La triste razón por la que esta periodista dejó de salir a correr sola
Y no es la única que ha tenido que hacerlo.
"Este es el sitio en el que solía correr sola y despreocupada. Empiezo un hilo sobre Mollie Tibbets y correr sola siendo mujer".
El pasado 24 de agosto la periodista Alanna Vagianos, compañera del HuffPost EEUU, se hizo viral gracias a 17 comentarios publicados en Twitter con motivo del asesinato de la joven Mollie Tibbetts. La estudiante de 20 años fue hallada muerta el 22 de agosto, después de cuatro días desaparecida. La última noticia que se había tenido de ella es que había salido a correr.
Vagianos cuenta que ella no siempre había sido amante del running, y que empezó a correr al llegar a la Universidad cuando se dio cuenta de que podía ser bueno para su salud mental. "Cuando me deprimía, en lugar de fumarme un cigarrillo, salía a correr. Me ponía los cascos, las mallas y la camiseta, y daba vueltas a un pequeño vecindario fuera del campus", añade. "Era la mejor forma de cuidarme", continúa Vagianos, que ha conseguido que cerca de 10.000 personas retuiteen su hilo, que suma más de 17.000 Me gustas.
"En mi último año de Universidad, estaba echándome una siesta un miércoles por la tarde cuando un hombre intentó entrar por la ventana de mi habitación y meterse en la cama conmigo", continúa, para después contar cómo reaccionó la Policía y a qué conclusión llegó ella.
"La Policía me preguntó si era runner y si seguía siempre la misma ruta. Por supuesto que lo hacía, soy una persona de rutinas", prosigue. "No sabía que seguir la misma ruta podría impedirme volver a dormir tranquila en un primer piso", añade la periodista, que tras graduarse se fue a vivir a Los Ángeles y su depresión fue a peor. Entonces volvió a correr, mucho. Muchísimo. "Corría todos los días, a veces dos veces al día", aunque cambió de hábitos: lo hacía cada día por una ruta distinta para sentirse segura.
El hilo de Vagianos continúa con su mudanza a Nueva York y la vuelta al running, que retoma cada vez que su estabilidad mental se tambalea y reaparece su depresión.
"Hice la misma ruta durante seis días. La séptima noche alguien intentó entrar en mi apartamento de la segunda planta por la escalera de incendios. Nunca sabré si fue una persona al azar que pensó que era fácil entrar por mi ventana o si fue porque hice la misma ruta durante seis días. Sí sé que nunca volví a correr sola", explica.
"Cualquier mujer que se hace llamar runner sabe lo terrible que es la historia de Mollie Tibbetts. Todo lo que tienen que hacer las mujeres para evitar estar solas en espacios públicos resulta restrictivo, agotador y aterrador", escribe.
Vagianos continúa su hilo contando el caso de su hermana, a la que varios jóvenes intentaron secuestrarla y meter en una camioneta cuando estaba en la Universidad. Fue al salir a correr sola: "Afortunadamente fue capaz de escaparse. Nunca más la vi salir a correr". Y añade la historia de la madre de una amiga, que se compró una elíptica después de que "su mejor amiga fuese secuestrada y asesinada mientras corría".
"Tibbetts tenía todo el derecho de salir a correr sola. No es un comentario sobre su forma de actuar, sino una reflexión sobre cómo la epidemia de violencia contra las mujeres (sí, es una jodida epidemia) nos obligaa adaptarsnos y dejar de hacer cosas por nuestro bienestar e integridad", termina la periodista, que ahora vive en un piso 29 y que asegura no ha vuelto a correr.