El infierno de Khadija: violada, quemada y tatuada durante dos meses por trece hombres
Este caso ha hecho que Marruecos vuelva a alzar la voz contra la violencia sexual.
Khadija tiene 17 años y, a pesar de que ha pasado dos meses secuestrada por trece hombres que la violaron, la drogaron, la quemaron, le tatuaron insultos y esvásticas... e incluso la 'vendieron' a otros hombres para que abusasen de ella, su voz es firme y empoderada al contar su historia. La joven fue finalmente liberada por uno de sus captores de aquél infierno y se armó de valentía para denunciarlo. Hoy, miles de personas en Marruecos alzan la voz para pedir justicia. Los agresores han sido detenidos y serán juzgados el próximo 6 de septiembre.
La historia de Khadija ha salido a la luz después de que ella se decidiese a contar ante una cámara de televisión lo que le habían hecho. Fue secuestrada en la puerta de casa de su tía y retenida en un recinto mientras varios hombres se turnaban para violarla. Le quemaron varias partes del cuerpo con cigarrillos y le hicieron cortes con objetos punzantes. Además, le tatuaron varios símbolos; entre ellos la esvástica. Ella no era consciente del dolor hasta que se le pasaban los efectos de las drogas que le proporcionaban.
"Primero me violó uno y luego fueron turnándose. Me tatuaron todo el cuerpo. Me desperté con los brazos doloridos y los tenía hinchados, pero no estuve consciente cuando me hicieron los tatuajes", aseguraba la joven al canal de noticias marroquí ChoufTv. "Intenté escapar varias veces, pero siempre me atrapaban y me golpeaban. No me daban comida ni bebida y no tenía derecho a ducharme". Además, cobraban a otros hombres para que también pudiesen abusar de ella.
En la entrevista, la joven señala que sus secuestradores son un "grupo criminal peligroso" y que "le han hecho sufrir muchísimo". Por eso pide que se haga justicia mientras enseña a la cámara sus marcas y lamenta que le han "destrozado la vida".
A juicio el 6 de septiembre
Al menos diez de los agresores de Khadija han sido detenidos y serán juzgados el próximo 6 de septiembre por un tribunal marroquí. El proceso será visto por la sala primera del Tribunal de Apelación de Beni Melal, encargado de los crímenes más graves. El líder de la banda que secuestró a la joven está imputado por alguno de los delitos más graves del Código Penal, como trata de personas, violación de una menor, formación de banda criminal, secuestro y torturas, entre otros cargos.
La reacción social
El caso de esta joven ha despertado una oleada de indignación en Marruecos, y se han creado varios grupos en las redes sociales para recolectar fondos para su familia, que vive en la pobreza extrema.
Varios psicólogos se han prestado voluntarios para asistir a la muchacha por las secuelas que puede sufrir en el futuro, y varios médicos le han ofrecido su asistencia para retirar los tatuajes de la piel de sus brazos, piernas y cuello.
En las redes, miles de personas han apoyado a la joven con el hashtag #JusticePourKhadija o #todossomosKhadija, pidiendo una condena firme para los agresores y un tratamiento gratuito para ella.
El número de casos de violación que investigan los tribunales marroquíes se duplicó en 2017, pasando de 800 a 1.600. Normalmente, las denuncias aumentan a la vez que aumenta la conciencia social sobre el problema. Esta conciencia, que crece tras casos como el de Khalija u otras jóvenes que fueron violadas o asesinadas —Amina Filali, de 16 años, se suicidó en 2012 tras ser agredida sexualmente— es la que ha obligado al Gobierno a derogar un artículo del Código Penal que permitía que los violadores no fuesen a prisión si se casaban con su víctima. "Khadija podría ser yo, khadija podrías ser tu", dice alguno de los tuits de apoyo.