Inés Madrigal: "Hay tanta mierda con los bebés robados que nadie quiere removerla"
El doctor Vela se la robó a sus padres siendo un bebé, pero sale absuelto al haber prescrito el delito.
En España se robaron bebés. Se los quitaron a sus padres biológicos y se entregaron a otras familias a cambio de dinero.
La Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) estima que, entre 1940 y 1990, más de 300.000 niños y niñas fueron sustraídos al nacer.
Este secreto a voces en el que hubo implicadas miles de personas se ha materializado este lunes en una sentencia judicial. La Audiencia Provincial de Madrid ha responsabilizado "de forma incontestable" al doctor Eduardo Vela, de 85 años, de robar a una recién nacida en 1969, Inés Madrigal, pero lo ha absuelto al manifestar que los delitos ya habían prescrito quince años antes de que ella denunciara los hechos.
En la sentencia, la Sección Séptima de la Audiencia de Madrid considera responsable al ginecólogo de todos los delitos -detención ilegal, suposición de parto cometidos por facultativo y falsedad en documento oficial- pero lo absuelve al determinar que el inicio de la prescripción comenzó en 1987, cuando la denunciante Inés Madrigal cumplió la mayoría de edad, y terminó 10 años después.
Unas horas después de conocer el fallo del jurado, Madrigal atiende por teléfono a El HuffPost.
¿Cómo se siente tras conocer la sentencia?
Al principio, me lo he tomado mal pero luego lo he madurado y me he dado cuenta de que es la primera sentencia sobre bebés robados en España y en Europa y eso ya es un hito.
En El HuffPost hemos publicado el careo que, durante el juicio, mantuvo su madre adoptiva, Inés Pérez, con el doctor Vela en el que el médico decía que no conocía a su madre de nada. Ella salió muy enfadada de aquel careo y le dijo a usted: "A mí no me traigas más, que me quiere dejar por mentirosa". Su madre adoptiva murió en 2013 y, casi cinco años después, esa sentencia le ha dado la razón. El doctor Vela no sólo la conocía sino que le entregó a un bebé que fue usted.
Según las juezas que lo han condenado, Eduardo Vela me arrebató de los brazos de mi madre [biológica]. Mi madre [adoptiva] estaría contenta. De hecho, mientras hablo contigo estoy sonriendo. A la salida de ese careo, ella repetía "es muy doloroso que niegue que me conoce y que me ha regalado un niña". Y, por ese lado, yo estoy muy contenta porque ha quedado claro a nivel mundial que mi madre hablaba con razón y las juezas se le han dado.
¿Está de acuerdo con que las juezas consideren que el delito ha prescrito?
No, creemos que la sustracción de bebés para venderlos de forma sistemática durante 60 años -empezó en la década de los años 30 y en 2001 todavía hay un caso sin investigar- es un delito de lesa humanidad.
Además, España ha firmado multitud de convenios de derechos humanos en los que refrenda toda la legalidad que hay en torno a esta figura. Para colmo, en el Código Penal español no hay un delito específico sobre bebés robados. De hecho, se ha juzgado el caso por detención ilegal, que es una figura con un espectro muy amplio de actuación. Depende de cómo lo mires porque mi situación de ilegalidad aún no ha terminado puesto que no sé a quién pertenezco, no sé quienes son mis padres.
¿Van a recurrir al Supremo?
Por supuesto.
En todo el mundo se reconoce a las Abuelas de la Plaza de Mayo como símbolo de la lucha por restituir bebés robados a sus legítimos padres. Han estado nominadas al premio Nobel de la Paz. En Argentina, las cifras hablan de 500 niños sustraídos. En España, serían 300.000. ¿A qué se debe el poco conocimiento que hay del tráfico de bebés que hubo en nuestro país?
Me vas a perdonar la expresión pero es que hay tanta mierda que nadie quiere removerla.
España es todo un país impregnado de la compra-venta de recién nacidos, incluidas las islas. Durante 60 años, este país ha sido el supermercado de bebés de Estados Unidos, Sudamérica y la propia Europa. A la casa cuna de Tenerife, por ejemplo, llegaban los alemanes y querían bebés a la carta, rubios con los ojos azules para que no desentonaran.
Lo sabía mucha gente y nadie hablaba.
Era un secreto a voces. La gente que tenía dinero lo sabía. A la gente pudiente, Eduardo Vela le cobraba sumas millonarias y les hacía jurar por dios que jamás iban a contar nada nadie, ni siquiera a su hijo.
¿Usted sigue buscando a sus padres biológicos?
Los sigo buscando. Es un capítulo abierto, el motivo por el que empecé todo esto.
Mucha suerte.
Muchas gracias