Estimada gran familia IKEA:
¡Gracias y hasta siempre!
Mi historia ha llegado a su fin. He tenido una vida fantástica, algo dura en ocasiones, pero nada es comparable con haber podido trabajar con los mejores co-workers del mundo durante tantos años. Además, he tenido una familia que siempre me ha apoyado.
Lo echo de menos todo. Todos los abrazos y apretones de manos, que subrayan la importancia del concepto Together, ese agradable dolor en mi mano tras estrechar 1500 manos en la fiesta de Navidad en Älmhult.
Todo lo que sé y lo que he hecho lo he aprendido de vosotros: junto a vosotros. Por eso, mi primer consejo será: nunca olvidéis que la mejor forma de crecer y ser felices es aprender los unos de los otros. Los que pertenecéis a la vieja generación, enseñad a la nueva generación nuestra idea de negocio única y nuestra cultura empresarial, en la que todos los co-workers son importantes y necesitan saber que lo son. También la importancia de perseguir nuestras ideas hasta que se hagan realidad. Y explicadles nuestra misión social y nuestro trabajo para crear un mundo mejor para la mayoría de las personas y lo que el entusiasmo, la humildad y la fuerza de voluntad significan para nuestra propia felicidad y éxito continuado.
Los que formáis parte de la nueva generación, buscad a vuestro mentor y aprended de él/ella. Además, traéis con vosotros nuevos conocimientos que vuestro mentor seguro querrá aprender. Es la mejor situación del mundo; todos salís ganando.
En los últimos 10 años, lo que más he ansiado es la firmeza y sencillez, y el retorno del sentido común. Yo nunca he creído en las curvas y barras de las estadísticas o en las investigaciones de mercado rígidas; solo son una pequeñísima parte de la auténtica verdad. Y, a menudo, constituyen los grandes enemigos de la toma de decisiones. La época de la sencillez y el sentido común no ha pasado, pero está seriamente amenazada.
De todo corazón, espero que demostréis vuestra generosa confianza en mis hijos Peter, Jonas y Mathias, al igual que habéis hecho conmigo. Los tres me han prometido que ellos, junto con vosotros, seguirán trabajando para servir a la mayoría de las personas. El hogar es, y siempre será, una pieza central en la vida de todos los seres humanos.
Y, para acabar, cambiaré solo una palabra de mi típica frase, que aún sigue muy vigente: Ya sabéis cuál es. Vive bien. Tú solo estás en el principio... ¡Por un futuro glorioso!
Cordialmente,
Ingvar Kamprad