La OTAN responde a Rusia con las mayores maniobras tras la Guerra Fría
"El escenario es ficticio pero las lecciones, reales", avisa el secretario general.
La OTAN comienza hoy sus maniobras militares más importantes desde el final de la Guerra Fría. El ejercicio Trident Juncture se desarrollará en Noruega durante dos semanas, hasta el 7 de noviembre, en las que se desplegarán 50.000 soldados, 10.000 mil vehículos, 250 aviones y 65 barcos.
"Es un día importante porque Trident Juncture es el mayor ejercicio de la OTAN desde el final de la Guerra Fría. Es ambicioso y exigente", declaró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, durante una rueda de prensa celebrada ayer en Bruselas.
En el ejercicio participarán los 29 Estados miembros de la OTAN, así como Finlandia y Suecia, y además de los 50.000 militares, intervendrán 65 barcos, 250 aviones y 10.000 vehículos bajo la dirección del almirante de las Fuerzas Armadas estadounidenses y comandante del cuartel de Nápoles de la OTAN, James G. Foggo. Se dividirán en fuerzas del norte y del sur, y se turnarán como tropas agresoras y de la OTAN, que tendrán que recuperar la soberanía de un aliado después de un ataque armado simulado.
"Trident Juncture envía un mensaje claro a nuestras naciones y a cualquier potencial adversario. La OTAN no busca la confrontación, pero estamos preparados para defender a todos los aliados frente a cualquier amenaza", señaló Stoltenberg ante la prensa. "El escenario es ficticio pero las lecciones, reales", abundó.
El exprimer ministro de Noruega reconoció que "en años recientes" el entorno de seguridad de Europa se ha deteriorado "significativamente", pero destacó que la Alianza ha respondido con la mayor adaptación de la defensa colectiva desde el final de la Guerra Fría.
El secretario general también puso el acento sobre la transparencia de la organización cuando realiza ejercicios militares y subrayó que todos los miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han sido invitados a enviar observadores a Noruega.
"Me alegro de que Rusia, así como Bielorrusia, hayan aceptado la invitación", comentó Stoltenberg, quien añadió que también informaron a Moscú sobre las maniobras a principios de año, pero recriminó a Rusia que no haya notificado "uno solo de sus ejercicios desde el final de la Guerra Fría".
El político nórdico apuntó, igualmente, la importancia de las operaciones que tendrán lugar en el mar y precisó que el Atlántico es "vital" para la seguridad de Europa y para el comercio global y las comunicaciones.
"La OTAN está comprometida en asegurar el Atlántico y Trident Juncture demuestra la fortaleza duradera del vínculo transatlántico", indicó Stoltenberg, en un contexto de tensiones entre el Viejo Continente y Washington por las decisiones unilaterales del presidente estadounidense, Donald Trump, en ámbitos como el comercio y la política exterior.
Además de en Noruega, Trident Juncture 2018 se desarrollará en el Mar Báltico y el Atlántico Norte, lo que incluye Islandia, y el espacio aéreo de Finlandia y Suecia también se empleará. Según explicó el secretario general, los participantes en el ejercicio se dividirán en fuerzas del sur y del norte, y se turnarán para actuar como agresores y fuerzas de la OTAN. Estas últimas deberán restaurar la soberanía de un aliado (en este caso, Noruega) tras una agresión armada.
Los acuerdos están para respetarlos
Por otro lado, durante la rueda de prensa, Stoltenberg aseguró que el tratado para la eliminación de armas nucleares de medio y corto alcance (INF, por sus siglas en inglés) firmado en 1987 por la URSS y Estados Unidos, que Washington pretende abandonar, no puede funcionar si Rusia lo viola.
"Para ser efectivos, los acuerdos de control de armas deben ser respetados por todas las partes y el problema con el tratado INF es que solo es respetado por una parte", afirmó. Agregó que no prevé un incremento de las armas nucleares desplegadas por los aliados en Europa en respuesta al desarrollo del misil de crucero ruso Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN).
El conflicto más reciente que ha estallado con Rusia ha sido, precisamente, por las acusaciones de violar el tratado INF. El secretario general de la OTAN culpó a Moscú de no respetar este tratado, pero añadió que no espera que los aliados desplieguen nuevas armas nucleares en Europa como respuesta a lo que considera un desafío ruso: "No queremos una nueva guerra fría, ni una nueva carrera armamentística".