Que a los perritos les gustan los premios es sabido por los educadores caninos y los amantes de estos simpáticos animales.Pero este pobre Weimaraner, sin embargo, sufre el engaño de su dueño y su confusión provoca al mismo tiempo risas y enternecimiento.Esperamos que finalmente recibiera su recompensa por tanto cachondeo con su despiste.