Las protestas en Westminster, símbolo de la división en la sociedad británica
Los que quieren quedarse en la UE, los que quieren salir hasta sin acuerdo, los que piden otro refrendo, los que prefieren elecciones, los que aman a May y los que la odian...
Las concentraciones en el Parlamento británico de euroescépticos, proeuropeos y de quienes abogan por un segundo referéndum del Brexit se han convertido en un símbolo de la gran división en la que está sumida la sociedad del Reino Unido.
Un día después de que los diputados rechazaran el acuerdo alcanzado entre Bruselas y Londres con 432 votos en contra frente a 202 a favor, la Cámara de los Comunes votó hoy una moción de censura contra el Gobierno, impulsada por el Partido Laborista, que ha fracasado por un estrecho marco de 19 votos.
Banderas europeas e inglesas, pancartas con mensajes como "Stop the Brexit mess" ("Fin al desastre del Brexit"), "The people want to speak again" ("La gente quiere hablar otra vez") y "Nobody voted to be poorer" ("Nadie votó para ser más pobres"), junto con los gritos de los partidarios y los detractores del divorcio con Bruselas, ponen de manifiesto la falta de consenso social en este país.
En la calle, un hombre se pasea a las puertas del Palacio de Westminster con un cuadro en el que aparece la primera ministra, Theresa May, enterrando un ataúd en el que pone "Brexit".
Su nombre es Kaya Mar, un pintor de 63 años originario de Turquía que llegó a la capital británica cuando tenía tres, y su pintura es una forma de reivindicar que "se ponga fin a la catástrofe que está provocando el Brexit a todos los niveles", cuenta a Efe.
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Ahora, al igual que cuando votó en el referéndum de 2016, en el que un 51,9% de los votantes se decantó por abandonar la Unión Europea, Mar sigue apostando por la permanencia del Reino Unido en la comunidad europea, ya que estos últimos años "han sido un desastre, la economía ha bajado y la sociedad ha quedado profundamente dividida".
Desde que comenzaron, las negociaciones sobre el Brexit han generado incertidumbre en varios sectores de la población, como el financiero y el empresarial, que ahora urgen al Gobierno británico a evitar a toda costa una salida de la UE sin acuerdo.
"Salir y luego negociar"
A tan solo unos metros de Mar se encuentra Stuart Holmes, un ingeniero jubilado de Manchester, con una pancarta en la que pone "Leave then negotiate" (Salir y luego negociar), una premisa que, según piensa, "es la solución para el problema del Brexit, un plan B simple que puede presentarse en tres días".
Holmes es partidario de abandonar la UE sin acuerdo, pues está convencido de que el Gobierno británico no va a alcanzar ningún "buen" pacto con Bruselas y, por esta razón, esgrime, "simplemente debemos alejarnos de ella cuanto antes".
"Si algún país todavía quiere hacer negocios con nosotros después de dejar la UE (el 29 de marzo de 2019), que nos llamen o que nos lo hagan saber", recalca Holmes, quien asegura que "si la salida del Reino Unido es exitosa, otros países harán lo mismo".
Al igual que él, la trabajadora de Servicios Civiles de Oxford Julia Farrow, de 60 años, defiende una salida de la UE sin consenso y, según valora, "el futuro del Reino Unido después de eso será prometedor". Su postura es clara: "Queremos recuperar el control sobre todo. No queremos ir a los tribunales europeos por cosas y problemas que pasan aquí, y estoy segura de que muchos países piensan de la misma forma".
El rechazo de los diputados al tratado de May es "un gran alivio" para algunos de los grupos de personas que se han concentrado hoy con banderas proeuropeístas frente al Parlamento británico, entre los que estaba un activista de 56 años llamado Chris Hatcher.
Él es director de una empresa audiovisual en Cardiff, forma parte de la organización "Stand of Defiance European Movement" (SODEM -Postura de Desafío Movimiento Europeo-) y cree firmemente que el Reino Unido permanecerá en la UE, ya que "no hay ningún acuerdo válido sobre la mesa y los diputados no van a apoyar una salida sin pacto", apunta.
Aunque el porvenir del Brexit para Hatcher es un "enigma", está convencido de que unas elecciones generales no solucionarán nada, como desea el líder del laborismo, Jeremy Corbyn, sino otro referéndum.
Entre otras cosas, destaca "el conflicto de intereses en el que está inmerso el Partido Laborista, pues Corbyn quiere dejar la UE, pero muchos diputados laboristas están a favor de permanecer en el bloque".
De hecho, un total de 71 parlamentarios y trece eurodiputados laboristas del Reino Unido pidieron hoy a Corbyn que apoye una segunda consulta popular sobre el Brexit, al considerar que no es realista renegociar con la UE un tratado de salida, como mantiene el líder laborista.