que los miembros del Parlamento de Westminster no quieren una "salida sin acuerdo".
Los planes de May serán puestos a prueba el próximo 29 de enero, cuando la Cámara de los Comunes debatirá y votará una moción presentada por el Gobierno.
Será una moción "neutra", que se limitará a constatar que los diputados han considerado las propuestas de la primera ministra, pero podrá ser enmendada por las diversas fuerzas políticas, lo que abre la puerta a que los parlamentarios tomen cierto control del Brexit y modifiquen la hoja de ruta del Ejecutivo.
Si May decide volver a presentar el acuerdo de salida ante el Parlamento, esa votación no se espera al menos hasta febrero, según ha sugerido este lunes un portavoz de Downing Street, despacho oficial de May.
La diputada laborista Yvette Cooper ha avanzado que planea presentar una cláusula a la moción que se debatirá la próxima semana, que forzaría al Gobierno a solicitar una extensión del plazo de salida de la UE si no ha logrado aprobar un acuerdo a finales de febrero.
Otra posible enmienda, desarrollada por el conservador Dominic Grieve, aspira a alterar el procedimiento parlamentario habitual para facilitar que diputados ajenos al Gobierno marquen la agenda de la cámara, lo que allanaría el camino para que se votaran planes alternativos a los de May.
La opción de celebrar un segundo referéndum podría también aparecer en una enmienda, si bien será el presidente de los Comunes, John Bercow, quien decidirá qué cláusulas se someten finalmente a votación.
El diario The Times ha publicado que un grupo de ministros tories moderados amenazan con dimitir si May no les deja votar la enmienda laborista que propone descartar un Brexit sin acuerdo.
Theresa May también ha anunciado que el Gobierno británico eliminará la tasa de 65 libras (75 euros) para adultos y 32,50 libras (37 euros) para menores de 16 años que cuesta a los comunitarios pedir el "estatus de asentado" para quedarse en el Reino Unido después del Brexit.
May ha señalado que estas tarifas se anularán cuando el proceso de solicitudes se aplique en firme a partir del 30 de marzo, a fin de evitar que haya "impedimentos financieros" para los comunitarios que deseen quedarse en territorio británico tras la salida del país de la Unión Europea (UE), el 29 del mismo mes.
Según la primera ministra, el Gobierno "reembolsará" el dinero a aquellas personas que soliciten el estatus de asentado en la fase preliminar iniciada este lunes, cuando ha entrado en vigor el sistema informático que permite realizar los trámites.
Desde este mismo lunes, los comunitarios que viven en el Reino Unido pueden empezar a solicitar mediante una aplicación móvil el estatus de asentado —si llevan cinco años de residencia en este país—, o de preasentado, si aspiran a completar ese periodo.